Hay sitios de Italia que son infaltables en cualquier itinerario, pero hay otros que son excelentes complementos con encantos irresistibles. La nueva promoción “Italia es belleza” apuesta a mostrarlos.
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Con solo abrir el mapa de Italia siempre hay nuevos lugares para deslumbrarse, circuitos alternativos no tan visitados o experiencias que pueden enriquecer los viajes. Por ejemplo, el primer arribo para enamorarse (quizás una vez más) es Roma, la eterna, la joya cultural y arquitectónica, la capital histórica más visitada del planeta y el centro de la cristiandad, que hoy tiene un imán espiritual, el Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco.

“Encaramos planes para dar a conocer la otra Italia, más allá de los sitios tradicionales y atadas a experiencias sensibles. Esta es una de nuestras prioridades desde que se reabrió la sede del ENIT en 2011 tras estar cerrada una década. Un caso elocuente es la región de Puglia, que la hemos estado proyectando y ahora está muy bien posicionada entre los argentinos. Es el fruto de ocho años impulsándola con estrategias 360”, explicó Verónica Morello, coordinadora argentina del ENIT (la Agenzia Nazionale del Turismo).
Profunda conocedora de vivencias viajeras y, como buena arquitecta, con criterio para organizar y gestionar proyectos, Morello encabezó la difusión y desarrollo de dos iniciativas convocando a operadores, agentes de viaje, empresarios y periodistas en la exquisita Raggio Osteria, en el barrio de Palermo. Aquí, Mancini Worldwide lanzó “Italia es belleza” y “Med Fest”.
La directiva explicó que el último “es un importante evento que aglutinará a los países costeros del Mediterráneo. Para esto estamos trabajando con Alessandro Mancini, a quien conocemos desde la Expo Milano 2015 cuando giramos por la Argentina para contar de qué se trataba. Tiene un gran profesionalismo e ideas innovadoras y nosotros brindamos el soporte local. Se da en un contexto ideal: el flujo de argentinos entre 2012 y 2019 -al margen de cuál fuera la situación económica o cambiaria- implicó un incremento del 240% y el gasto de los viajeros creció un 180%. En tanto que desde que asumió el Papa Francisco aumentó un 300%.”

Por su parte, el milanés Mancini, carismático y apasionado (¡bien italiano!) afirmó que “el argentino busca alternativas exclusivas, que no significan lujo sino algo particular, pueblos chicos ubicados quizás en las periferias y también opciones gourmet, de enoturismo y agroturismo. Un panorama 360 con cultura, arte, diversión, deportes, comidas o cuestiones espirituales porque la gente quiere probar un poco de todo, vivir emociones distintas que le dejen recuerdos para toda su vida”.

La sugerencia suscita dar un vuelo rasante de memoria sobre la bota itálica y surgen puntos tentadores como Orvieto (región de Umbria), Paestum (Campania), Monteriggioni (Toscana), Trapani (Sicilia) y tantos otros. Por esto, la presentación se enfocó en “tres clásicos destinos peninsulares como lo son las ciudades de Roma, Milán y Venecia”; pero resaltando “la aventura de recorrer otros sitios cercanos de a lo sumo dos o tres horas de auto -que para los argentinos no es mucho- y recrearse con otras vivencias o placeres”. La siguiente es una síntesis de las propuestas.

Tentaciones para atreverse más
Milán, es sabido, ostenta construcciones poderosas en el casco histórico como el inmenso Duomo de estilo gótico y el antiguo Castillo de Los Sforza con sus ocho museos. Pero la cultura milanesa es también una usina de creatividad en diseño que excede el marco de la estética de la moda y es un referente insoslayable para las compañías de indumentaria. Siempre habrá algo para darse un gustazo.

Por esto, Mancini también resaltó la importancia de Scalo Milano, un espectacular outlet de marcas de prestigio a unos 20 minutos del centro, con 180 comercios de fashion, diseño y comida con hasta un 70% de descuento todo el año. En tanto que en lo deportivo citó los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán y Cortina d’Ampezzo 2026, el suceso mundial que se desplegará entre el 6 y el 22 de febrero en ambas ciudades norteñas.
Unos 280 km al este, Venecia es generosa: más allá de la romántica experiencia de navegar en góndola sus canales admirando los palacios renacentistas y góticos, o apreciar la Plaza de San Marcos o divertirse con el vibrante carnaval, aunque también presenciar el arte de los icónicos cristales de Murano. Entre las marcas de prestigio es factible visitar OroVetro, que crea accesorios de decoración e iluminación exclusivos producidos mediante técnicas tradicionales que tienen su génesis en el siglo XIII.

