Cómo es posible y de qué manera se logra; la psicología de los espacios aporta algunas claves para hacerlo.
Los duelos son procesos difíciles, por eso es importante tener toda la ayuda posible para transitarlos. En este sentido, los espacios que habitamos pueden ser fundamentales. La psicóloga Larissa Del Río, especialista en psicología de los espacios, señala que es importante desapegar de manera gradual de los objetos materiales que nos provoquen tristeza y renovar la energía de los espacios.
En un principio, sugiere encontrar un lugar de la casa para permitirse estar mal y que afloren las emociones, procurando un tiempo específico, entre media hora y una hora. Durante ese tiempo recomienda escribir: pueden ser cartas al ser querido ausente diciéndole aquello que no pudimos expresar, o escritos que permitan sacar el enojo que se siente a veces luego de una pérdida. “La escritura es una de las maniobras terapéuticas más usadas en psicoterapia en los duelos, ya que de esta forma la persona expresa sus emociones tóxicas de forma estratégica”, dice la psicóloga, que recomienda escribir sobre todo en las primeras cuatro etapas del duelo (negación, ira, negociación y depresión), ya que es cuando la persona sufre de un gran dolor que necesita decantar estratégicamente. Una vez escrito, afirma, es importante soltar y no volver a leerlo.
¿Cómo debería ser el espacio que se destina para conectar con el duelo y la escritura? Preferentemente abierto, dice, como una terraza o jardín, aunque también se puede optar por un sitio bien ventilado.
Es crucial que el espacio esté libre de desorden y de exceso de objetos, procurando que no haya pertenencias de la persona fallecida. También es importante que sea cómodo, y crear un ambiente rico en experiencias sensoriales positivas con objetos suaves al tacto, aromas agradables y luz cálida o ámbar. Un buen sofá, almohadones o una manta de una textura suave pueden ser grandes aliados, ya que, según la especialista, todo lo que va a través del sentido del tacto hace que el sistema nervioso se relaje. “Es importante tener plantas y flores que simbolicen que la vida continúa, y que sirvan para que la persona se ocupe de cuidarlas todos los días. Esto también ayudará a que tengamos presente que la vida es efímera, que todo cambia, que nada permanece y que así como tu ser querido falleció, vos también morirás. Esto significa tomar la muerte como parte natural de la vida para darle incluso mayor sentido a la vida y a cada uno de tus días”, afirma Larissa Del Río.
En cuanto a los aromas, sugiere el jazmín, la lavanda y la manzanilla, que ayudan a que el sistema nervioso esté menos alerta y se reduzca la ansiedad. Se pueden usar en infusiones, aceites para masajes o difusor para inhalar su aroma. Depurar la casa de objetos que traigan recuerdos tristes es importante, y en un proceso de duelo es necesario tomar decisiones acerca de lo que se va a hacer con las posesiones materiales de la persona que no está. “Es normal que en las primeras fases del duelo la persona sienta la necesidad de conservarlas, porque esto da la sensación de protección y seguridad. Sin embargo, estar rodeado de objetos que traigan recuerdos tristes no ayudará en la elaboración del duelo. Por eso aconsejo que si no estás listo para deshacerte de sus pertenencias las guardes en una caja para que no las tengas que ver todo el tiempo. Cuando vayas avanzando y te sientas más fortalecido podés elegir qué hacer con las cosas materiales de tu ser querido. Seguramente querrás conservar algunas cosas valiosas, pero otras las podrás donar o regalar”, dice.
Por otra parte, señala, en un proceso de duelo, es importante combinar el descanso con actividades dentro de la casa. Para eso es fundamental crear un dormitorio adecuado, que revitalice a la persona y ayude a un sueño reparador. Lo primero que sugiere en este sentido es revisar si hay muchos elementos de decoración que recuerden a la persona fallecida: fotos, ropa, el juego de cama y demás objetos personales, para sacarlos de la vista y luego decidir qué se quiere hacer con ellos. “Lograr que el dormitorio esté libre de emociones tóxicas y que genere calma es posible si se eligen los colores y los elementos de decoración adecuados para vestirlo. Lo más importante en el uso de colores en los dormitorios es optimizar el descanso para que las personas tengan vitalidad. En este punto entra la subjetividad de cada quien para la elección del color o los colores que lo hagan sentir bien”, dice Del Río.
Y señala algunas características de los colores, para elegir el más adecuado. El blanco, por ejemplo, genera calma y tranquilidad. Usarlo en el dormitorio es perfecto porque ayuda a que las personas descansen y se recarguen, aunque en exceso, advierte, puede hacer que el espacio se vea aburrido y no se sienta acogedor. Los azules son colores que en general se asocia al agua, al mar, a los ríos y a las lagunas. Su uso en los dormitorios genera ambientes de relajación y pureza. La paleta de verdes remite automáticamente a la naturaleza y la mayoría de las personas tienen asociaciones positivas con ésta. El truco está en conocer sus matices y saber cómo combinarlo para que el dormitorio no se convierta en una selva, afirma.
Los colores pasteles también pueden ser otra opción. Los más comunes son el rosa, el lila y el celeste cielo. Además de ser elegantes, tienen la característica de armonizar inmediatamente el espacio y generar equilibrio visual. Elegir un pasatiempo dentro de casa también puede ser una motivación, con actividades como la jardinería, un huerto, cocinar o pintar. Por último, la especialista sugiere decorar y renovar los espacios sociales para esta nueva etapa de la vida. “La decoración de tu hogar es un acto amoroso hacia vos mismo y un pasatiempo muy divertido y relajante. Procurá tener flores naturales, aromatizarlo con incienso o fragancias agradables, encender velas o la chimenea, y por último, poner música en tus espacios”, concluye.