
Reforma: Menem respaldo a la CGT
Maniobra: los gremialistas, preocupados por la ofensiva empresarial en el Congreso, lograron el apoyo presidencial antes de reunirse con senadores del PJ.
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El presidente Menem respaldó ayer la posición de la CGT frente al controvertido proyecto de flexibilización laboral, justamente 24 horas antes de que la cúpula gremial trate el tema con los senadores oficialistas.
Los dirigentes sindicales, temerosos de que el lobby empresario en el Congreso logre modificar el acuerdo entre el Gobierno y la CGT sobre los convenios colectivos de trabajo, el sistema de despidos y de obras sociales, reclamaron el apoyo de Menem antes de entrevistarse con los senadores del PJ.
La conducción cegetista se preocupó cuando tomó estado público un borrador que no contempla los puntos del acta firmada en la Casa de Gobierno. La nueva iniciativa fue elaborada por el ministro de Trabajo, Armando Caro Figueroa, que se disputa con el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, el manejo de las negociaciones por el proyecto de reforma laboral.
Encabezados por Rodolfo Daer, los sindicalistas visitaron a Menem ayer por la mañana, en Olivos, fuera de agenda. El Presidente estuvo acompañado por Alberto Kohan, quien se negó a formular precisiones sobre el encuentro, aunque reconoció que se habló sobre flexibilización.
Los gremialistas apostaron fuerte, ya que sortearon a su interlocutor natural, Jorge Rodríguez, y provocaron una reacción adversa entre los senadores del PJ, que se sienten presionados.
Menem les sugirió que en la Cámara alta busquen el apoyo de sus operadores más cercanos: Eduardo Bauzá, Eduardo Menem y Augusto Alasino. Mientras tanto, en los pasillos de la Casa Rosada se comentó que no sería político abrir un frente con la CGT, que se mantiene distante del gremialismo opositor, a sólo tres mes de las elecciones.
La CGT le pidió a Menem garantías
Los líderes cegetistas se reunieron ayer inesperadamente con el Presidente y hoy lo senadores de PJ
La Confederación General del Trabajo (CGT) descubrió ayer su carta política más fuerte y le pidió al presidente Carlos Menem garantías para que se respete el acuerdo laboral firmado entre la central obrera y el Gobierno el 9 de mayo último.
Los dirigentes sindicales se anticiparon a la reunión que hoy tendrán con el bloque justicialista de la Cámara alta, en la que se comenzarán a definir los proyectos sobre la reforma a los convenios colectivos de trabajo, el sistema de despidos y el de obras sociales.
Luego de que fracasó el debate entre los empresarios y los sindicales por la reforma laboral, el Presidente envió al Congreso un mensaje en el que solicitó a los legisladores que aceleren el debate de la reforma laboral.
La instrucción de Menem estuvo acompañada por el acta de coincidencias Gobierno-CGT sobre la flexibilización laboral y por las disidencias de los empresarios.
Según el acuerdo Gobierno-CGT, los sindicatos nacionales conservan el poder para negociar los convenios colectivos de trabajo y el manejo de las obras sociales sindicales (sin la participación del sector privado), además de establecer un nuevo sistema de despidos. Esta postura fue rechazada por los empresarios.
Hasta ese momento en la central obrera estaban convencidos de que el Congreso respaldaría el acuerdo con el Gobierno, lo que de hecho ya está acordado con los senadores del PJ.
Pero la preocupación se instaló en el ambiente gremial cuando la semana última la CGT recibió un "borrador" de los proyectos en cuestión, que elaboró el ministerio de Trabajo, Armando Caro Figueroa.
Según la CGT el "borrador" oficial no se reflejaba los puntos acordados con el Gobierno. "El proyecto era muy general, sin especificaciones", definió un dirigente de la CGT.
El temor sindical es que la reglamentación de la ley contenga la postura de los empresarios: negociar los convenios laborales con las comisiones internas y la competir con las obras sociales sindicales.
Diálogo presidencial
Así surgió la estrategia de hablar con el Presidente y plantearle la reserva sindical frente al "proyecto-borrador" de Caro Figueroa.
Esta vez la CGT sorteó a sus habitual interlocutor, el jefe de gabinete, Jorge Rodríguez, y le pidió una entrevista a Menem a su secretario privado, Ramón Hernández, y al secretario general de la presidencia, Alberto Kohan.
Los dirigentes sindicales encabezados por su titular Rodolfo Daer, llegaron a la residencia presidencial de Olivos a las 12 y se fueron una hora más tarde. Los recibieron el presidente Menem y Kohan.
Cada uno a su turno, los gremialistas le señalaron al jefe del Estado la necesidad de que el Gobierno respete lo acordado hace más de un mes.
