Condenaron a prisión perpetua a la empleada doméstica que mató a un ingeniero en el country La Delfina
Rosalía Paniagua había confesado el crimen; fue encontrada culpable de homicidio calificado por ser cometido criminis causae
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No había secretos. Iba a haber condena. La acusada había confesado el crimen durante el juicio. Solo faltaba conocer la pena. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 de San Isidro condenó a prisión perpetua a Rosalía Paniagua al encontrarla culpable del homicidio del ingeniero Roberto Eduardo Wolfenson Band, asesinado en su casa del country La Delfina, de Pilar, el 22 de febrero de 2024.
“El señor me descubrió agarrando el celular y empezó la pelea, la discusión. Me empezó a decir cosas malas: que era una desgraciada, una puta, una paraguaya ladrona y que iba a llamar a la policía. Me agarró de los pelos. No quise lastimar al señor. Todo se me nubló cuando me dijo ‘la concha de tu madre’, y se me fue de las manos”, había dicho durante el juicio la acusada.
Sus palabras, durante la segunda audiencia del debate, fueron escuchadas con atención por Esteban y Laura, los hijos de la víctima, que estaban sentados detrás de su abogado, Tomás Farini Duggan.
Ese día, no estuvo presente Graciela Orlandi, la pareja de la víctima, la testigo principal de la primera jornada.
“Roberto no merecía morir así. Era muy buena persona. Estuve un mes sospechada. Quiero que se castigue a la asesina”, dijo Orlandi, representada por el abogado Alejandro Broitman.
La fiscal Laura Capra había pedido la pena de prisión perpetua durante su alegato. La defensora oficial María Dolores Gómez solicitó que fuera hallada culpable de “homicidio en ocasión de robo”, un delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años.
“Paniagua tuvo dolo de robar, más no de matar” y que fue descubierta por la víctima que “la atacó” y producto de ese forcejeo ocurrió el homicidio, sostuvo Gómez durante su alegato.

El fallo del TOC N°4, presidido por el juez Esteban Andrejin e integrado también por sus colegas Victoria Santamaría Guglielmetti y Osvaldo Rossi, fue unánime. La acusada fue encontrada culpable de homicidio calificado por ser cometido criminis causae (matar para lograr la impunidad) en concurso real con robo.
Tras conocer la sentencia de los jueces, el abogado Farini Duggan, afirmó a LA NACION: “Es una decisión justa. Se pudo demostrar que Paniagua mató para lograr la impunidad del robo y con ello los familiares de Wolfenson no solo conocen la verdad, también saben que no volverá a cometer delitos, pues ha sido condenada a prisión perpetua”.

Los fundamentos
En su voto, el juez Rossi explicó: “Mas allá de las magras explicaciones de la procesada tendientes a morigerar su harto comprometida situación, lo cierto es que otras probanzas colectadas, más los testimonios auditados, objeto de ponderación, echan por tierra toda alegación vertida en sentido diverso. Conviene puntualizar que dentro del sistema de las sinceras convicciones que en el juicio oral rige la valoración de la prueba, resulta innecesario dividir la confesión entendida como el reconocimiento de una conducta típica, cuando el autor introduce excusas que permitirían atenuar o eliminar su responsabilidad, pues la prohibición de dividir la confesión calificada en perjuicio del declarante constituía un resguardo que la ley adoptaba solo para validar la plena prueba de confesión en el régimen de las pruebas legales del procedimiento escrito de la Ley 3589. A partir de las pruebas de informes periciales que han sido incorporadas por lectura, y que resultan objetivas -no obstante la audición que se pueda obtener de quien las realiza-, lo cierto es que emerge como indubitada la participación activa de la imputada en la muerte de Wolfenson".
Paniagua tiene 36 años. Pasó de ser una testigo clave, por haber sido la última persona que vio con vida a la víctima, a ser la acusada del crimen.
Las claves para detenerla fueron las cámaras de seguridad instaladas por la empresa Trenes Argentinos en la estación Derqui del ferrocarril San Martín y la activación del teléfono celular de la víctima, que habría sido manipulado por Paniagua mientras esperaba la formación.
Además, en la casa donde fue detenida Paniagua se secuestró el parlante con conexión bluetooth que había desaparecido de la casa de la víctima. También fueron incautados un cuchillo, la ropa que ella llevaba puesta el día del crimen, la mochila y una tarjeta SUBE.
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