Inclusiva y low cost. Cuál es la actividad que no genera impacto medio ambiental y es beneficiosa para la salud
Importante a nivel mundial por su atractivo turístico, propone adentrarse en la naturaleza y conectarse con el entorno
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Poner un pie delante del otro es un acto tan instintivo que pocas veces nos detenemos a pensar en su significado. Para la gran mayoría, caminar no es más que una acción de locomoción, de trasladarse de un punto a otro. Pero para algunos también puede ser una experiencia transformadora. Así lo entienden los amantes del senderismo, una práctica en apariencia monótona que, paso a paso, gana adeptos en la Argentina y en el mundo.
¿Qué es el senderismo? Se trata básicamente de caminar durante horas –y a veces días o incluso meses– por un sendero disfrutando de la naturaleza. Mezcla entre deporte y actividad turística, concentra muchos de los valores de la época: es inclusivo, (por su bajo grado de dificultad cualquiera puede practicarlo); es low cost (la mayoría de los senderos son gratuitos y no se necesita más que un par de zapatillas para iniciarse); y sobre todo es sustentable (prácticamente no genera impacto sobre el medio ambiente). “Los beneficios del senderismo son múltiples tanto para las personas como para la naturaleza. Nos permite una reconexión con el ambiente natural, algo de lo que nos hemos alejado paulatinamente con la llegada de la modernidad y la tecnología. La experiencia de caminar en la naturaleza nos vuelve parte activa del ecosistema y nos hace convivir con el resto de las especies en perfecta armonía, como se hacía ancestralmente”, describe Mauro Prati Rupp, senderista experto que se desempeña como Coordinador de Parques y Comunidades dentro del Parque Patagonia, que actualmente pertenece a la Fundación Rewilding Argentina. Ubicado al noroeste de Santa Cruz, en el corazón de la Patagonia austral, este paraíso natural de coloridas mesetas, estepas, lagos y paisajes volcánicos, que incluye a la célebre Cueva de las Manos entre otras atracciones, se convirtió en un destino predilecto para senderistas locales e internacionales. “Todos los senderos del parque son de uso libre y gratuito y están siendo adaptados para bajarles las pendientes y sus exigencias, y hacerlos más inclusivos para toda la familia. Nuestro plan es llegar a completar una red de 200 kilómetros de senderos auto-guiados y consolidarnos como un destino de naturaleza orientado al avistaje de fauna”, agrega este explorador nacido y criado en Perito Moreno. Como apunta la ambientalista y ensayista estadounidense Rebecca Solnit en su imperdible Wanderlust, una historia del caminar, el hábito de explorar la naturaleza a pie se remonta a los orígenes del ser humano y ha sido objeto de inspiración para innumerables novelas, poemas y películas. En muchas latitudes se mantiene esta sana costumbre, al punto de que en algunos países de Europa, por ejemplo, el senderismo es casi un deporte nacional. En Argentina, pese a sus inmejorables escenarios naturales, la práctica se encuentra sorprendentemente poco desarrollada. Y eso que la inmensidad de la Patagonia es una de las características más codiciadas por el senderismo internacional, una comunidad tan activa como silenciosa que mueve miles de millones de dólares anuales. Si bien desde Parques Nacionales la fomentan y ya existen circuitos consolidados principalmente en El Chaltén y en la zona de Bariloche, estamos lejos en términos de variedad y calidad de caminos e infraestructura en comparación con destinos de renombre mundial como Nueva Zelanda, Estados Unidos, Francia o Perú, por nombrar algunos. “Esperemos que en Argentina logremos instaurar más destinos de senderismo con una mayor accesibilidad y que sirvan para poder generar una mayor conciencia ambiental sobre la forma en que nos relacionamos con la naturaleza”, aportan desde Rewilding Argentina.
Al respecto, un ambicioso proyecto busca empezar a saldar la deuda con los caminantes locales. Se trata de la Huella de Glaciares, el primer sendero de largo recorrido binacional de la Patagonia, que une el suroeste de la provincia de Santa Cruz, en la Argentina, con el sur de la región de Aysén, en Chile. La fascinante travesía recorre bosques patagónicos, glaciares y montañas a lo largo de 120 kilómetros que se completan en alrededor de siete días, con conexiones a caballo y en barco incluidas. Sin embargo, no es necesario viajar hasta la Patagonia para incursionar en el senderismo este verano. Según Wikiloc, la aplicación colaborativa donde exploradores aficionados pueden subir sus propios recorridos, existen ¡127.000 opciones! de senderos en Argentina. Claro que la gran mayoría de ellos no están homologados. Entre los más transitados en la provincia de Buenos Aires figuran los de Sierra de la Ventana y Tandil, mientras que los bosques de Pinamar y el Delta del Paraná también esconden alternativas ideales para principiantes. Paso a paso y siempre en contacto con la naturaleza, el senderismo conquista por su simplicidad.