
Casi todas las discos tenían problemas
El gobierno inspeccionó ayer 20 locales; antes del martes próximo volverán a chequearlos para ver si se hicieron las mejoras
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La primera inspección fuerte en las discotecas porteñas, después de la tragedia de República Cromagnon, arrojó como resultado que casi ninguno de los boliches controlados tenía todo en regla. Tres patios de juegos y una estación de servicio recibieron una clausura preventiva y dos geriátricos fueron observados por tres brigadas de controladores porteños y bomberos.
"A la mayoría de las discos se les encontró algún problema, aunque en muchos casos el inconveniente es menor y fácilmente solucionable", explicaron en el gobierno porteño, donde nadie, hasta el cierre de esta edición, pudo cuantificar anoche los establecimientos que tenían todo en perfectas condiciones y los que poseían una infraestructura peligrosa.
Los boliches fueron el eje del control, aunque, tal como anunció ayer LA NACION, los inspectores de la ciudad también controlaron estaciones de servicio, shoppings y geriátricos. Para una segunda etapa dejaron la inspección de los hoteles, algo que, en un principio, también se había sido anunciado como tema prioritario.
Respecto de los boliches, "muy pocos" demostraron tener absolutamente todo en regla, de acuerdo con la información del gobierno porteño. La mayoría de ellos deberá solucionar los inconvenientes marcados por los agentes antes del martes próximo, que es la fecha en la que aquellos que posean todos los papeles en regla podrán reabrir.
El programa de controles dispuso ayer de tres brigadas sólo para las discos. Cada una de ellas estuvo integrada por tres inspectores y por un equipo de Bomberos. Se controlaron las salidas de emergencia, los matafuegos, las alarmas contra incendios y la señalización e iluminación para casos de emergencia.
"Pidieron los planos del lugar y, por ejemplo, seleccionaron un matafuegos y lo abrieron", reveló Marcelo Sinato, titular de Maluco Beleza, una discoteca brasileña con capacidad para 530 personas, situada en Sarmiento y Rodríguez Peña.
Carlos Castelnuovo, dueño de Castel Bamba (Riobamba 345), se presentó espontáneamente en Bomberos para pedir la inspección. Su permiso vencía en agosto de este año, pero un decreto de Ibarra lo obligó a rehacer el trámite.
De cada local inspeccionado, Bomberos entregará un informe al gobierno, que es, en definitiva, el que extiende los permisos para abrir los locales.
"Ahora, no hay posibilidades de clausura. Todas las habilitaciones cayeron por decisión del jefe de gobierno. Los 108 locales clase C que hay en la ciudad serán inspeccionados y quienes tengan irregularidades deberán solucionarlas antes de que se les efectúe una segunda revisión", dijo el subsecretario de Comunicación Social porteño, Daniel Rosso.
Más apoyo político
La intervención en el control de la ciudad seguirá hoy con los mismos cinco ejes que planteó el nuevo secretario de Justicia y Seguridad Urbana, Juan José Alvarez.
El dirigente duhaldista, que asumió el último viernes con el apoyo de Néstor Kirchner y de Eduardo Duhalde, recibirá hoy un nuevo impulso político: lo visitarán en su oficina los líderes sindicales Hugo Moyano (camioneros), Jorge Omar Viviani (peones de taxis), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN) y Amadeo Genta (Sutecba). Los gremialistas adelantaron que brindarán su apoyo a la gestión de Alvarez, que ayer dijo, en declaraciones radiales, que se siente "un interventor" en la ciudad.
No es la Capital, de todas formas, la única jurisdicción que fortaleció los controles luego de la tragedia de República Cromagnon, el 30 del mes último.
En la provincia de Buenos Aires, el ministro de Seguridad, León Arslanian, dijo ayer que ya se hicieron 262 inspecciones y se clausuraron 100 locales nocturnos (es el 38% de los lugares controlados) desde el miércoles último cuando el gobernador Felipe Solá firmó un decreto para que esa cartera, a través de la Dirección de Bomberos, se hiciera cargo de la habilitación y la fiscalización de los boliches, actividades que hasta entonces dependían de los municipios.





