Cacho Castaña y la teoría de la evolución
No es la primera vez que Cacho Castaña dice una barbaridad. Pero esta vez la aldea global lo lapidó. Hubo mucha reafirmación de la causa del "me too" ("ni una menos", en criollo), y bastante de ese impulso de las redes sociales a contraatacar con la voracidad de las langostas.
Cacho de Buenos Aires expresó algo moralmente inaceptable, para cualquier tiempo y lugar. Pero en definitiva no es más que un señor mayor despotricando contra el presente. En medio de la rabia desatada por su falta de humanidad, pudo haber un resquicio de clemencia hacia un hombre vetusto que está brutalmente desorientado sobre la época que aún le toca vivir. Porque tarde o temprano, las generaciones venideras impondrán un nuevo paradigma que dejará perplejo a cualquiera. Que los millenials desprecien a la serie Friends por homofóbica es apenas el principio (eterno) de la evolución.
Algunas ideas se instalan más rápido que otras. En pocos años, los porteños se comprometieron para que no haya más caballos arrastrando carros por las calles. Basta de maltrato animal. Los adolescentes que le ponen el lomo al cartoneo no despiertan la misma compasión ni exacerban la paciencia de los automovilistas.
Unas semanas atrás, Leandra recibió su diploma de graduación y se convirtió en la primera egresada trans del Carlos Pellegrini. Inició el secundario con un género y lo terminó con otro. La ovación de todos los padres presentes fue conmovedora. ¿Hubieran aplaudido con las mismas ganas si les tocaba ser papás protagonistas y no simples testigos de ese hecho histórico?
En la feria de tecnología de Las Vegas, presentaron una mascota robot. Su respuesta a los estímulos es muy similar a la de un perrito vivo y podría reemplazarlo. ¿Y la textura? Se fabrica. ¿No hace caca en la vereda del vecino? Eso debe ser aún más fácil de resolver. ¿Qué es más humano: criar animales para venderlos o fabricar pequeñas máquinas? ¿Demasiado Black Mirror?
Por suerte todavía podemos dejar para mañana el debate sobre la clonación humana, la manipulación prenatal del ADN, el poliamor o la venta (voluntaria) de órganos.
Cacho Castaña seguirá apoltronado en su universo de prejuicios (qué esperanza cabe). Pero creerse superior es un problema. Porque luego de condenarlo, es conveniente hacer un inventario de nuestras creencias más profundas. ¿Estamos dispuestos a sacrificar alguna? Mientras vienen las nuevas olas, ¿a qué idea nos aferraremos contra viento y marea?
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