Además solicitaron que el proyecto sobre la reforma laboral "sea lo más preciso posible", en alusión al "borrador" de la cartera laboral.
En la CGT aseguraron que la respuesta de Menem fue: "Tienen ni aval", tras lo cual recomendó a los sindicalistas acercar posiciones con sus operadores políticos en el Senado (Augusto Alasino, Eduardo Bauzá y Eduardo Menem).
"Hablamos sobre la reforma laboral", dijo ayer Kohan luego de la reunión Menem-CGT en la residencia presidencial de Olivos, y no quiso dar más precisiones.
Pujas y estrategias
Mientras tanto, sobrevive puertas adentro de la Casa de Gobierno una puja entre Rodríguez y Caro Figueroa, por comandar las negociaciones sobre la reforma laboral que ahora está en manos del Congreso.
En la jefatura de Gabinete ayer afirmaron que Rodríguez seguirá de cerca el debate de la flexibilización laboral en el Senado, y continuará como el piloto de las negociaciones.
En tanto, el titular de Trabajo prepara una estrategia para recuperar el protagonismo en la discusión parlamentaria de los proyectos de flexibilización laboral.
Por esto, Caro Figueroa participará de las reuniones que mantendrán los senadores del PJ, hoy con la CGT, y mañana con el Grupo de los Ocho.
Por su parte, los dirigentes sindicales anoche aseguraron que con el aval de Menem, la virtual presión de los empresarios en el Senado, quedó neutralizada. La CGT buscó "pegar" primero con la reunión con Menem.
Sin intermediarios, los dirigentes sindicales buscaron el paragüas presidencial, antes de hacer las puesta a punto de los proyectos laborales con los senadores justicialistas. Y para la CGT Menem lo abrió.
Las digerentes posturas
- Carlos Menem: El Presidente se reunió ayer con varios sindicalistas, a lo que les habría asegurado que los senadores del PJ no introducirían grandes cambios el acta que firmó el Gobierno con la central obrera. Para la CGT, Menem tuvo ayer una definición política a su favor y respaldó el acta por la que los gremios nacionales conservan el poder para negociar los convenios laborales y el manejo de las obras sociales.
- Armando Caro Figueroa: El ministro de Trabajo le entregó a la CGT un "borrador" sobre los proyectos de reforma laboral que no conformó a los sindicalistas porque era "muy general" . Los dirigentes temían que en la reglamentación de la ley, no se respetara el acuerdo laboral firmado entre la central obrera y el Gobierno. Ayer se reunieron con el Presidente para que éste ratifique lo acordado.
La central obrera visita al Senado
Flexibilización: la central obrera se reunirá con el bloque del PJ para explicar su punto de vista; se descarta que la Cámara alta hará suya esta posición.
En su primera visita oficial al Senado, la CGT concurrirá hoy, a partir de las 12, al bloque justicialista de la Cámara alta para informar en detalle a los legisladores sus pretensiones en materia de flexibilización laboral. Por encargo del Gobierno, los senadores tienen la tarea de confeccionar un proyecto de ley de reforma de las condiciones de trabajo que equilibre los intereses del sector empresario, los de la central obrera y los de la administración menemista, luego de que ésta fallara en su intento de unificar posiciones.
Del encuentro de hoy no se esperan grandes sorpresas. En rigor, porque el bloque mayoritario del Senado ya anticipó que elaborará un dictamen sobre la base del acta acuerdo suscripta entre la CGT y el Gobierno (de lo que se informa por separado), a la que el Congreso intentará adosarle -siempre que sea posible- las disidencias de los empresarios nucleados en el Grupo de los ocho.
"El sector empresarial nunca está conforme y siempre quiere más. Creo que el país ya le ha dado suficiente. Esta vez tendrán que resignar posiciones", resumió ayer una altísima fuente justicialista, la decisión política de su bancada de utilizar el acta como el piso mínimo del proyecto de ley.
Posiblemente mañana, los senadores del PJ escucharán de los empresarios la otra cara de la moneda para, finalmente, ponerse a trabajar en la letra fina del texto que, a pedido del presidente Menem, deberá votarse y girarse a Diputados antes de las elecciones de octubre.
En esto, el PJ es optimista y, a lo sumo, en 20 días espera tener en sus manos la media sanción de la iniciativa. Porque si de algo está seguro el bloque oficialista es que el Gobierno necesita defender los derechos de los trabajadores de cara a los próximos comicios legislativos.
El radicalismo todavía no se pronunció en forma orgánica. Participará del debate en la comisión de Trabajo, presidida por Julio Miranda (PJ), y según explicó anoche uno de los senadores radicales, el partido no mantendrá "una oposición intransigente".
