Los radicales piensan en publicitar casa por casa a sus candidatos
¿Cómo vender un partido que en algunas provincias es un férreo opositor al Gobierno y en otras, su aliado?
A eso se dedican Martín Baintrub y Carlos Falco, directores de la agencia de publicidad Persuasión, responsables de la campaña de varios candidatos de la Unión Cívica Radical (UCR).
"Este gobierno no necesita más poder, necesita más control", es el slogan que crearon para el lanzamiento nacional de la campaña partidaria, que se realizará mañana en el comité nacional de la UCR ante todos los candidatos.
La estrategia más audaz de las campañas distritales de la UCR se verá en la Capital Federal, donde Facundo Suárez Lastra aspira a superar el 3% de votos que su partido obtuvo en 2003.
Luego de un lanzamiento en un microestadio porteño, los publicistas imaginan encuentros temáticos en los barrios y reuniones tipo Tupperware (la marca de productos para el hogar que hizo famoso el sistema de reuniones hogareñas). "El resultado es muy efectivo, se usa en todo el mundo y requiere poco dinero", explicó Falco a LA NACION. Sólo se necesita algún militante que invite a su casa a una veintena de sus conocidos. Allí, el candidato cuenta sus propuestas.
A nivel nacional, la idea será mostrar al radicalismo como el único partido capaz de construir una fuerza opositora de alcance nacional.
Sin embargo, el mismo criterio no puede aplicarse, por ejemplo, en Corrientes, donde el 2 de octubre -cuando se elija gobernador- los radicales irán en alianza con el kirchnerismo y otras fuerzas. Allí los afiches creados por Persuasión sorprenden con un carpincho (animal típico de la provincia) junto a un pingüino (en referencia a Néstor Kirchner), con la consigna de "Vamos juntos, vamos bien", en una apelación por igual a radicales y peronistas.
La solución que encontraron Falco y Baintrub para aunar semejantes diferencias es no nacionalizar la elección (a diferencia de lo que harán los otros partidos), sino regionalizarla, "amplificando los éxitos locales de la UCR". Para lograrlo harán eje en las cualidades de cada candidato, tratando de conjurar la imagen del sello partidario, que en algunos lugares se convirtió en un salvavidas de plomo tras la caída de Fernando de la Rúa.
A Suárez Lastra lo conocen desde la época en que eran dos jóvenes arquitectos militantes de Franja Morada, que innovaron con la comunicación de la entonces poderosa agrupación universitaria radical. El ahora candidato a diputado los convocó para que se convirtieran en los comunicadores de su gestión como intendente porteño, entre 1987 y 1989.
Vestidos con jeans y pulóver, todavía hoy el aspecto de ambos responde más al de un arquitecto que al creativo fashion que supo encontrar su máximo exponente en Ramiro Agulla, el publicista de cabecera de la Alianza. Sin embargo, desde 1989, cuando cambió el gobierno, Falco y Baintrub dejaron los planos para siempre y abrieron su agencia, que hoy funciona en un departamento de Recoleta.
Dedicados tanto a la publicidad comercial y empresarial como a la comunicación política, trabajaron en la campaña de varios gobernadores radicales, con De la Rúa cuando era jefe de gobierno porteño (crearon la campaña El Grito Sagrado, que aggiornó las canciones patrias), en la postulación para el Senado de Raúl Alfonsín en 2001 y en la candidatura para gobernadora bonaerense de Margarita Stolbizer en 2003, entre otras.
El slogan en la Capital Federal será "Adelante Buenos Aires", un guiño para que los afiliados desencantados reconozcan su tradicional "Adelante radicales" y voten otra vez al partido.
En Jujuy, en cambio, vienen de un triunfo en las últimas elecciones legislativas, igual que en Corrientes. Sin embargo, allí intentarán que el senador radical Gerardo Morales logre su reelección con un discurso muy crítico del Gobierno, con tono de denuncia y con el slogan "Defender lo nuestro".
"Ciudad rehén"
- El primer candidato a diputado nacional por la Capital de la UCR, Facundo Suárez Lastra, ex intendente porteño, afirmó ayer que "Buenos Aires es rehén" de la pelea interna del PJ. "Está sitiada por piquetes alentados por unas y otras fracciones peronistas", dijo en declaraciones radiales. "Es el fruto del clientelismo político en el que se basa la entrega de los planes sociales a punteros, intendentes y organizaciones de izquierda funcionales a esa politización espuria del hambre y la pobreza inéditas que generaron, precisamente, las políticas del anterior gobierno justicialista de los 90", agregó Suárez Lastra.