Atrapan en Lomas de Zamora a una peligrosa asaltante paraguaya que llevaba diez años prófuga

"Colores" fue, a principios del nuevo milenio, la cabecilla de una peligrosa organización criminal que asoló a Paraguay con una serie de asaltos de tipo comando y secuestros extorsivos. En 2005, tras el atraco a una financiera, su banda se enfrentó con una brigada que los perseguía y mató a un policía. El 21 de mayo de 2005, finalmente, fue detenida y llevada a la cárcel de mujeres del Buen Pastor, en Asunción. Allí apuñaló a Carmen Villalba, líder y vocera del autoproclamado Ejército Popular Paraguayo. En 2007, durante una escala en un traslado, sus cómplices la rescataron. Semanas después, ella misma amenazó con un cuchillo a dos soldados regulares para robarles sus fusiles M16.

La Justicia guaraní dictó 23 pedidos de captura nacional e internacional en su contra por los robos, secuestros y homicidios. Pero ella se esfumó, se convirtió en un fantasma. No se supo nada más de Blanca Rosa González, de 42 años, hasta ahora, que fue ubicada en partido de Lomas de Zamora. Detectives de Homicidios de la policía bonaerense la atraparon en Itatí y Espronceda, de Ingeniero Budge, a unas treinta cuadras del nuevo puente La Noria. Ya se iniciaron los trámites para extraditarla a Paraguay, que la busca desde hace más de una década.

Según las crónicas del crimen paraguayas, Blanca Rosa nació el 6 de julio de 1976 en Villarrica, capital del departamento del Guairá. La mayoría de edad ya la encontró al frente de su propia gavilla de asaltantes. Primero, robaban coches; luego evolucionaron hacia los asaltos a viviendas particulares, empresas y cooperativas. De allí a los lucrativos secuestros extorsivos hubo solo un paso. Planeaba los raptos junto a su pareja, "Colores" -también conocida por su apodo en guaraní: Mondaha- un brasileño con vastos antecedentes.

En 2005, la banda de "Colores" emprendió un asalto comando a una financiera. Ella y cinco cómplices se llevaron casi 49 millones de guaraníes (hoy, poco menos de 10.000 dólares). En su huida mantuvieron un enfrentamiento armado con la policía, en el que mataron a uno de los agentes. Ese golpe la convirtió en la enemiga pública número uno en Asunción.

En mayo la atraparon, luego de que en una de sus tantas incursiones delictivas les robaran los fusiles a dos soldados del Ejército paraguayo.

Fue trasladada a la cárcel de mujeres de la capital. Allí el poder intramuros estaba encarnado en Carmen Villalba, del grupo sedicioso "Ejército Popular Paraguayo". "Colores" se le opuso rápidamente. El 5 de agosto de 2006, hubo una fuerte discusión entre ambas. La tensión subió de tono hasta que Blanca Rosa sacó un cuchillo y se lo clavó en la pierna a su rival. Más tarde diría, en declaraciones a la prensa citadas por el diario ABC Color, que "Carmen Villalba era insoportable" y que si hubiese querido podría haberla matado en la pelea, pero que prefirió no hacerlo.

Ocho meses después de ese suceso, y tras haber sido llevada a comparecer al Palacio de Justicia de Asunción por una de las causas en su contra, el móvil en el que era trasladada de regreso al Buen Pastor se detuvo en un bar de la avenida Estados Unidos, cerca del estadio de Sol de América, en Asunción. Los guardias bajaron con la rea con intenciones de desayunar; pero tres asaltantes los interceptaron: iban a rescatar a "Colores". Blanca Rosa González pasó, entonces, a la clandestinidad.

La última orden de captura en su contra databa del 7 de junio de 2013. Para entonces, informes de inteligencia criminal paraguayos ya la ubicaban en la Argentina. Haciendo honor a su apodo, se cambiaba habitualmente de color el pelo para no ser fácilmente reconocida.

Pero con los datos aportados desde Paraguay, los detectives del Departamento de Homicidios de la policía bonaerense lograron identificarla. Estaba en Ingeniero Budge y, con anuencia de la Justicia, los policías montaron el operativo que posibilitó su captura.