Sin embargo, contrariamente al oficialismo, la UCR reclama que el Senado escuche a los sectores que no participaron de las conversaciones con el Gobierno, como ser el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) de Juan Manuel Palacios o la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), liderada por Víctor De Gennaro.
Los justicialistas replican que estas audiencias al denominado "sindicalismo opositor" no harían más que embrollar lo que ya fue acordado luego de largos meses de debate en el seno del Ministerio de Trabajo.
Los radicales coincidieron con el MTA
Los candidatos radicales a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Raúl Alfonsín y Federico Storani, coincidieron ayer con los líderes del opositor Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA) en defender los convenios colectivos de trabajo, en reclamar que se logre una ley de salud con la participación de las obras sociales y en criticar la flexibilización laboral tal cual la plantea el Gobierno.
Alfonsín expresó: "Coincidimos con el MTA, particularmente en la defensa de los convenios colectivos de trabajo que es fundamental para el sector de los trabajadores". Luego se solidarizó con "los amigos del MTA" en la convocatoria al paro previsto para el mes próximo, aunque aclaró que la adhesión a la huelga "es una decisión que tiene que tomar la mesa directiva del comité nacional".
Después del encuentro que mantuvieron con los sindicalistas Juan Manuel Palacios y Hugo Moyano, los dirigentes radicales criticaron el acuerdo suscripto entre la CGT y el Gobierno sobre modernización laboral y comenzaron a dialogar para que los bloques de diputados y de senadores de la UCR presenten una propuesta al Congreso sobre reforma laboral.
El Frepaso, con Caro Figueroa
Por otra parte, los diputados frepasistas Darío Alessandro y "Chacho" Alvarez se entrevistarán con el ministro de Trabajo, Armando Caro Figueroa, para plantear que los fondos del Plan Trabajar II "se distribuyan de acuerdo a las necesidades reales y no en forma electoralista como ocurrió con el plan anterior".
Los legisladores esperan entre hoy y mañana una confirmación por parte del funcionario para que se concrete la reunión que, aunque estaba planeada para ayer, no se pudo realizar.
Alessandro agregó que además de la asignación de los fondos le propondrán al ministro que la distribución de los mismos "debería estar a cargo de entidades sociales, civiles y religiosas y no de funcionarios del Gobierno".
Se agudizan las pujas en el Frepaso
Internas: agrupaciones que integran la alianza denuncian que las listas son conformadas "a dedo" y que peligran los comicios internos.
"Basta de mentiras y de candidatos elegidos a dedo. Queremos internas abiertas ya".
Con el barullo de bocinazos como telón de fondo, un grupo de dirigentes de la agrupación Nuevo Movimiento -ex País- se presentaron ayer frente al Congreso con un claro objetivo: denunciar que en el Frepaso -alianza a la cual pertenecen- las listas de candidatos en la provincia de Buenos Aires se conforman "a dedo". Y que, por tal motivo, peligra la concreción de las elecciones internas previstas para el 3 de agosto próximo.
A los planteos de Nuevo Movimiento se sumaron, luego, otras agrupaciones integrantes del Frepaso: el Partido Intransigente y la Democracia Cristiana. Todos ellos apuntaron sus acusaciones a un destinatario común: El Frente Grande, el pilar más importante de la fuerza que lidera Carlos "Chacho" Alvarez.
La disputa no sólo se plantea en las listas de diputados nacionales, la cual es liderada por la senadora Graciela Fernández Meijide. Se extiende a las nóminas para elegir senadores y diputados provinciales y concejales comunales. Las agrupaciones "rebeldes" del Frepaso protestan porque relegados a los puestos menos relevantes. "Fuimos proscriptos", se lamentan.
Desde el Frente Grande bonaerense se intenta relativizar las quejas.
"Cuando se busca un consenso integral, es lógico que sectores minoritarios queden afuera. Pero, de persistir las diferencias, iremos a internas. No hay problema", afirmó a La Nación un diputado nacional bonaerense.
Esta afirmación no deja tranquilos a los "rebeldes".
"Faltan dos semanas para las elecciones internas y aún no se oficializan las listas. Tampoco contamos con los padrones electorales para los comicios", señaló Guillermo Favero, titular del la Democracia Cristiana en el distrito bonaerense.
En sintonía con Favero, un dirigente del Partido Intransigente afirmó que las listas son armadas sin el consenso integral de los que conforman la alianza.
"No cuestionamos que Graciela lidere la alianza. Sí que nuestros candidatos estén relegados a los puestos imposibles de ganar", protestaba.
Las pujas internas para obtener los puestos más apetecibles, prometen mayor controversia dentro del Frepaso a medida que se acerque el 3 de agosto.





