Efecto cascada. Un video mostró los rostros de dos “viudas negras” y ahora no paran de aparecer víctimas que las reconocen
Las jóvenes captaban a hombres de mediana edad en dos boliches de Palermo; fueron detenidas en las últimas horas por dos casos de marzo, pero ya suman al menos ocho los damnificados; serán indagadas este viernes y no se descarta que se acumulen nuevos denunciantes
La difusión de los rostros de dos “viudas negras” que en marzo pasado engañaron, drogaron y desvalijaron a un turista italiano en un departamento del barrio de Palermo desató un efecto cascada. Desde la detención de las jóvenes, no dejan de aparecer víctimas que las reconocen como el dúo que les prometía una noche de placer, pero los dejaba dormidos en una amarga pesadilla. Hay dos elementos comunes a todos los casos: las mismas dos chicas y los mismos dos boliches como escena de primer contacto: Input y Kika.
Las acusadas, identificadas como Camila Agostina Soria y Estrella Carbajo, fueron detenidas en las últimas horas por efectivos de la Policía de la Ciudad. Serán indagadas mañana por el juez Darío Bonanno y el fiscal Martín López Perrando, que por estas horas siguen recibiendo casos de damnificados. Hasta el momento llevan ocho. Pero se prevé que se podrían sumar más.
En los allanamientos que dieron paso a las detenciones, en departamentos del barrio de Villa Lugano y en Constitución, la policía incautó no solo importantes cantidades de dinero, sino múltiples objetos que, se presume, son producto de los robos que las mujeres cometían después de drogar y dormir a sus víctimas para saquearles sus departamentos, según confiaron a LA NACION fuentes de la investigación.
No se descarta que el plantel de “viudas negras” esté integrado por otras jóvenes, además de las dos detenidas. De hecho, al menos una de las víctimas fue abordado por tres mujeres dentro de uno de aquellos boliches. En los operativos de detención, en los domicilios allanados por personal de la División Investigaciones Comunales 14 de la Policía de la Ciudad, fueron aprehendidas otras tres mujeres.
Además, de las distintas probanzas acumuladas en el expediente se desprende que las jóvenes, una vez concretados los robos, salían con su botín en bolsos y subían a un vehículo que las esperaba en la zona. De eso se deduce, además de la participación del “chofer” en la conclusión del golpe –un hombre de 22 años que fue detenido y excarcelado, aunque sigue acusado por encubrimiento–, un grado de planificación y una estructura que excede a la acción de las dos ladronas.
La causa comenzó con la denuncia del hecho ocurrido el 17 de marzo pasado. Durante la madrugada, tres amigos conocieron dentro del boliche Kika, en Honduras al 5300, a tres chicas de unos 25 años. Cerca de las 5 de la mañana una de ellas propuso ir los seis al departamento de uno de ellos a “pasarla bien”. Hacia allí enfilaron, en un edificio situado en un pasaje del barrio porteño de Boedo.
Estaban tomando algo en el living cuando dos de las chicas fueron al baño y, en ese momento, aparecieron policías; dijeron que habían sido convocados por una denuncia de los vecinos por ruidos molestos. Una de las jóvenes propuso que fueran todos a una de las habitaciones. Lo último que el dueño de casa recuerda es que los policías se fueron y que él y sus amigos se quedaron irremediablemente dormidos.
Cuando se despertaron, a las ocho de la noche, el departamento parecía un escenario de guerra. Estaba todo revuelto y faltaba de todo. Las mujeres, también. Se habían llevado un iPhone 13Pro Max, un Xiaomi Redmi 9S, un Samsung J4Plus, tres relojes, un smartwatch Samsung Galaxy Watch, cadenas de oro, zapatillas, una PlayStation4, 2000 dólares y 35.000 pesos.
Al día siguiente, las dos chicas salieron de nuevo de “cacería”. Esta vez, aparecieron por el boliche Input, en Juan B. Justo al 1600. La dinámica fue la misma: bajo las cambiantes luces de colores que destellaban entre la oscuridad al ritmo de la música, Camila y Estrella conocieron y sedujeron a Ben, un turista italiano de paso por Buenos Aires. Como a las 5 de la mañana le propusieron ir a otro lugar. Fueron los tres al departamento de alquiler temporario en el que se alojaba el visitante europeo, en Guatemala al 5800.
Charlaron, bebieron, se dijeron cosas sensuales, promesas de un enredo de a tres…; una de las chicas le volvió a llenar la copa al anfitrión; un minuto después se desmayó. Cuando se despertó, a las 13, las jóvenes se habían esfumado. No se habían ido con las manos vacías: se llevaron una MacBook, una laptop Lenovo Yoga, un celular Google Pixel y un par de zapatos Lacoste blancos, además de 90.000 pesos.
Ese mismo día, a la noche, una de las tres víctimas del primer golpe estaba en el shopping Abasto, en la zona de Balvanera; había ido a un iPoint a gestionar la compra de un chip de telefonía. Allí advirtió la presencia de una de las chicas que había estado con ellos la madrugada anterior.
La similitud de los casos era evidente. La metodología se repitió en otros dos casos, reportados en Junín al 1100, Recoleta, y en la avenida Juan Bautista Alberdi al 600, en Caballito. Había ahí un punto de partida. Pero fue crucial la calidad de la imagen de video del hall de entrada del edificio de la calle Guatemala, que permitió a las víctimas del primer robo reconocer los rostros de las dos chicas que entraron con el turista italiano a su departamento el día siguiente.
Según confiaron fuentes judiciales a LA NACION, esas imágenes siguen dando resultados. Aparecen nuevos damnificados y, cuando ven las imágenes, no dudan en afirmar que esas dos son las “viudas negras” que los doparon para robarles. No son solo las imágenes de video: las jóvenes tienen tatuajes característicos que fueron descriptos por la víctimas.
Por estas horas, los detectives realizan el inventario de los bienes incautados durante el procedimiento de detención de las jóvenes. En el caso del turista italiano damnificado, que se fue de la Argentina al día siguiente del robo, se le exhibirán las cosas recuperadas para que reconozca si alguna le pertenece.
En total, los oficiales de la División Investigaciones Comunales 14 incautaron 4157 dólares, 100 dólares canadienses, 5 libras esterlinas, 577.000 pesos, 18 teléfonos celulares, prendas de vestir, una cámara de fotos, una consola de video, picadura de marihuana, dos cargadores, 28 fundas de teléfonos, dos relojes, una vaina de 9 milímetros, un proyectil de 9 milímetros, una vaina de calibre .45, un cartucho de escopeta calibre 12/70 y tabletas de Clonazepam y otros medicamentos que habrían sido usados para dormir a las víctimas.
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