Breaking Bad en la frontera. Tras el tiroteo con narcos en el límite con Bolivia, ahora secuestraron 137.000 pastillas de metanfetamina
Gendarmería decomisó el cargamento récord de drogas sintéticas en la cercanía del paso internacional entre la Quiaca y Villazón
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La actividad narco se intensificó en la frontera con Bolivia. También aumentó la vigilancia de la Gendarmería en los alrededores de los cruces de Aguas Blancas-Bermejo, Tartagal-Yacuiba y La Quiaca-Villazón. Pocas veces antes pudo visualizarse en una semana el decomiso de varios cargamentos de más de 100 kilos de cocaína, además de tiroteos entre traficantes y patrullas de la fuerza de seguridad federal. Y ahora se dio otra situación bastante anormal: se decomisaron más de 137.000 pastillas de metanfetamina que portaba un bagallero en las cercanías del paso internacional instalado en Jujuy.
Para dimensionar esa incautación habrá que señalar que desde 2015 el mayor secuestro de drogas sintéticas -ya no solo metanfetamina, sino toda variante de diseño, incluyéndose claro el más conocido y genérico éxtasis- fue de 222.201 píldoras arrancadas del mercado ilegal durante todo 2017. En diez años, el promedio anual de secuestro de drogas sintéticas fue de 100.000 unidades. El volumen descubierto en el paso entre la Argentina y Bolivia adquiere otro valor en la comparación de datos. Y por los general no es la zona donde se esperaría encontrar esa clase de sustancia, aunque hay en el historial delictivo algunos casos aislados. Mucho más rara es la dirección en la que caminaba ese bagayero con la droga: de la Argentina a Bolivia.
El sentido de ese contrabando sustentaría la teoría de que se trataba de un intercambio de una clase de droga por otra. En la frontera con Bolivia los mayorista de cocaína aceptan el trueque como forma de pago. Hace tiempo que granos pasan hacia Bolivia y cocaína regresa en la misma carretilla en los pasadizos armados entre las fincas de la zona conocida como El Cañaveral, a pocos kilómetros del cruce de Tartagal a Yacuiba. Las formas de pago se diversificaron.
Investigaciones judicial demostraron este año, además, que Bolivia se convirtió en el nuevo destino de las motos de alta gama que se roban en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Luego de apoderarse de esos vehículos, los delincuentes los desarman y mandan las partes por encomiendas a Jujuy y Salta, a ciudades fronterizas. Y también fueron detenidos narcos bonaerenses que viajaban a La Quiaca, alquilaban vehículos para travesías y simulaban robos para cruzar la frontera con esas camionetas y volver con drogas. Los vendedores argentinos no quieren desprenderse de dólares y los narcos bolivianos aceptan cualquier cosas menos pesos, claro. Para los investigadores de la Gendarmería, ese cargamento récord de metanfetamina sería para de una negociación para conseguir cocaína.
El hombre que portaba los 31 kilos de pastillas de metanfetamina abandonó el bulto que portaba en su espalda apenas notó el movimiento de los gendarmes y logró escaparse hacia Bolivia. Los investigadores intentan, de todas maneras, reconstruir la forma en que esas pastillas llegaron a La Quiaca.
A diferencia de los estupefacientes que tienen su origen vegetal, las drogas sintéticas no necesitan condiciones especiales para su fabricación, por lo que puede ser producida en territorio argentino, a diferencia de los que ocurre con la cocaína, cuyo elemento primario, la pasta base, solo puede emerger de laboratorios en Bolivia, Perú y Colombia. La actual situación en la frontera con Bolivia fue analizada por fiscales de ambos países en una reunión -tan poco habitual como el contrabando de metanfetamina en esa zona,- que se realizó en Salta, en junio pasado.
“A modo de novedad, se mencionó el transporte simultáneo de drogas, compuesto por los estupefacientes tradicionales, como cocaína y marihuana, a los que se suman ahora sustancias psicotrópicas, también conocidas como drogas de diseño, cuya composición es variable y con alcance nocivo aún más peligroso”, indicó el Ministerio Público Fiscal al informa sobre ese encuentro.
Tiroteo con narcomochileros
Los funcionarios judiciales de la Argentina y Bolivia tienen mucho de qué conversar en estos días. especialmente, después de que ocurrió otro suceso anormal en la frontera: contrabandistas se tirotearon con patrullas de la Gendarmería. No es común ese enfrentamiento, en general los traficantes optan por una veloz fuga o se entregan en procura de aprovechar las facilidades judiciales que entrega la Argentina. pero esta vez se plantaron a defender el cargamento. Raro. “La zona es un polvorín”, explicó un hombre que conoce los detalles de lo ocurrido.
Es que se registró esta semana un feroz enfrentamiento de la Gendarmería con 20 narcotraficantes que habían cruzado la frontera desde Bolivia. El personal de la fuerza de seguridad federal intentó detener a ese grupo al observar que habían ingresado en nuestro país por un paso clandestino en el norte de Salta y que portaban grandes mochilas, una situación que era similar a la registrada pocos días atrás, cuando se logró interceptar un importante cargamento de drogas.
En ese momento, los contrabandistas abrieron fuego contra la patrulla, cuyos integrantes contestaron la agresión. Poco después se produjo otro tiroteo con esa banda. Uno de los agresores fue abatido por los gendarmes, que decomisaron 122 kilos de cocaína que eran transportados en los mencionados bultos.
Los 20 narcomochileros habían sido detectados por los gendarmes que se desempeñan en la sección Aguas Blancas, del Escuadrón 20 Orán, junto con efectivos de la Unidad de Inteligencia Criminal Salta.
En un comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad de la Nación se señaló que “al advertir la presencia de las fuerzas, los sospechosos abrieron fuego, lo que desató un intercambio de disparos. Durante la fuga, algunos delincuentes abandonaron el cargamento de droga, intentando huir. Sin embargo, los agresores regresaron para recuperar los bultos con el estupefaciente, desencadenando una nueva confrontación”.
Además del narcotraficante abatido, la Gendarmería arrestó a tres integrantes de esa banda, dos de nacionalidad boliviana y un argentino. Se incautaron 122 kilos de cocaína que estaban en forma de “ladrillos” dentro de las mochilas abandonadas por los contrabandistas, y en la zona del enfrentamiento se secuestraron cinco armas de fuego.
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