A un mes del accidente, piden reconstruir con testigos el choque ferroviario
Se haría a mediados del mes próximo en el paso a nivel de Artigas, según anticipó a LA NACION un abogado de la causa; buscan, además, que declaren los dueños y el vocero de TBA
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Mientras el juez federal Julián Ercolini rastrea el trabajo de los banderilleros que debían haber estado en el paso a nivel de Artigas el día de la tragedia de Flores, el presidente de la Asociación de Familiares y Víctimas de Accidentes de Tránsito (Favat), Gregorio Dalbón, que representa a decenas de heridos del accidente, solicitó al magistrado realizar una reconstrucción del hecho a mediados del mes próximo.
Así lo confirmó a LA NACION el propio letrado al cumplirse ayer un mes del choque ferroviario en el que murieron once personas y más de 200 resultaron heridas como consecuencia de la colisión entre un colectivo de la línea 92 y dos formaciones del ramal Sarmiento.
"La idea es hacer la reconstrucción a 60 días del accidente con testigos que hayan estado en los trenes o el colectivo y dentro de la estación. Creemos que se trata de una fecha prudente para que la gente pueda participar con tranquilidad y, sobre todo, con menos estrés después de lo ocurrido", anticipó Dalbón.
En diálogo con este medio, señaló, además, que anteayer su estudio pidió al juez Ercolini la declaración testimonial de los hermanos Cirigliano (los dueños de TBA) y del vocero de la empresa concesionaria TBA, Gustavo Gago.
La presentación referida a la familia Cirigliano se realizó en virtud de la presunta falta de control que hubo por parte de los licenciatarios del servicio de trenes en el momento del choque. En el caso de Gago, radica en la necesidad de que el vocero de la empresa "explique por qué un canal de TV por cable obtuvo filmaciones de la tragedia antes que la misma Justicia y las haya difundido".
"Buscamos que se investigue a los responsables de la seguridad de los trenes, pero también queremos que declare Gago porque entendemos que jugó con la opinión pública y esto es algo castigable", precisó.
La presentación
Según pudo saber LA NACION, la solicitud ante el magistrado a cargo de la causa enfatiza que las declaraciones testimoniales puedan convertirse en indagatorias directas al tiempo de tomarlas. ¿Qué implica esto? Que de surgir algún delito en la declaración, el juez tiene la posibilidad de leerles sus derechos y ellos de "defenderse del encubrimiento, la estafa procesal y la obstrucción a la Justicia".
Paralelamente, Ercolini intenta avanzar por estas horas en la investigación y se encuentra a la espera de un peritaje para determinar el funcionamiento de la barrera los días previos al choque ferroviario. Por el momento , está confirmado que la mañana del accidente la barrera en el paso a nivel de Artigas estaba a 45 grados y que a las 6.23 no había ningún banderillero.
La presencia del supuesto guarda barrera encargado de la zona el día del siniestro ya había generado polémica entre Gago y el ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro, luego de que el primero negara la existencia de un banderillero y afirmara que se trataba de una persona de seguridad y supervisión a cargo de la renovación de las vías, y el segundo insistiera sobre la existencia de un empleado de TBA en la zona del accidente. LA NACION intentó comunicarse sin éxito en reiteradas ocasiones con Gustavo Gago.
Más allá de las dudas generadas en torno a su presencia o ausencia en el momento de la colisión, la preocupación se centra ahora en poder identificar al hombre cuya tarea era custodiar la zona aquel día. Pese al paso del tiempo, su paradero sigue siendo un misterio y su testimonio resulta clave para atar algunos cabos sueltos que tiene en la mira la Justicia.
Respecto de la demanda millonaria que busca promover Dalbón contra la línea 92 de colectivos, la empresa TBA y sus aseguradoras (Bernardino Rivadavia y Liderar), el abogado explicó que sigue encaminada. Sólo resta que todos los daminificados terminen de someterse a las pruebas médicas previstas para poder determinar qué grado de incapacidad poseen a raíz el siniestro. "Sabemos que el daño psicológico y moral es inconmensurable, pero no podemos introducir la demanda en Tribunales hasta no contar con este dato que es el más serio e importante", concluyó.
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