Crímenes con impacto político
LA PLATA.- El doble homicidio de los comerciantes de Cañuelas y la consecuente reacción de los habitantes de esa ciudad no podían ocurrir en un momento menos oportuno para Daniel Scioli, cuestionado como nunca por la administración central. Es que la política de seguridad es uno de los puntos más sensibles de la conflictiva relación entre el gobernador y su vice, Gabriel Mariotto, que en febrero pasado incluso llegó a encabezar una marcha contra el ministro de Seguridad de la provincia, Ricardo Casal.
El impacto político del doble crimen y la pueblada tienen un elemento adicional: la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi, es la esposa de uno de los hombres más cercanos a Scioli: el ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Arrieta, anterior intendente de aquella ciudad. La primera reacción de los vecinos fue concentrarse en el palacio municipal y depositar todo el peso del reclamo sobre la jefa municipal. Incluso, llegaron a exigir su salida.
"¡Que renuncie!", gritaban los vecinos. "No la eligió el pueblo, la puso ahí su marido." Es que hasta noviembre pasado, Fassi era la jefa del gabinete de Cañuelas, y su marido, el intendente; a fines de ese mes, cuando Scioli designó a Arrieta ministro de Asuntos Agrarios, Fassi lo reemplazó. "Desde que Arrieta se fue, esto es tierra de nadie", se escuchaba durante la protesta.
Scioli había enviado a Cañuelas muy temprano, a Casal y al jefe de la policía, Hugo Matzkin. El ministro tuvo que defender a la intendenta en un intento de separar el hecho del ámbito político.
Cerca del despacho del gobernador negaron que Scioli considere que detrás de la movilización pueda haber intenciones políticas vinculadas con las ahora tan conflictivas relaciones con Mariotto y el gobierno de Cristina Fernández. "Tal vez la reacción de los vecinos tiene que ver con que la intendenta hizo trasladar al jefe de la policía comunal. Ese puede ser un hecho concreto", dijo a LA NACION una fuente muy cercana al mandatario.
Tampoco entrevén intenciones políticas detrás de la pueblada las fuentes cercanas al vicegobernador; uno de los colaboradores de Mariotto dijo: "No vemos una mano aviesa de la política interna que esté haciendo mella. Vemos un tema específicamente de seguridad".
Igual, la calma aún parece lejana: ayer fue a Cañuelas un grupo de vecinos de Quilmes -protagonistas de varias protestas en reclamo de seguridad- para apoyar la movilización. Dijeron que están programando una reunión para el sábado próximo con representantes vecinales de 13 distritos del conurbano, para organizar una marcha multitudinaria.
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