Los dueños se mudaron desde Buenos Aires hace 35 años, y la fueron ampliando al ritmo de las necesidades familiares.
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En el campo, las casas no suelen ir para arriba: se despliegan. Así creció la de Alicia Keergaard, dueña del estudio de diseño Alicia Deco, que se instaló aquí con su marido y sus hijos en 1985. “Mudarnos de Buenos Aires a Cañuelas fue un cambio grande. Me llevó tiempo habituarme, generar nuevos vínculos y arrancar de cero con mi trabajo, pero desde hace 35 años, agradezco todos los días vivir acá”, dice esta interiorista también abocada a los eventos.

"Desde que llegué tuve la idea de ampliar para que cada uno tuviera su espacio, y lo hicimos incorporando nuevas construcciones, nuevas ‘casitas’ unidas entre ellas."
Alicia Keergaard, dueña de casa y del estudio de diseño Alicia Deco

Entrada y living campero

El hall de entrada está en un corredor que iving con piso de pino tea corresponde a la parte nueva.

“Nuestros chicos ya son grandes y tenemos nietos. Y si bien hay días en los que consideramos la opción de mudarnos, es nuestra casa de siempre y todavía la seguimos disfrutando entre todos”.

“Siento que una casa no se termina nunca, sino que se va modificando y enriqueciendo con las nuevas vivencias de quienes la habitan”.

“No planifico los espacios, voy probando: pongo una manta, la cambio; una lámpara, un cuadro nuevo. Como todos, tengo etapas, y eso se ve reflejado en la decoración”.

“Uso mucho blanco, me gusta combinarlo con colores tierra, que nunca cansan”, describe Alicia, y revela su secreto para impactar: un toque de rojo, de amarillo o de rosa.
La cocina del primer día

“El piso de ladrillo nunca fue mi favorito, pero hoy veo sus marcas o alguna muesca y me gusta lo que transmite: se siente lo vivido”.

Prístina suite

“Mi casa es como varias casitas unidas”, define Alicia sobre cómo se incorporaron los ambientes nuevos, con transiciones importantes y generosas en sus dimensiones y ambientación.

Junto a la bay window, sillón ovalado con colchoneta color caramelo y mesita ' Tronco’, ambos de Alicia Deco, al igual que la alfombra de yute y el lino antiguo que cuelga del baldaquino.
“Me gusta armar la cama como si fuera yo la que se va a vestir”, comparte la dueña. Amante del diseño, ella misma hace todo tipo de mantas y edredones delicados.

Más que amplios, los ambientes son nobles en su espacialidad y permiten un confort que remite al clima afable del más coqueto hotel de campo.

Belleza para compartir

Alicia se ocupa de cada ambiente por igual. “Quiero que todo esté lindo cuando vienen los chicos, pero también quiero que esté lindo para mi marido y para mí”. Colgada del dosel, obra en lienzo (Natural Art), ventilador de mimbre (El Mimbrero) y al pie, banco de rafia (Kasbah). y pie (Anthropologie).
Oficina en tránsito

El antiguo living, por el momento el estudio de Alicia que aguarda nuevo destino, ahora que el teléfono es prácticamente una oficina móvil, tiene una incomparable chimenea de obra al estilo del movimiento argentino Casas Blancas.

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