Pensando en los demás

Desde su creación, una de las preocupaciones de Nordelta fue la integración del barrio con su entorno. En sintonía con ese compromiso se organizó una fundación que tiene como objeto mejorar la calidad de vida de los más de 25.000 habitantes de Las Tunas, uno de los barrios más necesitados de las inmediaciones.

"Es un lugar donde existen muchas deficiencias. Los pobladores deben enfrentarse a la falta de agua potable, cloacas y gas. Además, sólo tienen dos escuelas primarias, que no alcanzan para satisfacer las demandas de los pequeños que allí viven (unos cinco mil), mientras que para los adolescentes no hay ninguna secundaria", comenta Juan Pera, director ejecutivo de la Fundación Nordelta, que funciona en avenida de los Fundadores 265.

Entre las primeras obras que encaró la entidad en conjunto con la Fundación Renault y la Municipalidad de Tigre se cuenta la construcción del Centro de Nutrición Infantil, donde concurren unos 4000 chicos y sus familias. Allí se realizan desde controles médicos hasta la atención de la desnutrición. "También hacemos programas de capacitación laboral y de promoción social", dice Constanza Elizalde, coordinadora del programa de salud y educación.

La vuelta al empleo de cientos de hombres y mujeres de ese barrio lindero es una de las principales preocupaciones de la entidad. Para eso la fundación realiza cursos de jardinería, belleza, electricidad y uso de PC para oficinas, entre otros. "Este año se estima que 400 personas se capacitarán en nuestro centro", explica Elizalde, una de las 40 voluntarias con que cuenta la entidad.

Una de las acciones más integradoras fue Una Navidad compartida, proyecto que vinculó una familia de Nordelta con otra de Las Tunas. "Esta sirvió para unir a unas 1000 familias, con objeto de compartir una cena de Navidad", explica Pera.

Hoy, el grupo está abocado a la recepción de ropa para chicos de hasta 12 años y útiles y libros escolares para entregar en las escuelas del barrio.