Le retuvieron el auto a Lola Latorre tras dar positivo en un control de alcoholemia
Ocurrió el fin de semana en Palermo cuando la hija del exfutbolista y la conductora había salido de un boliche
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Un nuevo dolor de cabeza para la familia de Diego y Yanina Latorre llegó de la mano de su hija Lola a quien le retuvieron el auto el fin de semana luego de dar positivo en un control de alcoholemia en la ciudad de Buenos Aires.
Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, la joven estudiantes iba al volante de un auto marca Volkswagen, modelo Polo, cuya patente iniciaba con AD, cuando la frenaron en uno de los puestos móviles de control de tránsito que hay a lo largo y ancho de la ciudad.
El lugar exacto donde se dio el control fue la avenida Santa Fe, en el cruce con la calle Oro en el barrio porteño de Palermo. Allí, a las 4.55 del domingo frenaron el coche conducido por Lola Latorre.
“Se le realiza el control de documentación y alómetro, detectando presencia de alcohol. Se le realiza control con alcoholímetro y arroja dosaje 0.61″, explicaron las fuentes consultadas por este medio y que remarcaron que “la conductora [Lola] colaboró con todo el procedimiento”.
Tras la retención del rodado, Latorre se retiró del lugar a bordo de un auto que solicitó a través de una aplicación.
El antecedente de la fiesta clandestina
En noviembre de 2020, en medio de las prohibiciones impuestas por la pandemia del coronavirus Covid-19, la hija de Diego y Yanina Latorre, protagonizó otro escándalo cuando fue encontrada dentro de una fiesta clandestina.
Junto a Lola habían sido notificadas 140 personas más, a quienes se les iniciaron causas en la Justicia Federal por infracción a los artículos 205 y 239 del Código Penal.
En la quinta donde se realizó la fiesta se encontraban entre 400 y 500 asistentes, que accedieron tras pagar una entrada. Una vez adentro, a los concurrentes se les vendieron bebidas. Muchos jóvenes, al ser sorprendidos, corrieron, mientras que los que permanecieron en el lugar fueron identificados, notificados y posteriormente liberados.
“La joven firmó la imputación; en este caso, nosotros aprehendemos por estar incumpliendo el artículo 205, pero inmediatamente la fiscalía ordena la liberación de todos los asistentes a la fiesta, que se desarrollaba en el parque de una casa quinta; y la joven estaba entre los 140, más todos los que escaparon a campo traviesa, pero no se puede discutir que estaba presente y bailando con un grupo de amigas”, habían explicado en ese momento a LA NACION las autoridades policiales del CPR [policía rural] de Mercedes que llegaron al lugar.
En la Ciudad, no rige el Alcohol Cero
En la Ciudad, los límites de alcoholemia permitidos varían según el tipo de conductor. Para principiantes y conductores profesionales vehículos, la tolerancia es cero alcohol. En el caso de motociclistas, el límite es de 0,2 gramos por litro de sangre, tanto para el conductor como para el acompañante. Mientras que los conductores de autos no profesionales pueden tener hasta 0,5 gramos por litro. En cuanto al transporte público, la política es igualmente de cero alcohol.
La metodología de control utilizada en los operativos seguirá siendo el denominado “embudo”, una técnica que organiza el tránsito a baja velocidad, permitiendo identificar a conductores en posible infracción sin generar demoras significativas. Desde el Ministerio de Infraestructura porteño explicaron a LA NACION que esta estrategia no solo mejora la seguridad de los agentes de tránsito, sino que también concientiza a los conductores al presenciar directamente el procedimiento. En caso de resultar necesario, los agentes pueden liberar el flujo vehicular para evitar inconvenientes mayores.
El proceso de control comienza con la verificación de la documentación del vehículo y del conductor. Posteriormente, se realiza un primer examen con un alómetro, que detecta la presencia o ausencia de alcohol en el aliento. Si el resultado es positivo, se utiliza un alcoholímetro para determinar con precisión el dosaje de alcohol en sangre.
Esta metodología, basada en estándares internacionales y alineada con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, ha demostrado ser sumamente efectiva, según las autoridades porteñas.
Multas y sanciones
Las sanciones por manejar bajo los efectos del alcohol son estrictas y están vigentes desde febrero de 2022, en el marco del Proyecto Integral de Convivencia Vial. Los conductores que registren entre 0,5 g/l y 1 g/l de alcohol en sangre enfrentan multas que oscilan entre $94.530 y $630.200, además de la retención de su licencia por un periodo de dos a cuatro meses. Para los casos donde el dosaje supere 1 g/l, las multas pueden llegar hasta $1.260.400, y la inhabilitación de la licencia puede extenderse hasta dos años, junto con el acarreo del vehículo.
Es importante destacar que los infractores tienen la posibilidad de reducir sus sanciones si completan un taller de seguridad vial, diseñado para promover la reflexión y la conciencia sobre la conducción responsable.
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