Green friday. La revolución del consumo consciente
A contramano de las “leyes del mercado”, hay empresas que en las fechas de descuentos bajan sus persianas para desalentar las compras excesivas
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“Cerrado por Black Friday”, anunciaba el cartel virtual que colgó en su e-commerce Qualia, una marca de anteojos de plástico 100% reciclado. A contramano del frenesí de compras desatado por el día de descuentos –que en muchos casos se estira hasta este fin de semana–, este emprendimiento sustentable decidió cerrar la persiana para generar conciencia sobre el impacto del consumo desmedido en el ambiente.
En palabras de Martín Vázquez, su joven fundador, se trató de un pequeño acto de revolución. “Entendemos que este tipo de fechas generan un consumo excesivo que va en detrimento de nuestro planeta”, sostiene el emprendedor. Por suerte, no es el único. Cada vez son más las empresas y también los consumidores que adhieren al Green Friday, una suerte de antítesis del viernes negro, que promueve el consumo responsable. El movimiento, que se gestó en Europa y que viene ganando adeptos por estas latitudes en los últimos años, busca despertar la conciencia ambiental con algunas preguntas incómodas: ¿Realmente necesitamos lo que compramos? ¿Estamos ante una ganga si al final le cuesta al planeta?
Sucede que detrás de los irresistibles descuentos, que en tiempos de crisis económica para muchos son la única forma de acceder a determinados productos, se esconde un elevado precio ambiental. Según cifras del sitio Black Friday Global, las compras por internet aumentan en esta fecha más de un 600% con respecto a los días normales. A su vez, los envíos rápidos a domicilio requieren de tres veces más energía que los habituales, lo que se traduce en una huella de carbono descomunal que acelera el cambio climático. A ello se suma el plástico del packaging, una epidemia que en Estados Unidos ya representa el 30% de los residuos sólidos urbanos. “Simplemente no podemos continuar creando montañas de plástico, de residuos electrónicos y de moda rápida, tenemos que repensar radicalmente nuestra relación con la producción, el consumo y el desecho”, exhortan desde Greenpeace, una de las tantas organizaciones que denuncian que la fiebre de consumismo extremo está enfermando al planeta.
Si bien algunos impulsan un estricto Buy Nothing Day, con originales protestas como caminatas zombies con changuitos vacíos en los supermercados o tijeretazos masivos de tarjetas de créditos en los shoppings, lo cierto es que el Green Friday no es un movimiento anticonsumo. De hecho, para muchos es una oportunidad para levantar la voz y promover una forma de consumo más responsable. “No veo ningún problema en una fecha promocional, pero sí en las empresas que no son responsables y en los consumidores que muchas veces no son conscientes”, opina Marcos Aliaga, director de Meraki, un pujante start up de cepillos de dientes de bambú y de otros productos de cuidado personal biodegradables. Y agrega: “Me gustaría que en el Black Friday el mensaje sea emitido por el consumidor y que el receptor sea la empresa. Como consumidores tenemos la responsabilidad de contribuir desde nuestro lugar mediante los productos que elegimos”.
En la misma línea, Vázquez sostiene: “Es importante que los consumidores entiendan que tienen el poder a partir de sus decisiones. Tienen que exigir e incomodar a las marcas para que las cosas se hagan mejor, ya que todos los grandes cambios suceden de abajo hacia arriba”.
¿De qué hablamos entonces cuando hablamos de consumo consciente? Se trata, básicamente, de entender el impacto ambiental y social de lo que estamos comprando. Por eso es clave elegir productos reciclables o con mucha durabilidad, que eviten la generación de desechos innecesarios y preferentemente que provengan de marcas con propósito, que produzcan de manera amigable con el ambiente y que sean carbono neutrales.
“El mejor consejo es rechazar todo aquello que no necesitás, reducir las compras a lo esencial, evitando el consumo extremo y priorizando productos que sean reutilizables. Tengamos en cuenta que tan solo se recicló el 9% de todo el plástico producido a nivel mundial”, aporta Aliaga.
A juzgar por el bombardeo de descuentos y promociones al que somos sometidos a diario, suena utópico esperar que una gran parte de los consumidores se resista a la lógica del Black Friday. Sin embargo, hay indicios que invitan a pensar en un cambio de paradigma: un reciente estudio de tendencias de Mercado Libre, la meca del e-commerce latino, revela que aumentó un 86% la cantidad de usuarios que eligen productos con impacto positivo en el último año y que subió un 192% la cantidad de vendedores sustentables. Un paso más en la pequeña revolución de los consumidores conscientes.
El autor es periodista especializado en sustentabilidad y fundador de www.Aconcagua.lat