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La presente propuesta, se basa en la utilización de herramientas financieras, tales como el fideicomiso, los fondos comunes de inversión inmobiliaria y otros, que permitan diseñar un proyecto que transforme, para su propietario, un patrimonio inmobiliario en una renta vitalicia, y al mismo tiempo le otorgue el derecho de uso de por vida.
La materialización se podría efectuar a través de un Fondo Fiduciario -administrado por un medio de un banco o compañía de seguros- al cual los propietarios de viviendas transfieran el dominio de las mismas, a cambio de una renta vitalicia y el uso del bien.
Este podría compararse con una póliza que garantice al asegurado el cobro de una renta mensual vitalicia, continuando además con el uso de por vida de su vivienda, que en definitiva es para lo que la adquirió, obligándose a conservar el bien haciéndose cargo de los gastos normales de la propiedad, tales como agua, luz, gas, teléfono, expensas comunes y las reparaciones ordinarias de conservación.
El valor de la renta a recibir por parte del cliente será en función del valor venta de la vivienda, determinado por su tasación, o del valor presente de un flujo de fondos a recibir por parte del asegurado en función de la esperanza de vida del mismo, del tipo de interés y de los gastos aplicados a la operación.
Experiencias de similares se implementaron en el Reino Unido, Estados Unidos y España (donde se llamaron viviendas pensión). En nuestro país, la proyección de población del Indec nos permite dimensionar la magnitud de este mercado. Actualmente, contamos con más de tres millones de personas mayores de 65 años, que representarán el 11% de la población total. Este porcentaje crece ligeramente en los centros urbanos. Mientras que en la Capital Federal alcanzará un 16%.
Si tenemos en cuenta estas proyecciones, nos veríamos obligados a proponer soluciones que permitan atender esas necesidades. Con la participación de un banco o compañía de seguros se podría encarar una operatoria destinada a aquellos que habiendo logrado ser propietarios de sus viviendas, hoy necesitan contar con una renta sin desprenderse de su casa.
El autor es Ex presidente de la Comisión de Vivienda del Centro Argentino Ingenieros





