Un petit hotel recuperó elegancia señorial tras haber funcionado como oficina
Después de haber pasado por sucesivas remodelaciones y fines diversos, un estudio rescató la esencia de un dúplex dentro de un petit hotel y la fusionó con detalles contemporáneos.
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La obra fue monumental, porque el objetivo fue recuperar el estilo original de una propiedad cuya elegancia parecía definitivamente perdida. Tras haber sufrido remodelaciones más o menos felices e incluso haber funcionado como oficina durante muchos años, los dueños de casa les encomendaron a las arquitectas Delfina Patterson, Milagros Patrón Costas y Victoria Alliger, del estudio PARQ, su reforma y restauración integral.
El mayor desafío fue dar unidad y recuperar el estilo original. Los balcones del living dan al Palacio Estrugamou y generan la sensación completa de estar en Francia.”
— Arq. Victoria Alliger, de Estudio PARQ, responsable de la reforma integral
El diseño interior corrió por cuenta de las arquitectas Silvina Rivero y Andy Sajoux, de Estudio 2, una dupla que combina lo clásico y lo contemporáneo y aquí encontró su máxima expresión. Ellas le propusieron a la dueña convertir lo que iba a ser un rincón de home office en este escritorio de tres metros que preside el living. “Si vas a estar acá, que sea mirando tu casa”, sintetizaron con convicción.
El living ocupa todo el frente del edificio. Acá, como en el resto del departamento, se restauraron techos y pisos, y se rehicieron molduras, puertas y ventanas.
Comedor de gran escala
Desde que vieron la propiedad, los dueños quedaron prendados de la escala del comedor, y mantenerla fue una premisa de la reforma. Se mantuvo la chimenea, se recuperó la medida original de las ventanas y se pintó todo en verde azulado (Sherwin Williams). Para iluminar, se aprovecharon dos arañas que estaban en la casa.
Una cocina net
“Nos fascinó cómo quedó la cocina. Fue un trabajo arduo, hicimos mil pruebas en renders y en planos. Ahora, cada vez que visitamos a la dueña, nos recibe acá ¡y nos encanta!”, comparten las arquitectas de PARQ.
Además de ser muy estéticas, las curvas en los extremos ayudan a una circulación sin tropiezos.
Un loft para la hija
Un “departamento dentro del departamento”, así fue ideado el lugar de estudio, descanso y ocio de la hija de la pareja, que se logró con la incorporación de un entrepiso. “Ella quería un espacio para disfrutar con sus amigas, pero también para recibir a su abuela. Eso nos llevó a diseñar un playroom dentro de su dormitorio”.
En la planta inferior, las puertas corredizas de vidrio repartido permiten que llegue más luz y, a su vez, ayudan a la fluidez de la circulación. “Para los lugares donde los techos son bajos, tratamos de hacer muebles que levanten”, dicen las responsables del interiorismo.
Para evitar el shock ´de reducir la altura de 4 metros del espacio a la mitad, se aplicó “la mancha venenosa”: un color intenso y profundo que se esparce desde el playroom hacia el pasillo y hacia arriba, distrayendo la mirada. El conjunto se conecta con una escalera con barandas de hierro revestida en madera.
La idea de un loft juvenil se acentuó dejando a la vista detalles como las columnas de hierro.
Una suite espectacular
El living de la suite se ambientó con cortinas de lino (Caro Deane) y adaptando muebles que los dueños conservaban de su casa anterior: sillones (Eugenio Aguirre) retapizados, la mesa ratona pintada y la alfombra teñida.
Un entrepiso de madera con pequeñas aberturas de ventilación recorría la zona de los cuartos. La reforma reconstruyó la escala con sus ventanas y recuperó así la majestuosidad de los ambientes.
Las interioristas asesoraron a los dueños para combinar piezas de distintas épocas: “Apuntamos a muebles contemporáneos de factura elegante y con lustre. El objetivo fue lograr un carácter clásico y actual, con líneas modernas que combinan con la impronta original del edificio. Los materiales nobles, junto con el predominio del blanco y negro, son el hilo conductor”, explican.
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