Igualmente, se mencionó que en la riviera de Liguria, si bien son idílicas Cinque Terre o Portofino, hay que conocer Imperia. Ubicada en la frontera con Francia, además de tener playas, marinas con veleros, actividad pesquera y riqueza olivícola, es el puerto de origen de los padres de Manuel Belgrano, por lo cual se conmemora cada 20 de junio (fecha de su fallecimiento) con banderas que flamean en una ciudad que lo recuerda monumentos, bustos, una calle y una biblioteca.
Otra salida aleatoria es entrar al fantástico y mágico Museo del Clown (Villa Grock), en homenaje al payaso suizo Grock (Karl Adrien Wettach su nombre), un artista internacional multifacético que vivió aquí desde 1920 hasta que murió en 1959. La villa es ahora museo.

Otro consejo, ya en el este de la Toscana, estuvo dedicado a Arezzo. Alberga frescos del genial Piero della Francesca en la Basílica de San Francisco, mientras que en junio y septiembre concentra la atención la festividad Giostra del Saracino, un juego de caballería del medioevo donde los cuatro barrios aretinos compiten con caballos, armaduras, estandartes y lanzas.
Será también ocasión para ser testigo de la cosecha de trufas negras de la firma Boscovivo, que produce los tartufi a unos 15 km de Arezzo con una sofisticada técnica de cultivo para este ingrediente muy demandado por la cocina gourmet europea.

Abrazar el pasado, pensar el futuro
Otro de los estímulos planteados en el encuentro fue el turismo de raíces (en el contexto del específico programa Italea) que impulsa el gobierno italiano “con el objetivo de atraer a descendientes que quieran conocer su lugar de origen, la herencia cultural e histórica e interactuar con esas comunidades. Sabemos que más de un 50% de los argentinos tiene origen italiano, entonces, queremos que visiten esos pueblitos quizás lejanos, que recorran sus calles, que hablen con los vecinos, que puedan hacer, por ejemplo, un curso de cocina típica o vivir una festividad”, dijo Morello con entusiasmo.

La emoción cultiva los deseos de viajar y, es sabido, recorrer Italia es también una fiesta para el sabor ya que es el tercer país del mundo con la mayor cantidad de restaurantes con estrellas Michelin. En cuanto al prodigioso catálogo vinícola sugirieron no perderse las catas y paladear, por ejemplo, las burbujas de una copa de algunos de los vinos espumantes Bortolomiol (un reconocido prosecco), con sus viñedos en Valdobbiadene, provincia de Treviso (Véneto), zona vitícola declarada Patrimonio de la Unesco como paisaje cultural.

Copas que bien pueden acompañar un sabroso plato de maccheroni (macarrones) napolitanos de la tradicional fábrica Gerardo Di Nola fundada en 1870, empresa tradicional que auspicia el emprendimiento turístico.
En otro tramo de su charla, Mancini se refirió a otro enclave no tan conocido como es la isla de Procida, capital italiana de la cultura en 2022, con sus casas engalanadas con toda la paleta de colores y el mar entre transparente y turquesa. Porque siempre que se elige Nápoles, se sugieren las islas de Ischia o Capri y no a Procida.

Finalmente, el promotor explicó la trascendencia de la próxima Med Fest, una convención de los 24 países con vistas al Mediterráneo que se desarrollará del 25 al 28 de septiembre en Cerdeña y donde se debatirá en torno a turismo sostenible y responsable, energía renovable, biodiversidad, patrimonio cultural y gastronomía que signifiquen un mayor bienestar para las naciones ribereñas, las cuales concentran una población de unos 522 millones de habitantes.
Las múltiples sesiones y actividades transcurrirán en Olbia, en la zona costera del nordeste de la isla, renombrada por la paradisíaca y extensa Costa Esmeralda, por la basílica medieval de San Simplicio, los elegantes cafés que adornan las plazas centrales, el paseo marítimo bordeado de palmeras sobre el golfo y un aeropuerto internacional.
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