A sus 17 años, renueva el legado familiar y da un paso al frente en el mundo de la moda y de la música con el apoyo incondicional de sus padres, Ana Paula Dutil y Emanuel Ortega
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Viene de una dinastía de artistas, pero está muy lejos de sentir que eso puede ubicarla en una zona de confort. A sus 17 años, India Ortega renueva con frescura, estudio y compromiso el legado recibido y abraza con naturalidad los dos mundos que lleva en la sangre: el del modelaje, que le viene por parte de su mamá, la modelo Ana Paula Dutil, y el de la música, que viene por parte de su papá, el músico y productor Emanuel Ortega, y también de su abuelo, Palito. Ahora que tiene más tiempo porque terminó el secundario, se la puede ver recorriendo con su propia impronta las pasarelas nacionales. Y, tras el auspicioso debut que tuvo el año pasado en el festival Warmichella, avanza con decisión hacia el sueño de cantar con una banda propia.
En un año de nuevas experiencias y desafíos, acaba de volver de sus primeras vacaciones sola. “Primero fui a Barcelona para ver a mi hermano Teo, que trabaja en un bar y no nos veíamos desde hace mucho. Él tiene 27, es hijo de mi mamá, que estuvo casada antes con Fernando (Ranuschio). Fue idea mía querer compartir un tiempo con él. Jamás había estado en Europa y me pagué el viaje sola, con lo que gané en la moda. Hice base en la casa de mi hermano y de ahí visitamos juntos Ámsterdam y París. Después me fui sola a Grecia, que me voló la cabeza. Estuve en Atenas y me hice amigos y terminé dos días en Madrid. Aprendí mucho sobre mí en este viaje.
-¿Por ejemplo?
-Me gusta mucho estar sola, me ayuda a conectarme, a encontrarme. Son momentos ideales para escribir o dibujar. Me encanta. Me gusta escribir lo que siento o lo que no me sale decir. Y esta vez, por consejo de mamá, hice un diario de viaje que calculo que algún día me va a gustar releer. [Piensa]. En un futuro quisiera volver a Barcelona, hay muchos jóvenes, mucha creatividad. También aprendí sobre las distintas costumbres que hay en cada lugar. Y extrañé a mi familia porque me fui un mes y nunca había estado tanto tiempo lejos de ellos, pero me encantó la experiencia.
-¿Con quién vivís?
-Con mi mamá. Tengo un hermano, Bautista, de mi papá y mi mamá, y además de Teo también está Noé, que vive en California y tiene una banda de rock. Hace poco vino a visitarnos, pero quisiéramos volver a reencontrarnos los cuatro en algún momento, porque no lo hacemos desde 2016.
UN POCO DE MAMÁ, OTRO POCO DE PAPÁ
-En el mundo del modelaje ya llevás un tiempo. ¿Tu mamá te aconseja?
-Hasta cierto punto, sí, pero ella prefiere que yo haga mi camino. Hace poco empecé a desfilar, ahí sí le pregunté porque recorrer por la pasarela es bien diferente a posar. Me cuesta mucho caminar con tacos y antes de los desfiles estoy dos semanas practicando, ¡preguntale a mi vecino de abajo! Mamá es la persona a la que más consejos le pido, incluso con la música, porque hay que saber estar arriba de un escenario. Ella me sugiere, pero no me dice lo que tengo que hacer. Las cosas más técnicas de la música por supuesto se las pregunto a papá, que tiene muchísima experiencia porque lo hace desde los 15 años.
