Por momentos, el comportamiento del mercado refleja la idea de que no existe un esfuerzo concreto de ocuparse del sector inmobiliario. Al margen de los propios empresarios y de los protagonistas del sector vuelve a plantearse este mercado (clave en la vida de la gente) como un tema menor cuando no lo es. Pero las circunstancias juegan en contra. De hecho se termina septiembre y más allá de las escasas operaciones que se realizan, el Real Estate local se mantiene reducido. El impacto de la suba del dólar a 16 pesos (aunque luego bajó algunos centavos), más todos los tormentos de esta economía recesiva y con inflación no hace más que agravar la situación. Sumado a los casi tres años de cepo, que jugó un papel decisivo para frenar la actividad. Volviendo a las acciones que realizaron las entidades y cámaras. ¿Qué otras se pueden encarar para modificar esta dura realidad? A propósito de este comportamiento, un orador de un encuentro inmobiliario realizado la semana última en Mar del Plata objetó precisamente la cierta indiferencia de la dirigencia política tanto oficial como opositora ante un tema vital como es la vivienda. Y fue más lejos: advirtió que a diferencia de otros países, en la Argentina no existen líderes que provienen del Real Estate para integrar lugares destacados en las legislaturas, intendencias o senadurías, con objeto de presentar proyectos y debatir en profundidad, con conocimiento y profesionalismo, aquellos temas que preocupan a la gente y, por ende, al sector en todo el país.
El comentario generó efervescencia y hasta se juntaron firmas para crear el partido inmobiliario nacional, cuya posibilidad de concretarse resulta por ahora una incógnita. Sin embargo deja al desnudo la necesidad de ser escuchados y de poner a funcionar una rueda que gira con una lentitud insoportable. De todos modos, esta iniciativa exige tiempo de maduración y en esto coincide con los inversores que hacen planes para 2016, ante una nueva gestión y renovadas expectativas. En verdad hay proyectos que no se presentarán hasta entonces, pero mientras los developers hacen acopio de tierra. Tal vez no tan barata como ocurrió en algunas zonas de Miami, que la mayoría despreciaba. Hasta que llegaron justamente esos sabuesos empresarios y no dudaron en adquirir esas tierras, que hoy ocupan emprendimientos premium transformando esa áreas en un lugar tan atractivo y competitivo que hace trepar los precios como nunca.