El crimen de Bastián. Condenaron a 21 años de cárcel al policía que mató al chico cuando les disparó a unos ladrones
El hecho ocurrió en julio del año pasado y el niño, de 10 años, fue alcanzado por un proyectil cuando iba por la vereda con su madre, en Wilde
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El policía bonaerense Juan Alberto García Tonzo fue condenado a 21 años de cárcel por el homicidio de Bastián Escalante Montoya, el niño de 10 años asesinado en la localidad de Wilde cuando iba con su mamá y lo alcanzó, justo debajo de la clavícula izquierda, uno de los 12 tiros que el oficial disparó contra dos asaltantes que intentaron robarle la moto.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Avellaneda, además, le impuso 10 años de inhabilitación especial para desempeñar funciones como policía de seguridad pública, privada o de prevención y para tener o portar armas de fuego, lo que por razones funcionales se ejecutará una vez cumplida la pena.
Además, la jueza María Angélica Sayago del Castillo exhortó al gobierno provincial a que “refuerce y amplíe la capacitación del personal policial en materia de derechos humanos, uso racional de la fuerza y técnicas de respuesta racional en situaciones de ‘shock o stress’ de enfrentamiento”.
Es que a García Tonzo un jurado popular no solo lo encontró culpable del homicidio agravado por el uso de arma, en el caso de Bastián, sino también por tentativa de homicidio agravado con uso de arma y exceso de la legítima defensa, por haberles disparado a los ladrones que quisieron quitarle la moto –Tiago Uriel Frías, Ian Orlando Falcón, Lautaro Daniel Nieva y Matías Muñoz–, quienes, se comprobó después, estaban desarmados.

De forma accesoria, la jueza del tribunal oral N°4 de Avellaneda encomendó, de manera subsidiaria, al Poder Ejecutivo provincial y a la Municipalidad de Avellaneda a “gestionar y propiciar atención integral con tratamiento médico, psicológico y psiquiátrico gratuito e inmediato” a las víctimas y a familiares de Bastián.
También pidió “una medida simbólica de reparación a las víctimas” de hechos similares a este con la colocación de placas conmemorativas o renombramiento de un espacio público en la zona donde se produzca un caso de violencia institucional de este tipo.

“Estamos satisfechos con la condena. Junto con la fiscal del caso, Mariela Montero, más el acompañamiento de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), hicimos un trabajo minucioso para determinar que García Tonzo fue el responsable de asesinar a Bastián. Ahora vamos a evaluar el pedido de un traslado a una cárcel alejada de su lugar de residencia para que cumpla su condena”, sostuvo el abogado Matías Morla, querellante en nombre de los padres del niño.
En su alegato, el abogado Franco Laudani –del estudio de Morla– había requerido una condena de 35 años de cárcel para García Tonzo, y el letrado de la CPM Augusto Infante, una de 33 años y cuatro meses de prisión. La fiscal Mariela Viviana Montero pidió 25 años de cárcel para el policía.
En tanto que el defensor del policía, Enrique Bonomi, postuló que la tentativa de homicidio por los disparos contra los ladrones debía entenderse como un hecho de legítima defensa, en tanto que el tiro mortal que recibió Bastián debía que ser analizado dentro del postulado de la “duda razonable” y ser encuadrado dentro de la figura del homicidio culposo.
El jurado se expidió el 24 de septiembre, al cabo de tres audiencias de debate. Votaron de forma unánime en condenar a García Tonzo por la tentativa de homicidio por exceso en la legítima defensa en cuanto al ataque a los delincuentes, y diez de los 12 jurados populares se pronunciaron por la afirmativa y declararon culpable al policía por el homicidio con dolo eventual de Bastián.
El caso
Bastián fue asesinado el 10 de julio del año pasado después de haber jugado al fútbol con sus amigos en una sociedad de fomento Barrio de la Carne, de Wilde; volvía a su casa con su mamá: el, en bicicleta, y la mujer, caminando a su lado, por Coronel Rondeau a la altura del pasaje el Resero. En ese momento el policía bonaerense, que se había bajado de su Rouser NS200 en la esquina de Caxaraville para buscar a su hijastro en la Escuela de Educación Secundaria N°8, advirtió que ladrones quería robarle la moto; para evitarlo, sacó su arma y disparó al menos 12 tiros. Eran las 20.30 y las detonaciones presagiaron el drama irreparable.

Los peritajes y las cámaras de seguridad constataron que no hubo enfrentamiento porque los delincuentes no llevaban armas y todas las balas halladas en la escena pertenecían al arma de García Tonzo.
En su alegato, la fiscal Montero sostuvo que el oficial, estando franco de servicio, había usado su arma provista por la policía bonaerense “de manera imprudente y desproporcionada”, disparando “en una zona urbana densamente poblada, frente a una escuela y un club deportivo, en horario de alta circulación de personas”.
Dio por probado el ”uso del arma reglamentaria sin justificación funcional" –el propio García Tonzo admitió en el juicio que había disparado sin ver armas y contra personas que huían–, la “multiplicidad de disparos pese a que los sospechosos ya habían huido”, la “ausencia de asistencia a la víctima” y, en definitiva, la “desatención a los deberes propios de su función policial” y la “falta total de autocontrol y auxilio posterior”, lo que constituía un “abuso de poder institucional”.
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