
Por la crisis, hay más locales comerciales céntricos vacíos
Según un sondeo privado, es consecuencia de una caída en el consumo
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(DyN).- La caída en el consumo generada por la incertidumbre económica internacional se tradujo en un aumento de locales comerciales desocupados en la ciudad de Buenos Aires. Así como la actividad de la construcción es procíclica al crecimiento de la economía, la ocupación de los locales comerciales existentes es directamente proporcional al consumo que, a su vez, depende de los niveles de empleo, ingreso y crédito, entre otros puntos.
Según la consultora Reporte Inmobiliario, el incremento incesante del consumo que impulsó una fuerte puja por los locales comerciales había ya comenzado a desacelerarse hacia fines del año pasado y, lejos de revertirse esa tendencia, durante 2008 se profundizó. Por eso se incrementó el número de espacios desocupados en virtud de que los números de facturación no cierran en algunos rubros como para hacer frente a los costos de locación que se solicitan en algunas renegociaciones de contratos.
De un relevamiento hecho por la consultora surge que estaban ofrecidos en alquiler, a principios de este mes, 42 locales comerciales en el sector del radio céntrico delimitado por la calle Florida y las avenidas Callao, Santa Fe y De Mayo. En relación con el sondeo realizado un año atrás se detectaron cinco locales vacíos adicionales, ya que en ese entonces la cifra de vacancia totalizaba 37 inmuebles comerciales.
Los valores van de 20.000 a 35.000 dólares mensuales y en el 75% de los casos los montos se expresan en pesos, con contratos de alquiler a tres años, bajo cláusulas de escalonamiento y renegociación. Además, se solicitan dos meses de depósito y una comisión inmobiliaria del 5 por ciento.
Según el análisis, si bien aún los puntos o corredores comerciales neurálgicos de la ciudad no acusan una vacancia llamativa, este fenómeno sí ya se hace notar en circuitos y calles comerciales secundarias combinado incluso con rotación de inquilinos que no llegan a completar siquiera el contrato de alquiler y que cierran en virtud de su menor giro de negocios. Admitida ya la repercusión de la crisis internacional en el país y con algunas consecuencias negativas que comienzan a percibirse en los niveles de empleo, de ingreso y, por ende, en el consumo, el panorama en cuanto a locación de inmuebles comerciales tiende a complicarse.
Una mayor presión impositiva, como las subas en ABL e ingresos brutos, y una menor facturación tensan la negociación. La inflación, aunque desacelerándose, también dificulta los acuerdos, ya que muchos locadores quieren transferir al alquiler un valor intermedio entre la inflación del Indec y la relevada por consultoras privadas, mucho más alta.




