Otra mujer fue asesinada a puñaladas en un albergue transitorio

Mayra Flores, de 27 años y madre de tres hijos, se convirtió en la segunda víctima de femicidio ocurrido en cinco días en el barrio La Cañada, de Bernal. Su nombre también quedó inscripto como el cuarto femicidio registrado en menos de cinco días en la Argentina. Desde el lunes hasta ayer por la tarde, además de Mayra fueron asesinadas Lía Aguirre García, de 32 años; Gloria Cristina Zimerman, de 29 y Luciana Sequeira, de 17. En el caso de Zimerman, asesinada en Villa Luzuriaga, delante de su hijo, el atacante fue detenido.

Los femicidios de Mayra y Luciana tienen en común escenas del crimen similares. Tanto la adolescente como Mayra fueron asesinadas por agresores que las llevaron a albergues transitorios. A Mayra la mataron durante la madrugada en el hotel alojamiento situado en la avenida Tomás Flores al 2200, en el barrio La Cañada, en Bernal. Mientras que Luciana fue asesinada en Atamisky, en Santiago del Estero. Antes de matar a la adolescente santiagueña, el agresor, un joven compañero de colegio de la víctima e hijo de un efectivo de la policía de Santiago del Estero, la torturó quemándola con cigarrillos. En el caso de Luciana, el femicida fue detenido. Pero el asesinato de Mayra todavía está impune. El atacante está prófugo.

El femicidio de Mayra no fue un hecho aislado en el barrio La Cañada, de Bernal. El lunes pasado, por la tarde, Lía Aguirre García fue asesinada a puñaladas por su expareja, identificado por fuentes policiales como Mauricio Beltrán Saravia, de 50 años. Después de matar a Lía, delante de sus tres hijos, el agresor se quitó la vida. El violento episodio ocurrió en la casa situada en Catamarca al 3900. Cinco días después, a doce cuadras de allí, una habitación de uno de los cuatro hoteles alojamiento situados cerca de la zona conocida como la Rotonda de Pasco se convirtió en escenario de otro femicidio.

A partir de la reconstrucción del crimen realizada por los policías de la comisaría 5a., de Quilmes, se estableció que la víctima fue asesinada de una puñalada en el cuello. Una mucama que se dirigió a la habitación 2, del hotel La Notte, encontró el cuerpo ensangrentado de la joven. Según fuentes policiales consignadas por Télam, la víctima habría sido identificada como Mayra Guadalupe Flores.

Alertado por la empleada, el encargado del hotel alojamiento llamó al número de emergencias 911. Al llegar al lugar, efectivos de la comisaría de La Cañada, constataron que la joven, madre de tres hijos, tenía una herida punzocortante en el cuello que le había provocado la muerte.

Los testigos relataron a los policías que la joven había ingresado en el hotel, ayer minutos después de las 18 junto con un hombre. Media hora después, el sospechoso pidió una cerveza. Mientras que, minutos después de las 19.30 el agresor abandonó el hotel alojamiento. A partir de los relatos de los testigos, los policías solicitaron revisar las cámaras de seguridad del establecimiento y los dispositivos instalados en la avenida Tomás Flores.

Además, la fiscal Mariana Curra Zamaniego, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 del Departamento Judicial Quilmes, ordenó el secuestro del celular de la víctima con el objetivo de establecer si, entre los contactos de Mayra, figura el nombre de la persona con la que había quedado en encontrarse la tarde en que la mataron.

La solicitud de la revisión de las cámaras de seguridad incluyó tanto los dispositivos públicos como los privados. En la zona funcionan varios depósitos, agencia de ventas de camiones y máquinas viales y mayoristas. La necesidad de contar con las imágenes de las cámaras de seguridad apuntó a tratar de reconstruir el recorrido que hizo el agresor cuando salió del hotel alojamiento. Si tomó por la exavenida Pasco en dirección a Temperley o por Lamadrid rumbo al centro de Quilmes. En la zona existe un sector que no cuenta con cámaras de seguridad, el trayecto por el Camino General Belgrano.

Los investigadores policiales y judiciales procuraban obtener un dato concreto sobre cuál era vínculo entre Mayra y el sospecho, con el objetivo de tener su identidad y, eventualmente, ordenar un allanamiento de urgencia en su casa.