Conmoción en Río Cuarto. Fue a buscar a su expareja a una fiesta y la mató de un tiro en la cabeza delante de todos
La víctima, Lara Gigena, tenía 21 años y era madre de dos niñas; ya había perdido un embarazo por los golpes que él le daba; familiares, amigos y referentes de #NiUnaMenos reclamaron justicia
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CÓRDOBA. A medida que se conocen los detalles del decimoquinto femicidio del año en Córdoba —esta vez, en Río Cuarto— crece la indignación y la conmoción social. Lara Gigena, de 21 años, estaba en una reunión de amigos cuando apareció su expareja y la atacó a balazos. Fue en la madrugada del sábado; ayer, casi a la misma hora en la que en el partido bonaerense de La Matanza miles de personas se concentraban para exigir medidas del Estado tras el homicidio del quiosquero Roberto Sabo, la familia de Lara, sus amigos e integrantes del colectivo #NiUnaMenos reclamaron justicia por su caso.
El colectivo Entramadas, por ejemplo, planteó: “Todas las mujeres afectadas por violencia del género y víctimas de femicidio necesitamos un Estado presente en la prevención, acompañamiento y erradicación de violencia de género; es urgente una Justicia con perspectiva de género”.
Gigena estaba en la casa de unos amigos, en una reunión, cuando su expareja, Ariel Torres de 23 años, llegó a los gritos. Ella salió a la calle, comenzaron a discutir y él le disparó. Cuando la joven arribó al Nuevo Hospital Regional San Antonio de Padua ya estaba muerta.
Torres quedó detenido. La hermana de Gigena contó que ella ya había perdido un embarazo a causa de los golpes que sufría; era mamá de dos niñas de su pareja anterior. “Ella quería olvidarse de él. Al principio estaban bien y después empezaron las peleas y los maltratos. Mi hermana perdió un hijo de él por los golpes que le dio estando embarazada”, contó la hermana a la prensa.
La chica agregó que Gigena salió con “unas chicas” y estaba en una fiesta en la casa a la que fue Torres. “Una de las amigas se asomó por la ventana y vio que Ariel le estaba pegando a mi hermana. Entonces salió y la defendió. Intentó meterla adentro de la casa y él apareció con un arma y le pegó un tiro desde atrás”, describió.
Según los testimonios, la expareja había estado también en la fiesta, ambos discutieron y él se fue para regresar “con el revólver”. El viernes, a las 21, la víctima hizo el que sería su último posteo en sus redes sociales: “¿Qué onda hoy, o me tendré que ir a dormir?”. Finalmente, decidió ir con unas amigas a la casa de la calle Thomas Edison al 500, en Río Cuarto.
En septiembre del año pasado, Torres cambió su foto de perfil en Facebook e incluyó un texto que decía “Nací para cuidar a la mujer. No para violarla ni matarla”. La bala que le disparó a Gigena le perforó el cráneo y le dejó orificios de ingreso y de salida.
El fiscal Fernando Moine, a cargo de la causa, lo acusó de “homicidio calificado por mediar violencia de género”. Los investigadores encontraron la bala homicida y también el arma en una serie de allanamientos; estaba escondida en el auto del padre de Torres.
Amigas de la víctima aseguran que ella ya había contado hechos de violencia, y que Torres incluso le había disparado en una pierna; otras veces fueron golpes. Según los dichos, Gigena no quería denunciarlo por “miedo” a que tomara represalias contra su familia.
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