Sergio Berni toma distancia, quiere ser presidente, pero no un “peronista disidente”

Sergio Berni es hoy un exsoldado de Cristina Kirchner, después de blanquear una ruptura que se produjo el año pasado, con el cierre de listas electorales como detonante. El ministro de Seguridad bonaerense no pertenece más al kirchnerismo, espacio en el que militó durante 33 años. Pero, según aseguran en su entorno más cercano, eso no implica que abandonará el Partido Justicialista ni el Frente de Todos, mientras la coalición se sostenga. Su intención es pelear por una candidatura presidencial el año que viene, sin convertirse en un “peronista disidente”.

“Berni dice que va a ser candidato si lo acompañan sus compañeros. Y tiene apoyo de las bases porque, en 2021, fue el único que presentó todos los avales para postularse a presidente del PJ nacional. Peronismo 2023 [su agrupación] está en el Frente de Todos y no hay nada que diga que está afuera”, describe a LA NACION un hombre de trato diario con el ministro del gobernador Axel Kicillof.

La salida de Berni del kirchnerismo no redundará en un cambio de partido político, afirman en su equipo: “No se va a ir y a decir ‘soy peronista disidente’. Va a una interna del peronismo”.

Durante los momentos más críticos de su gestión en el ministerio bonaerense y en los pasajes de mayores críticas suyas hacia el presidente Alberto Fernández, el apoyo de la vicepresidenta era la clave que explicaba la permanencia de Berni en su puesto más allá de las disidencias que planteara. Actualmente está distanciado, sin diálogo con ella.

“Me fui con dolor y tristeza, pero respeto la figura de Cristina, que es la única dirigente que tiene en la cabeza un modelo de país, que a uno le puede gustar o no gustar. Nunca me van a encontrar criticándola, aunque creo que llegó el momento de cortar el cordón umbilical y tomar otro camino”, dijo Berni a Canal 13 cuando comunico que se alejaba del kirchnerismo.

La lejanía actual de Berni con Cristina contrasta con su cercanía con Kicillof, que se transformó en un apoyo central para el funcionario. “Con Kicillof está muy bien, la relación se consolidó durante la pandemia”, sostiene una fuente cercana a Berni.

Cerca del ministro dicen que, al apartarse del espacio político al que perteneció por más de tres décadas, “se va de un simbolismo casi inexistente”. Afirman que ese grupo político cambió, a partir de “acuerdos con gente que nada tiene que ver con ese origen”.

El quiebre definitivo fue durante el armado de listas de 2021. Berni no fue candidato a diputado nacional ni pudo avanzar con su lista propia en la segunda sección electoral bonaerense (su base política está en Zárate, distrito de esa región). Si bien afirman que valora a Máximo Kirchner como dirigente político, cerca de Berni aseguran que fue el jefe de La Cámpora quien impulsó que se bajaran las listas bonaerenses, entre ellas la de Berni, para eludir las internas. Reprochan “que venga alguien y te diga que ni siquiera te podés presentar en tu territorio”.

A pesar del naufragio de su intención de tener lista propia en la provincia de Buenos Aires, Berni logró que su esposa, Agustina Propato, fuera quinta en la lista de diputados nacionales y accediera a una banca. Ante la consulta de LA NACION, fuentes del Ministerio de Seguridad provincial señalan que “acompaña” la decisión de su esposo.

“En momentos críticos, estuvo solo”, subraya el colaborador consultado, al repasar el juego de lealtades y apoyos de Berni. Dos de esos puntos álgidos fueron, en los últimos días, la crisis de los incendios en Corrientes y las 24 muertes producidas por el consumo de cocaína adulterada con carfentanilo.