Detuvieron a otro falso médico en Palermo
Se llama Raúl Sabolo, pretendía ser cirujano y haberse graduado en Córdoba.
1 minuto de lectura'
En un año que pareció ser el de los falsos médicos, fue descubierto un nuevo caso de ejercicio ilegal de la medicina en Palermo, informaron ayer fuentes judiciales.
En esta oportunidad, la División de Seguridad Personal de la Policía Federal detuvo a Raúl Marcelo Sabolo, de 40 años, que, atribuyéndose el título de médico cirujano, dirigía un consultorio en el que ofrecía tratamientos alternativos contra la obesidad.
Sabolo fue apresado el sábado último, después de que el juez de instrucción porteño Luis Schlegel ordenó la investigación de numerosas denuncias realizadas por pacientes del falso médico ante la Dirección de Control del Ejercicio Profesional, que depende del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación.
Este organismo constató que Sabolo no figuraba en los registros de profesionales de la Capital Federal y tampoco en la provincia de Buenos Aires, requisito indispensable para acceder a la habilitación de un consultorio.
Tras su detención, en un vano intento por explicar la irregularidad y ocultar el delito, el falso médico explicó a las autoridades que había hecho su carrera en la Facultad de Medicina de Córdoba, hecho que también resultó ser falso.
Ayer, la policía allanó un departamento de Scalabrini Ortiz 2629, donde funcionaba el consultorio "trucho".
En ese lugar, los efectivos de la División de Seguridad Personal se incautaron de las matrículas médicas utilizadas por Sabolo para ejercer la profesión. El Ministerio de Salud corroboró que los verdaderos titulares de esas licencias eran médicos de la provincia de Buenos Aires y de Córdoba. Los investigadores secuestraron también los archivos completos con las historias clínicas de las personas engañadas. En ese lugar funcionaba además un laboratorio casero, donde los uniformados hallaron una gran cantidad de comprimidos en frascos con etiquetas de farmacias que preparan recetas magistrales y diversos elementos vinculados con la práctica médica.
Las pastillas y cremas preparadas en el falso laboratorio fueron remitidas al laboratorio químico de la Policía Federal, donde se procurará establecer sus componentes y el grado de toxicidad de los medicamentos.
"Terapia alternativa"
Para llamar la atención de sus potenciales clientes, Sabolo publicaba avisos en los más importantes matutinos, en los que ofrecía un "eficaz tratamiento contra la obesidad", que incluía, además, la entrega de "medicamentos de preparación magistral".
Para recibir a los engañados pacientes, Sabolo montó un consultorio en un departamento del barrio de Palermo, donde efectuaba una "terapia alternativa" contra la obesidad.
Como parte del tratamiento,el falso galeno entregaba medicamentos magistrales, y firmaba recetas en las que colocaba un sello apócrifo según el cual Sabolo era un médico cirujano matriculado en Córdoba.
Consternación
"Me tomó por sorpresa. Para mí era una persona normal, yo creía que era un profesional. Creo que el estaba convencido de que era un médico y nos lo hacía creer a nosotros", relató sorprendida Celeste, secretaria de Raúl Marcelo Sabolo.
Celeste, proveniente de Junín, alcanzó a trabajar en el consultorio tan sólo una semana y súbitamente se quedó sin trabajo. "Esto es de terror, todavía no lo puedo creer. El viernes me vuelvo a Junín", agregó.
Respecto de su relación con Sabolo sostuvo: "No teníamos mucho contacto. No sé si era casado ni si tenía hijos. Yo sólo era su secretaria".
Celeste aportó, además, un dato más que interesante. "Lo único que te puedo decir es que no tenía muchos pacientes", dijo.
"Me llamó la atención esto del médico trucho. Lo que yo sé es que les recetaba pastillas y les daba geles a sus pacientes", comentó Magdalena, empleada de una peluquería, situada a metros del consultorio.
Enrique Pardo, dueño de una fotocopiadora señaló que Sabolo solía realizar copias de las dietas en su local. "Siempre estaba apurado. Pero parecía buena gente. Ahora hace tiempo que no lo veo", relató.
Una historia que no tiene fin
El de RaúlSabolo fue el vigésimo octavo caso, en los últimos tres años, de ejercicio ilegal de la medicina, delito para el que se prevén condenas de 15 días a un año de prisión.
Durante 1997 hubo diez casos. De ellos, cinco sucedieron en septiembre último. El 16 de ese mes, se descubrió que José María Roldán Bonadeo, hasta entonces jefe del servicio de Hemoterapia del Instituto Argentino del Diagnóstico, no era médico. El hombre tenía una sola materia aprobada en la Facultad de Medicina, practicó la profesión durante cuarenta años y contaba con cierto prestigio entre sus colegas.
Tres días después, fue descubierto otro falso galeno en Corrientes. Se trató de un hombre de apellido Ruiz, que dos años antes habilitó un consultorio particular en el barrio La Rosada, de esa capital. A diferencia de Roldán Bonadeo, Ruiz "sólo" adeudaba seis materias para recibirse de médico.
El 22 de septiembre, representantes de la empresa Buenos Aires Emergencias Médicas denunciaron a Francisco Dávila quien, aunque no poseía título habilitante, se desempeñaba como coordinador general médico del servicio de traslados en ambulancias.
El 29, la policía -también por orden del juez Schlegel- detuvo a Ana Ortiz, tras allanar la sede del servicio de traslados en ambulancias que dirigió durante dos años y medio en el barrio de Recoleta.
La mujer tenía sólo una materia aprobada en la Facultad de Medicina de la UBA (en otras ocho había fracasado), y ya había sido sancionada en 1989 por ejercer ilegalmente la profesión, por lo que tenía una condena en suspenso impuesta por un tribunal de Lomas de Zamora.
En 1996, hubo siete casos de ejercicio ilegal de la medicina. Entre ellos se destacó el de Oscar Sureda, quien fue procesado por homicidio culposo, acusado por la muerte de un menor de 14 años que sufría leucemia y a quien el falso médico le diagnosticó paperas.
De los cinco casos ocurridos en 1995 sobresalió el de Guillermo Assaneo, quien actuó como neurólogo en el hospital Rivadavia, de esta capital, y le punzó la cabeza a una mujer, que quedó postrada en posición fetal.





