Narcotráfico: el vínculo entre los 2072 kilos de la marihuana del “gorila” y un misterioso Audi A4
Las dos toneladas de estupefacientes fueron secuestradas por la Policía de la Ciudad en Entre Ríos; el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, procesó con prisión preventiva a un brasileño que conducía el camión donde estaba oculta la droga
Cuando conducía el camión Scania con acoplado y patente brasileña por la ruta 14, a la altura del kilómetro 27, en Entre Ríos, Carlos Alberto Biazuz observó que desde la camioneta 4x4 gris que lo acompañó gran parte del trayecto desde que ingresó en territorio argentino le hicieron un “destello de luces muy similar al de las balizas policiales”. Era una señal clara de que algo no había salido bien. Entonces, el chofer del vehículo de transporte de carga encendió las balizas, disminuyó intempestivamente la velocidad y, finalmente, se detuvo en la banquina. No lo dudó y se bajó por la puerta del lado del acompañante para correr e intentar ocultarse en el monte.
No llegó muy lejos: fue interceptado y detenido por detectives de la Policía de la Ciudad, que le pisaban los talones. Fue cuestión de minutos entender por qué intentaba escapar: transportaba casi 2072 kilos de marihuana. Eran 87 bultos plásticos recubiertos con cintas de diferentes colores que contenían 2803 “ladrillos” de droga, algunos de las cuales tenían el logo de un gorila, el sello o marca de los estupefacientes.
La camioneta 4x4, cuya marca y modelo no se pudo determinar, pero podría ser una Toyota Hilux o VW Amarok, fue uno de los cinco vehículos que hicieron de “puntas” o escoltas del camión que transportaba la marihuana.
“Los vehículos que hacen las veces de ‘puntas’ hacen el mismo trayecto que el transporte que lleva el cargamento de estupefacientes. Algunos van dos horas adelantados, otros solo 15 minutos y otros lo hacen como ‘culatas’. Su tarea es limpiar la ruta, es decir observar si en la ruta hay controles de fuerza de seguridad y parar en las estaciones de servicio para intentar determinar si hay movimientos extraños, ya sea de policías encubiertos o posibles narcos rivales porque no solo hay piratas del asfalto que roban mercadería legal, también se roban los cargamentos de droga”, explicó a LA NACION un jefe policial que participó de la investigación que permitió la detención de Biazuz.
Uno de los vehículos que hicieron de “punta” del camión conducido por Biazuz es un Audi A4 negro. La pesquisa ahora se centró en tratar de encontrar ese auto y así poder identificar a otros eslabones de la organización criminal.
“Por el recorrido que hizo y los lugares donde se detuvo no hay dudas de que el Audi A4 negro era una de los vehículos que tenían que controlar la ruta y vigilar la carga”, dijo una fuente del caso sobre el misterioso auto visto por los detectives policiales.
En las últimas horas, Biazuz fue procesado con prisión preventiva por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, que está a cargo de la causa.
“Sin perjuicio de que no resulta necesario acreditar el destino final de la sustancia, cabe mencionar que en este caso, conforme las constancias que surgen del expediente, se desprenden una serie de indicios —cantidad, forma de empaquetamiento de los estupefacientes secuestrados y demás elementos de cargo reseñados—, que denotan que el destino de la droga no era otro que ser entregada por el imputado a terceros, con el único propósito de dar cumplimiento a un eslabón de una cadena de narcotráfico, esto es, el traslado hacia un centro de comercialización o distribución”, afirmó González Charvay en su resolución, a la que tuvo acceso LA NACION.
La investigación, que posibilitó la detención de Biazuz —brasileño, de 52 años— comenzó el 7 de julio pasado cuando en la sede del Departamento Lucha Contra el Crimen Organizado de la Policía de la Ciudad se recibió una denuncia anónima con los datos de un camión con patente brasileña que “va a traer mucha droga y va a cruzar por el puente de Zárate y estaría por salir en cualquier momento”.
A partir de ese momento se ordenaron una serie de medida de prueba para determinar la veracidad de la denuncia anónima.
“Personal policial puso en conocimiento que se realizaron tareas investigativas en la ciudad de Paso de los Libres, Corrientes, donde se logró determinar la existencia de una playa de estacionamiento de camiones sobre la ruta 117, resultando ser un predio privado, el cual se encontraba cercado con perímetro de alambre, lo que posibilitó su visualización hacia el interior, momentos en que fue observado el camión anaranjado [como se sostenía en la denuncia anónima] marca Scania, con trompa, dominio brasileño finalizado en 3470, determinándose con posterioridad que su matrícula completa era IBQ 3470. Se logró conocer que el camión oportunamente informado tendría fallas mecánicas, razón por la cual el viaje determinado al mismo sería realizado por otro vehículo del mismo porte, siendo este un camión blanco, también de patente brasileña”, según el expediente judicial.
Los detectives de Departamento Lucha Contra el Crimen Organizado de la Policía de la Ciudad, al mando del comisario inspector José Salles Paz, lograron identificar al chofer del camión brasileño y tomaron conocimiento de su número de su celular. El juez federal González Charvay ordenó la intervención de esa línea telefónica.
Finalmente, cuando el camión comenzó a circular por la ruta 14 comenzó a ser seguido por el personal policial hasta que, como se explicó, se detuvo al chofer.
El chofer, según fuentes de la Policía de la Ciudad, estaba prófugo de la Justicia brasileña. Se había escapado de una cárcel de Passo Fundo, una ciudad brasileña del interior del estado de Río Grande del Sur.
“Ellos [por los narcotraficantes] operan con camiones que vienen de Brasil; en la Argentina —en este caso, en Paso de los Libres— realizan la carga para luego traerla a la ciudad de Buenos Aires y así poder comercializarla. Son meses de investigación en los que se hace seguimiento con brigadas, es un trabajo muy profesional y este es el resultado que queremos: miles de dosis sacadas de la calle y el delincuente que está donde tiene que estar: preso”, sostuvo el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, cuando, acompañado por el jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, y el comisario inspector Salles Paz, presentó el operativo que derivó el secuestro de los 2072 kilos de la marihuana del “gorila”.
“Estamos felices porque esta marihuana no va a ser distribuida ni en la ciudad de Buenos Aires ni en ningún lado, igualmente nosotros seguimos con la investigación”, sostuvo Berard.
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