Hallaron a casi 50 pichoncitos de loro arrancados de su nido en un operativo de tránsito en la autopista Rosario-Santa Fe
Las aves recién nacidas iban apretados en una caja y llevaban horas sin ingerir agua ni alimento; se supone que el fin era comercializarlos
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Oficiales de la Policía de Seguridad Vial de Santa Fe realizaban ayer un control de tránsito de rutina sobre la autopista que conecta la capital de la provincia con Rosario, cuando detuvieron a un conductor y quedaron sorprendidos con lo que encontraron entre sus pertenencias: 47 loros recién nacidos apretados en una caja.
Los pichones, cuyas alas de color verde recién comenzaban a crecer, llevaban varias horas sin ingerir agua ni alimento, de acuerdo a lo que supusieron las autoridades, que incluso advirtieron que solo unos pocos podrán sobrevivir porque fueron arrancados de su nido. Dijeron, además, que tenían apenas cuatro o cinco días de vida.

LA NACION pudo averiguar a través de fuentes de Seguridad santafesinas que el hallazgo se dio cuando los uniformados que estaban apostados en el kilómetro cuatro de la autopista que une Rosario con Santa Fe, a la altura de Granadero Baigorria, detuvieron una camioneta Ford F100 para pedirle al conductor de 37 años los papeles y escucharon un extraño sonido. Parecían aves que piaban. Y lo eran.
Los loros, según informaron los medios, habrían sido comprados a 150 pesos cada uno a través de Facebook, en el norte del país, y planeaban venderse a 500 pesos.

Al descubrir la situación, se dio intervención a la Sección Ecológica de la Policía Comunitaria. El comisario Daniel Ojeda, a cargo de esa fuerza, reveló en cuanto a cómo comenzó el operativo en Cadena 3: “Al verificar el vehículo, la Policía siente los ruidos de los animales. Le pide al conductor que descienda y los exhiba. Se trataba de 47 ejemplares de loro verde común, que viajaban hacinados, en mal estado”.

El uniformado explicó que estos ejemplares se comercializan. “Son pichones arrancados de los nidos con muy poca probabilidad de vida. Hay que asistirlos. De 50 loros que puede llevar, le van a vivir diez”, lamentó Ojeda, quien precisó que los animales recibirían seguidamente atención veterinaria, para que después, cuando estén en buenas condiciones, pasen a la división Fauna. Los loros serán trasladados finalmente a la Reserva La Esmeralda de Santa Fe capital.
Actuó en esta primera parte de la causa el fiscal Germán Mazzoni, que ordenó el secuestro de las aves y la detención del hombre que las transportaba.
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