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En cualquier momento del año, una buena taza de té de jengibre resulta reconfortante. Cuando se prepara el té de jengibre con una raíz de jengibre fresca, será mucho más sabroso que el té de jengibre elaborado con una bolsita de té seco. Para hacer el té de jengibre se lo debe cortar en rodajas finitas, pueden o no estar peladas; de este modo su pulpa entrará fácilmente en contacto con el agua hirviendo y desprenderá sus aceites, aromas y propiedades. Para muchas personas, el té de jengibre es una buena forma de obtener los beneficios de la raíz de jengibre. El té de jengibre se suel saborizar con rodajas o jugo de limón y miel. Esta especia desempeñó durante mucho tiempo un papel en la medicina tradicional, particularmente como ayuda digestiva para aliviar el malestar estomacal, las náuseas y el estreñimiento. Sin embargo, para algunas personas, el jengibre puede provocar problemas gastrointestinales. Según la medicina naturista, el jengibre también tiene propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes, y puede aliviar los dolores de cabeza, los resfriados y el dolor causado por la inflamación. Los investigadores continúan analizando sus posibles beneficios para diversas enfermedades. Si bien beber té de jengibre tiene pocos efectos secundarios, siempre es una buena idea hablar con su médico.