Carlos Grosso prepara su vuelta
Organiza comidas muy reducidas para dirigentes de segunda y de tercera línea; en el PJ no lo quieren.
1 minuto de lectura'
Cuando nadie lo esperaba, cuando todos suponían que su vuelta a las lides políticas estaba cerrada, a horas de las elecciones presidenciales, volvió Carlos Grosso.
El ex titular del PJ porteño y ex intendente de la ciudad de Buenos Aires apareció con bajo perfil, como pidiendo permiso: con el pretexto de estar preocupado por los próximos comicios, organizó varias comidas en las que pidió a los dirigentes y punteros de segunda línea que pudo reunir que votaran la fórmula Eduardo Duhalde-Ramón Ortega.
Grosso fue uno de los hombres con más poder político en el partido, a nivel distrital, que recuerde el PJ en los últimos años.
De veinte causas que enfrentó en la Justicia, ahora deberá responder en tres expedientes penales abiertos, en los que se lo acusa de administración fraudulenta, incumplimiento de los deberes de funcionario y asociación ilícita, delito, este último, que lo podría llevar a prisión.
¿Sabes quién viene a cenar?
La comida organizada por Grosso se llevó a cabo el viernes 8 del actual en la sede del sindicato del calzado, en la calle Yatay 123.
Una treintena de punteros y de dirigentes metropolitanos había sido invitada por el titular del gremio, Agustín Amicone, para disfrutar de una velada "distinta".
"Yo, por ejemplo, no sabía que iba a estar Grosso -dijo a La Nación Alejandro Amor, un dirigente relacionado con el legislador porteño Patricio Datarmini-. Explicó que había que votar a la fórmula porque la mayoría de los presentes iba a votar a distintos tipos del PJ."
Amor, según tres fuentes consultadas por La Nación , es el hombre que propone Grosso para capitanear el PJ Capital después de las elecciones que, según él, serán "difíciles" para el partido.
Esas mismas fuentes confirmaron, también, que otro de los dirigentes "tanteados" por Grosso para que se sume a la estrategia que está armando fue el legislador porteño Jorge ArgŸello, un hombre muy ligado al ex intendente en el pasado y que ahora apoya al duhaldismo.
Pero Argüello escuchó la propuesta y contestó que no al convite, que prefería seguir con el proyecto que impulsa.
"No es la primera cena que organiza Carlos -dijo un dirigente cuyo conocimiento sobre la interna del PJ es inobjetable- y la idea central es reorganizar el partido para que tenga una identidad. Sé de otros compañeros que fueron invitados a un par de asados y que no quisieron asistir porque temen quedar pegados."
Esa fuente explicó que el sueño máximo de Grosso es salir absuelto de las tres causas que tiene pendientes y volver al ruedo político. Hasta entonces, seguirá con las comidas "íntimas" y con el bajo perfil.
"Es un hombre distinto"
Los que vieron al ex intendente aseguran que es algo así como una sombra de lo que fue en el pasado, cuando su estrella amenazaba con no dejar de brillar.
Menos juvenil y más gordo que hace siete años cuando se retiró para no volver a aparecer en público, parece querer demostrar una precaria situación económica y se dedica a hacer negocios "con máquinas médicas" en Brasil, donde tendría una oficina.
Hace pocos meses -siempre según fuentes que lo han visto- debió cerrar una oficina que tenía en la calle Carlos Pellegrini, aparentemente por falta de trabajo, pero mantiene su departamento en el edificio Los Patos y el negocio de decoración de su mujer en un shopping.
La Nación llamó en tres oportunidades a su domicilio y a su celular, y la respuesta que obtuvo fue: "El doctor no está en Buenos Aires y no sé cuándo vuelve".
Lo que se viene
En rigor, la preocupación por la situación del justicialismo porteño no es privativa de Grosso.
Varios dirigentes del distrito miran con temor el resultado de las próximas elecciones y el posterior debate interno.
Esos dirigentes ven, en la vuelta de Grosso, una especie de golpe de Estado institucional, que no están dispuestos a soportar.
Una fuente lo graficó así: "Soportamos, a lo largo de estos años, a gente como Avelino Porto, a Daniel Scioli y a Mario "Pacho" O´Donnell porque nos los imponían. Pero el regreso de Grosso y que nos vuelvan a pasar por encima es demasiado. Tenemos gente joven que milita desde siempre que queremos preservar y promover."
Ese vocero confió a La Nación una suerte de estrategia política en la que están involucrados varios "coroneles" porteños, entre los que hay diputados nacionales, locales y dirigentes con muchos votos, que contemplan posibles alianzas con Nueva Dirigencia, de Gustavo Beliz, y con Acción por la República, de Domingo Cavallo, para las elecciones de jefe del gobierno porteño del año próximo.
"Hay que esperar los números del domingo -dicen-, pero es obvio que si el Mingo saca muchos votos, tenemos que acercarnos a él. Y con la gente de Gustavo pasa lo mismo. No podría decir que existen conversaciones formales, pero a nadie se le escapa que el lunes 25, si se cumplen las predicciones, el PJ tiene que empezar una limpieza en serio. Y si hay que resignar candidaturas y puestos, se hará..."
Esta estrategia, en voz baja, se denomina "la re-renovación" y alude a aquella encarada por Antonio Cafiero, luego de la derrota peronista a manos del radicalismo, en 1983.
Los coroneles piensan que el actual titular del PJ Capital, Raúl Granillo Ocampo, saldrá a hacer campaña inmediatamente después de las elecciones, diciendo que cuenta con el visto bueno de Carlos Menem.
Pero no se asustan: quieren tentar al candidato a diputado y secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, el hombre que tiene el mayor aparato militante de la Capital.
En este escenario, la figura del ministro del Interior, Carlos Corach, el único hombre que tiene diálogo directo y cotidiano con Carlos Menem y que podría garantizar la llegada de cualquier dirigente al despacho presidencial, se agiganta.
No en vano, las fuentes explicaron que es necesario que Corach sea senador lo antes posible y que el mejor camino para eso es saltear la instancia de la Legislatura e ir al Senado de la Nación.
La batalla, según dicen, se hará en ese escenario.



