Cruce de acusaciones por el accidente
Funcionarios porteños y nacionales y voceros de la concesionaria se echaron culpas por las irregularidades que provocaron 11 muertes
lanacionarEl día después del trágico choque entre dos trenes y un colectivo, en el que murieron 11 personas, estuvo signado por un fuerte cruce de acusaciones entre funcionarios porteños y nacionales y referentes de TBA, la empresa concesionaria del ferrocarril Sarmiento, en relación con los errores que pudieron haber ocasionado el accidente.
Anteayer, a las 6.23, el interno 52 de la línea 92 ingresó en el paso a nivel de la estación Flores desoyendo las señales sonora y lumínica que indicaban la proximidad de un tren, si bien la barrera estaba rota y funcionaba en forma irregular. Por otro lado, ese paso no hubiera significado ningún riesgo si el Estado nacional hubiera soterrado la línea Sarmiento, un proyecto largamente anunciado.
La secuencia que culminó con 11 fallecidos y más de 200 heridos quedó registrada por cámaras de la Policía Metropolitana y de la propia TBA, instaladas en el lugar.
Ayer, el contrapunto comenzó precisamente cuando el vocero de TBA, Gustavo Gago, sostuvo en declaraciones radiales que la Metropolitana no había avisado que un camión recolector de basura rompió la barrera poco antes del accidente. También cuestionó la ausencia de policías de tránsito para labrar multas a esos infractores. "No fue una acusación contra la Metropolitana, ya llamé al Ministerio de Justicia y Seguridad para explicar que mis dichos fueron malinterpretados. Los periodistas me cuestionaron por qué TBA no había hecho nada si ya tenía el reporte policial de que la barrera estaba rota; respondí que no teníamos ningún reporte", dijo Gago a LA NACION.
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El vocero admitió que el circuito habitual para reportar la rotura de una barrera sólo depende de los supervisores de estaciones y de los conductores de los trenes, que alertan por radio a la Oficina de Control de Trenes, una central que funciona en Retiro y monitorea todas las líneas de ese concesionario.
Los supervisores, explicó, deben recorrer las paradas (cada uno tiene a su cargo dos o tres) durante las 24 horas. El motorman puede advertir los inconvenientes al pasar por el lugar. Pero ninguno, reconoció Gago, había informado sobre el desperfecto en la barrera de la calle Artigas.
Las aclaraciones de TBA llegaron tarde. El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, ya había acusado recibo de las acusaciones contra la Metropolitana. "Si la Policía Metropolitana tiene responsabilidad en esto, es ridiculizar el accidente", dijo. Y agregó: "El que produce la rotura es un camión al que deja pasar un empleado de TBA".
En rigor, el operario que se observa en los videos trabajando en el lugar -señaló Gago- no es empleado de la concesionaria, sino de una empresa contratista dedicada al arreglo de las vías, que "debe custodiar el paso de vehículos mientras se realiza la reparación en horario nocturno, pero que no tiene obligación de informar" sobre desperfectos.
Si bien Gago dijo a LA NACION que en las semanas previas al accidente no hubo reportes de fallas en la barrera de Artigas, choferes de la línea 92 denunciaron ayer que eran frecuentes las irregularidades, que también habían sido explicitadas por vecinos en un expediente judicial.
En ese sentido, el juez federal Julián Ercolini -que tiene a su cargo la investigación de la tragedia- intentará determinar si el funcionamiento de la barrera era correcto y analizará los videos de los siete días previos.
"Está claro que hubo una imprudencia del chofer del colectivo (Filiberto Gallardo, fallecido en el accidente), pero también tenemos la sensación de que hubo una conjunción de errores que provocaron la tragedia. Con la muerte del colectivero no se termina la causa", afirmó un investigador judicial.
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Ercolini también investigará la tarea que cumplían los banderilleros y quién había puesto un listón de madera en la barrera para mantenerla a 45 grados.
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, también se sumó ayer a la polémica al exigir al gobierno nacional la concreción del soterramiento de la línea Sarmiento.
"Esa obra fue lanzada por el gobierno nacional hace mucho tiempo. No pueden haber pasado tantos años y que se hayan prometido tantas veces obras y no se hayan hecho. El presupuesto público tiene que resolver las obras centrales de la sociedad y no terminar en el despilfarro", expresó Macri. Y despertó la ira del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. "Es muy fácil hablar de despilfarro. Seguramente para él despilfarro es el programa Conectar Igualdad o la asignación universal por hijo", ironizó, y calificó las declaraciones de Macri como "soberbias y mezquinas".
"Lamentablemente -dijo De Vido- empañan el excelente trabajo de todo el personal de la ciudad. Los políticos deben estar al servicio de la gente y no encontrar la paja en el ojo ajeno." Y el jefe de gabinete nacional, Aníbal Fernández, fue todavía más lejos al calificar a Macri de "tilingo".
En tanto, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, insistió en anunciar que llegó la tuneladora que cavará el túnel para soterrar 32,6 km del Sarmiento , a un ritmo de casi 20 metros por día.
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