Un sector de la CGT toma distancia de la mesa política con críticas al kirchnerismo
Sebastián Maturano, referente de la juventud, denunció una “ocupación” del partido durante la cumbre que convocó Barrionuevo en Mar del Plata
MAR DEL PLATA.- Este asado que hace casi dos décadas comenzó en la casa que Luis Barrionuevo tiene en el barrio Alfar se convirtió, durante mucho tiempo, en la caja de resonancia del clima y posicionamiento gremial cuando la política decía tomarse su respiro de verano.
Casualidad o no, coincidió esta vez con las horas posteriores a la reunión plenaria del Frente de Todos, convocada por el presidente Alberto Fernández, y sirvió a la dirigencia para exteriorizar la incomodidad evidente que tienen dentro de un espacio al que están seguro que pertenecen pero donde no sienten que tengan el lugar ni el reconocimiento que creen haberse ganado.
“El compañero anoche tomó agua, no le dieron nada”, se quejó el líder gastronómico al hablar ante más de un centenar de dirigentes gremiales de 60 rubros y en referencia a Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT que no parece haberla pasado bien en esa cumbre del oficialismo. “Hay que pelear el espacio que corresponde”, remarcó.
Le pasó el micrófono al dirigente del gremio de Sanidad, que ratificó ese malestar en primera persona. “Hoy acá comí por lo que no me dieron anoche”, dijo luego del abundante asado que se sirvió en el segundo piso del Hotel Presidente Perón de Uthgra, pero con la comida como excusa para contar que lo vivido durante cinco horas entre la máxima dirigencia del oficialismo tuvo poco y nada para celebrar.
“Anoche ocuparon nuestro partido, nuestra casa, los que tienen lapicera y los que tienen poder”, disparó Sebastián Maturano, de La Fraternidad y con sangre joven para decir sin pelos en la lengua no solo que el sindicalismo no es bien recibido por la conducción justicialista. “Dicen que es el Frente de Todos, pero es el frente de ellos”, dijo sin dar nombres propios, pero con señales claras para que se entienda que tanto quienes gobiernan ahora como los que estuvieron antes actuaron de la misma manera.
“No le echemos la culpa solo a Macri (Mauricio)”, dijo el ferroviario y recordó que antes “le tuvimos que rogar a la señora”, en clara alusión a Cristina Fernández de Kirchner, que gobernó antes de los cuatro años que el país estuvo bajo conducción de Juntos por el Cambio.
Así este encuentro, a la espera de la copa de champagne con la que se cierra cada uno de estos almuerzos, puso en evidencia como pocas veces el fastidio de la conducción gremial con los responsables del partido, más allá de la decisión de reclamar desde adentro e incluso manifestar apoyos, como el que Barrionuevo le lanzó a Wado de Pedro, cuando se le consultó si lo veía como candidato presidencial.
“Es un momento en que permanece nublado el horizonte para los que queremos un país diferencia”, reconoció Daer, que dio a entender que en 2019, cuando asumió el actual gobierno, al gremialismo se lo mencionó como uno de los pilares. “Confiamos en que la participación en listas y debate político iba a ser escuchada”, recordó, disconforme con los resultados que se dieron luego, incluido el armado de candidaturas legislativas para 2021.
No apeló a eufemismo cuando tuvo que criticar el estado de situación del país en la actualidad. Habló de “desbarajuste de la economía” y dejó la advertencia que el sindicalismo no está dispuesto a resignar ni un centímetro la negociación de paritarias frente a semejantes índices de inflación.
Entonces lanzó el llamado de atención, también en tono de primeros pasos de campaña y desafío electoral por delante. A Fernández y toda la propia tropa les advirtió que si no se mejoran resultados “los liberales golpean las puertas para volver a ser gobierno, y ahí sí están en juego nuestros intereses”.
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