Cómo les fue a los aspirantes a sacar el registro con el nuevo examen práctico
"Estoy nervioso, aparte ahora es más complicado, pero creo que me va a ir bien. Lo que más me cuesta es el estacionamiento. No me cuesta la rotonda en reversa, los conos tampoco y a la prueba en pendiente no le tengo miedo. Veremos cómo me va", dice Manuel de la Serna, de 38 años, antes de empezar el examen práctico de manejo.
Mientas se prepara para arrancar, Pedro Gacio, el instructor que lo va a acompañar en el auto, instala las cámaras que son una de las principales novedades en esta renovada prueba. Una va dentro del vehículo y la otra en la parte externa. Esperan que esto le de más transparencia al examen.Aunque las cámaras, en algunos casos, intimidaron a los aspirantes, estas son un punto a favor del que rinde ya que, si no están conformes con el veredicto del evaluador, podrán pedir de ver el video para revisar si la decisión del instructor fue la adecuada o no.
Ayer se empezaron a implementar los cambios para sacar el examen práctico en la ciudad de Buenos Aires, una prueba que no se actualizaba desde el 2005 . Las instancias evaluadoras serán más exigentes y se sumaron dos postas más, a las cuatro que ya tenía. Los nuevos desafíos: controlar el auto en subida y en bajada.
En cuanto al teórico, el aspirante tendrá que estudiar entre 1500 preguntas, a diferencia de las 750 del anterior. Mientras que antes se estudiaba la Ley de tránsito, ahora los aspirantes van a contar con un manual escrito de forma sencilla y clara. Además, las preguntas están ordenadas por jerarquía, mientras que antes el orden era aleatorio.Para las renovaciones, la única novedad es la proyección de un video que intenta ser más didáctico y cuenta con animaciones en tres dimensiones.
De la Serna manejaba un Nissan Tida azul. La primera prueba fue el temido momento del estacionamiento, en donde mostró una buena destreza, más allá de que el motor se le apagó en una oportunidad y el auto quedó a unos 25 centímetros del cordón. Luego continuó hacia la pendiente donde no mostró ninguna dificultad, hizo la rotonda en reversa, el zigzag entre los conos y finalizó la prueba. "Está aprobado, todo estuvo dentro de los márgenes correctos. La verdad que se lo notó muy seguro, a partir de ahora ya puede manejar", dijo Gacio, el evaluador.
"Al fin sacó el registro. Siempre me tocaba manejar a mí. Ahora vamos a poder ir a tomar algo y a la vuelta me relajo, le toca manejar a él", cuenta Dolores Carman, de 28 años, la novia de De la Serna.
Los aspirantes a sacar el registro empezarán la prueba con cuatro puntos. Si cometen faltas a lo largo del examen los van a ir perdiendo. Algunas cuestan un punto, otras dos y también hay faltas que directamente te dejan sin posibilidades de continuar, como por ejemplo, tocar el cordón. En esos casos, el aspirante deberá volver dentro de cinco días hábiles para hacer un segundo intento.Los evaluadores llevan una tablet desde donde inician la grabación de las cámaras y tienen todas las pruebas que deberá pasar el aspirante.Desde ahí el instructor también va marcando las faltas que pueda cometer. De este modo queda un registro digitalizado del desempeño de cada uno de ellos.
Ese fue el caso de Svitlana Kuzmentsova, una ucraniana radicada en la Argentina. "Yo reprobé el examen la primera vez que lo rendí. Hoy volví y lo aprobé. Estoy muy contenta. Con mi marido solemos viajar por le país y el exterior, ahora yo también voy a poder manejar cuando alquilemos un auto", dijo Kuzmentsova con un marcado acento extranjero.
"Cambiamos el examen porque tenemos un objetivo muy concreto, que es reducir los fallecidos en siniestros viales. Buscamos que la gente conduzca mejor. Para esto necesitamos mejor educación vial, como también debemos adaptarnos a los tiempos actuales y buscar nuevos modos para que la información le llegue a las personas. Hay que aprovechar esta instancia para formar buenos conductores", explicó Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura de la Ciudad de Buenos Aires.
En total 147 personas perdieron la vida en siniestros viales el año pasado en la Ciudad, una cifra que se mantiene similar al promedio de los últimos tres años, pero que tuvo un incremento del 5% respecto a 2017. El grupo más vulnerable es el de los peatones, seguidos por los motociclistas, automovilistas y el resto de los actores de la movilidad urbana.
En la Ciudad se emiten alrededor de 450 mil licencias por año, de las cuales el 87,7% (402.767) son por renovaciones, y el 12,3% (56.535), otorgamientos. El 32% son mujeres y 68%, varones.
"Mirá, yo aprendí a manejar con mi tío y él me gritaba tanto que quedé traumada y nunca me animé a sacar el registro. Hoy, después de 28 años, vine y lo saqué. Estaba muy nerviosa, por esa mala experiencia el manejo se convirtió en un tabú en mi vida. Pero la verdad que hoy rendí muy bien porque tengo al mejor instructor del mundo. No me costaron las pruebas, escuché que ahora es más complejo pero lo pude resolver", explicaba Mariana Samarelli, de 46 años, que estaba sonriente con su cartel verde con la "P" de principiante. A su lado, Ricardo Pretta, "el mejor instructor del mundo".
"La obtención de la licencia de conducir no es ni debe ser considerado un trámite más para el vecino sino un proceso de instrucción necesario. Es una instancia en la que el aspirante no sólo tiene que demostrar que está en condiciones de manejar, sino que además cuenta con los conocimientos y la capacidad de respuesta necesarios para convivir responsablemente con peatones, ciclistas y otros conductores de vehículos que se mueven por la Ciudad", dijo Juan José Mendez, secretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires.
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