Tomas y falta de ejecución: los conflictos que marcaron la salida de Bielsa
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La crisis habitacional fue uno de los pocos temas que acaparó la atención de la opinión pública en medio de la pandemia. Las tomas de tierras en diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires y en el sur del país depositaron la mirada en el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat que comandó hasta hoy María Eugenia Bielsa. Sin embargo, el bajo perfil de la arquitecta rosarina había logrado evitar el desgaste que sufrieron sus compañeros de gabinete, como la titular de Seguridad, Sabina Frederic
En sentido contrario, puertas adentro, el malestar para con Bielsa fue creciendo en la medida que las tomas avanzaban y el dinero que disponía la santafesina para llevar adelante políticas que frenaran la situación seguía sin ejecutarse.
El hecho de que Bielsa no acudiera a las zonas en conflicto bonaerense se interpretó, desde la visión territorial de los intendentes, como un síntoma de desinterés. Poco parecía importar que el manejo operativo de las crisis dependiera de la provincia, donde intervinieron distintos actores, desde el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, a la ministra de Gobierno, Teresa García, pasando por los ministros de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque; de Seguridad, Sergio Berni, de Infraestructura y Servicios Públicos, Agustín Simone; y de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak.
Según había reconstruido LA NACION, en una publicación del 23 de septiembre pasado, en los municipios del conurbano ponían en duda el liderazgo de Bielsa, a quien le reconocían un perfil técnico, pero también falta de experiencia en la función pública. También cuestionaban que no haya expresado una línea de gestión clara; un problema que, reconocen cada vez más en el oficialismo, se exhibe en otras esferas del gobierno nacional.
El presupuesto de Bielsa, uno de los más subejecutados
Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), que recopila cómo se gastó el dinero asignado hasta fines de julio, el ministerio de Bielsa apenas había ejecutado el 31,1% del cheque que tenía asignado. Habían pasado entonces siete meses del año y el indicador de ejecución teórica, es decir el nivel aceptable, estaba en el 56,6%.
La lentitud llamaba la atención, ya que otros ministerios que incrementaron su demanda por la externalidad de la pandemia -este sería el caso de Desarrollo Territorial- habían ejecutado mucho más gasto. Seguridad, por caso, hasta el mismo período se había consumido el 68,7%; Producción, 85% y Trabajo, 74,7%.
Si la lista de los que menos gastaron se invierte surge que el que menos crédito utilizó es el Ministerio de Turismo, con apenas 20,7% en siete meses. Matías Lammens, afectado claramente por la desaparición durante este tiempo de la actividad, había cancelado todas las propuestas de fomento. Entendible. El 31% de ejecución de Bielsa, en el contexto de las tomas, dejaba más dudas.
Pero más allá de que el informe, siempre confeccionado con datos oficiales, llega hasta julio, LA NACION consultó la ejecución en línea que presenta la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía. Según los datos oficiales, Bielsa tiene créditos para consumir en políticas de vivienda y hábitat por 38.261 millones de pesos, pero hasta el 22 de septiembre había utilizado 12.384 millones.
¿Qué significa esto? Que solo se había ejecutado 32,37% del total cuando faltaban tres meses para que termine el año y las tomas seguían activas. Y significa algo más. Que entre agosto y casi todo septiembre, los meses críticos de las tomas en todo el país, el ministerio apenas ejecutó 1,3% del total.
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