-Hiciste una buena mezcla entre los dos…
-Totalmente. Soy mitad y mitad. Hasta físicamente, aunque ahora me dicen que estoy más parecida a mamá. Cuando estuve el año pasado en Warmichella, papá se puso al frente y me ayudó a conseguir una banda. Él tiene un estudio de grabación, Woman Studio, donde produce y van bandas a grabar. Yo ensayaba ahí y él hizo de director, así que pasó de “papá” a “Emanuel”. [Se ríe]. Me ayuda mucho porque no siente miedo de decirte: “Esto no está bien”. En ese momento me aconsejó, entre otras cosas, que una vez que estuviese arriba del escenario me olvidara de todo y me sintiera libre, como si estuviera ensayando. Eso hice. Miré a mi mamá, miré a mi papá y a la gente conocida que fue a verme y me mandé. La banda con la que toqué no es fija, la armamos para eso puntual, ahora quiero armar una banda propia. A pesar de que todo lo que hago me gusta, pienso que en un futuro me encantaría ir más por la música porque la música es mi lugar. Pero también me encantaría hacer televisión, actuar o conducir.
-Venís de una dinastía de artistas. ¿A quién admirás especialmente?
-Admiro mucho a mi abuelo. Me impresiona que a los 81 años siga parado en un escenario haciendo que todo el mundo se levante de sus sillas, cante y llore con sus canciones. La gente lo ama. Voy a sus shows y me sorprende el espíritu que tiene porque no se limita a ponerse frente al micrófono y cantar. Él hace bailar al público, interactúa. Admiro que siga haciendo lo que ama.
-¿Y a él no le pedís consejos?
-Muy poco. Sé que podría aprovecharlo más, y él me dice que tengo que meterle, tomar clases de baile, clases de actuación para saber moverme en el escenario, para saber pararme bien.
-¿Lo hacés?
-Estoy tomando clases de piano, de guitarra y de canto. Rosario [su tía] también me aconseja. La semana que viene empiezo con clases de teatro en lo de Nora Moseinco con mis primos. Vamos a ir Dante, Helena [hijos de Sebastián y Guillermina Valdes], Benito [hijo de Julieta e Iván Noble], mi hermano Bauti y yo. Va a ser increíble.
-¿Qué otras cosas hacen en familia? ¿Se reúnen a cantar, por ejemplo?
-Nos juntamos todos los domingos en la casa de mis abuelos, ese es el lugar de reunión. Mi abuelo Palito toca la guitarra. Además, siempre tiene una anécdota para contar de su vida y todos lo escuchamos con mucha atención. Esos encuentros los valoro especialmente, lo mismo que salir con mis primos o almorzar con mis tíos, porque viví muchos años en Miami, lejos de ellos. Lo que ahora es una vez fija a la semana, antes era una vez al año. Desde que los tengo cerca aprecio mucho más la familia extendida.
-¿Volvés cada tanto a Miami?
-Sí, y reconecto con mis amigos porque viví ahí desde los 6 a los 15. Me acuerdo que apenas llegué estaba muy negada, lloraba porque mi maestra no hablaba nada de español. Mi papá me apoyó mucho porque él había pasado por lo mismo. Después, todo fluyó, agarré perfecto el idioma y hoy me pasa que suelo pensar en inglés. Por supuesto que cada experiencia es única, aunque el año pasado volví a Miami y me di cuenta de que me gusta para ir de visita, pero ya no me gusta para vivir, no es mi onda.
-¿Cuál es tu onda?
-Mi onda es más tranquila. Allá la gente no te incluye mucho si sos nuevo. La mayoría de mis amigos eran latinos. Extraño a mis amigos, obvio, pero acá estoy más contenta. Creo que fue el mejor cambio para mi vida.
-Hablemos del corazón. ¿Estás de novia?
-Sí, estoy de novia hace dos meses con Rafael Pastrian. Nos conocimos por Instagram y es muy gracioso porque su mamá, que decora sets, trabajó con mi tío Sebastián en El marginal; su papá trabajó con un tío de parte de mamá en la productora Landia y son re amigos; y mi hermano Teo trabajó con el papá de mi novio. Siempre estuvimos conectados aunque sin conocernos. Estoy muy contenta.
-¿Sos enamoradiza?
-La verdad que sí. [Se ríe] Creo que es la primera vez que conecto tanto con una persona.
Producción: Jorge León
Maquillaje y peinado: Igna Mora
Agradecimientos: agencia Multitalent, Adrián Brown, Gustavo Pucheta, Justa Osadia y Fabián Paz
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