“Maguila” Puccio deberá presentarse una vez por mes ante la Justicia de Brasil
La Justicia brasileña le impuso a Daniel "Maguila" Puccio, integrante del clan liderado por su padre que cometió homicidios y secuestros en la década del 80, presentarse una vez por mes en los tribunales de la ciudad de Itú, en el interior del estado de San Pablo, como condición para mantener la libertad mientras es sometido a procesopor el uso de un documento falsificado por el cual estuvo detenido 15 días, desde el 16 de septiembre pasado.
Así se desprende del fallo de la jueza Andrea Borges, al que accedió la agencia de noticias Télam, en el cual se detallan los deberes y obligaciones de Puccio, detenido en un control policial en la ciudad de Itú, a unos 60 kilómetros de la ciudad de San Pablo, cuando viajaba en un ómnibus con un documento brasileño falso, a nombre de otra persona.
"Otorgo la libertad provisoria, estableciendo como condiciones su presencia en todos los actos procesales, debiendo informar una dirección en Brasil. Le estará prohibido dejar la dirección de residencia o salir de Brasil sin previa autorización judicial", dice la resolución de la magistrada, quien agregó que Maguila, de 58 años, deberá comparecer en forma mensual en el juzgado de Itú.
Maguila dejó la cárcel de Itaí el 1° de octubre a la mañana, tras el fallo de la jueza Borges, en atención a un pedido del Ministerio Público.
Puccio deberá estar disponible para comparecer frente una acusación para la cual se prevén penas de entre tres meses y un año de prisión por uso de documento falso para obtener ventaja; la pena es mayor – de 2 a 6 años- si es responsable de la falsificación de ese documento.
La jueza además pidió también al Consulado Argentino en San Pablo que verifique la legitimidad del pasaporte confiscado a Maguila antes de su liberación.
Daniel Puccio admitió que "compró" el documento brasileño falso en San Pablo "para permanecer por más tiempo en Brasil".
En la clandestinidad
Hacía tiempo que su paradero se había vuelto un misterio de cara a la opinión pública. Acusado de integrar una banda que cometió algunos de los delitos más aberrantes de la primera mitad de la década del 80, en la transición entre la última dictadura y el retorno democrático que encabezó Raúl Alfonsín, Maguila estuvo preso solo dos años y medio, entre agosto de 1985 y febrero de 1988, cuando su defensa pidió –y obtuvo- su liberación por el tiempo transcurrido sin recibir sentencia.
En 1999, finalmente, se le confirmó una pena de 13 años de cárcel por su participación en el secuestro de Nélida Bollini de Prado, el último realizado por el clan. Pero jamás la cumplió porque pasó a la clandestinidad -aparentemente escapó hacia Nueva Zelanda y luego estuvo en Brasil- y se mantuvo prófugo hasta que, por el tiempo transcurrido, la condena en su contra fue declarada prescripta en 2011. En ese momento Maguila reapareció fugazmente y en un rápido paso por los tribunales porteños consiguió el certificado que le garantizó su libertad ambulatoria.
El clan liderado por Arquímedes Puccio lo tuvo como miembro junto a uno de sus hermanos, Alejandro, exwing del Club Atlético San Isidro (CASI) y de Los Pumas. La banda también estaba integrada por el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.
El primero de los hechos atribuidos a este siniestro clan fue el que tuvo como víctima a un conocido de Alejandro Puccio, el rugbier del club Pueyrredón Ricardo Manoukian, de 24 años, secuestrado el 22 de julio de 1982 y asesinado a balazos nueve días después a pesar de que la familia de la víctima había pagado 250.000 dólares de rescate.
El segundo caso acreditado por la Justicia fue el de Eduardo Aulet, de 25, ingeniero y jugador del San Isidro Club (SIC), a quien capturaron el 5 de mayo de 1983 y asesinaron apenas cobraron los 100.000 dólares pagados para liberarlo; su cuerpo recién fue hallado cuatro años después.
Luego, el 22 de junio de 1984, el empresario Emilio Naum, de 38 años, propietario de firma de ropa Mc Taylor y conocido de Arquímedes Puccio, fue asesinado de un balazo en el pecho cuando se resistió a que el clan lo secuestrara.
La banda fue desarticulada el 23 de agosto de 1985, cuando intentaba cobrar el rescate por la empresaria Bollini de Prado, a quien la Policía Federal rescató de la casona de los Puccio, en San Isidro, donde había pasado 32 días cautiva, encadenada a un camastro en el sótano de Martín y Omar 554.
Tras ser detenido el clan, el siguiente hito espectacular del caso fue el 8 de noviembre de 1985, cuando Alejandro saltó, con sus manos esposadas, desde el quinto piso del Palacio de Tribunales de la calle Talcahuano al 500. Aunque sobrevivió, las lesiones sobrevinientes complicaron su estado de salud mientras cumplía la pena de reclusión perpetua.
En 2007 salió en libertad condicional, y en 2008 murió, a los 49 años, mientras estaba internado en un centro asistencial de Avellaneda.
En tanto, Arquímedes fue condenado en diciembre de 1995, también a reclusión perpetua, y a partir de 2002 fue beneficiado con prisión domiciliaria, pero en 2004 lo enviaron a una cárcel federal de La Pampa luego de que se comprobara que salía de su casa.
Durante el tiempo que estuvo detenido se recibió de abogado. En 2008 recibió la libertad condicional y fijó domicilio en el barrio El Molino, de General Pico, donde falleció el 3 de mayo de 2013 como consecuencia de un ACV.
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