Tensión en Mendoza por la reforma política
Un intento de incluir las primarias a nivel local desató una fuerte pelea en el kirchnerismo
En Mendoza, donde los cargos provinciales no son sometidos a elecciones primarias, las diferencias sobre el mecanismo de preselección política dominan el debate sobre el proceso de reforma electoral y constitucional que impulsó nada más llegar al poder el gobernador kirchnerista Francisco Pérez.
Los conflictos internos dentro del oficialismo están retrasando una de sus prioridades declaradas y han animado a la oposición provincial (UCR y Partido Demócrata) a unirse frente a la postura oficialista sobre las modificaciones electorales. Además, rechazan frontalmente otra aspiración de Pérez: permitir la reelección del gobernador. Mendoza es una de las pocas provincias del país donde sólo se permite un mandato.
Decisiva en las últimas semanas ha sido la plasmación de la división interna en el PJ mendocino, crecientemente escindido entre sus dos sectores más poderosos (los "azules" y la Corriente Peronista Mendoza).
El gobierno provincial trabaja en las cámaras con la intención de unificar a sus diputados y senadores, pero la presentación unilateral de un proyecto de ley por parte de los "azules" (liderados por el multioperador presidencial Juan Carlos Mazzón) ha transparentado definitivamente la guerra interna en el oficialismo. El proyecto, que solicita Primarias Abiertas Obligatorias y Simultáneas para Mendoza, irritó notablemente a la Corriente Peronista, que lideran el vicegobernador Carlos Ciurca y los intendentes de Las Heras y Guaymallén, Rubén Miranda y Alejandro Abraham, respectivamente. "La intención y la forma es lo que más ha molestado", declaró Abraham.
La UCR y el PD habían mostrado públicamente su voluntad de avanzar en una reforma política integral, aunque sin incluir la reelección del gobernador.
Hace unas semanas, ambas fuerzas anunciaron un acuerdo para apoyar la destrucción de la lista sábana y establecer la boleta única, junto a dos novedades adicionales: el desdoblamiento de los comicios provinciales de los nacionales, por un lado, y reformar el financiamiento de los partidos políticos.
Estimulada por la división del justicialismo, la oposición condiciona ahora su apoyo a las primarias y al desdoblamiento de los comicios, algo que muchos caciques peronistas consideran inaceptable y perjudicial a sus intereses.
El consenso interno sobre las primarias ha sido más fácil en las filas radicales que en las demócratas, único partido con un proceso electoral interno exclusivo para afiliados, que hace más complicada su apertura al nuevo mecanismo de las PASO (donde todos los electores habilitados pueden seleccionar qué candidatos lleva cada partido).
En diálogo con LA NACION, el senador demócrata Carlos Aguinaga opinó que "va a ser muy complicado que el peronismo acepte el desdoblamiento, siempre han buscado rédito electoral de las nacionales. La reforma de la financiación se busca para que en las PASO tengan posibilidades aquellos con menos recursos económicos".
El gobernador Pérez, por su parte, admitió que está a favor de la reforma electoral, pero insistió en que debe ser discutida dentro de la reforma política y constitucional que el gobierno provincial trata de promover desde que asumió."El pueblo no entiende qué son las PASO ni está preocupado por ellas", afirmó, tratando de restarle importancia a la iniciativa de sus rivales.