En el agreste paisaje de La Cumbre, esta casa con taller de artista incluido se proyectó en familia, con arquitectura básica y materiales del lugar
Hay entornos más propicios para las musas, y algo de eso se advierte entre los llanos y las sierras de La Cumbre, donde se multiplican los talleres de quienes la visitaron y no pudieron resistir la tentación de instalarse a crear aquí. Así fue para la artista plástica Solange Bendjeunian. Ella y su marido, Richard Bunge, se enamoraron de este tramo de monte caminándolo; cuentan que antes de comprar una parte, venían siempre a pasear siguiendo una huella de ganado que entonces era el único acceso.
El proyecto y dirección de la obra estuvo en manos del hermano de Solange y de su mujer, del Estudio Martínez Villada, Larcamon & Asociados. Juntos definieron la planta, que incluye living, cocina-comedor, toilette, dormitorio en suite, tres cuartos con su baño y vestidor y, por supuesto, el estudio y el atelier de la dueña de casa.
Una casa fértil para el arte
“Este ambiente se armó a partir de una alfombra de mi abuela. En ella busqué los colores para tapizar los sillones”, cuenta Solange a revista Living.
Para completar la decoración, la anfitriona incluyó esferas de su autoría. Unas están hechas con mármol de las sierras cordobesas, otras con madera de la poda (La Mersa).
La cocina, de cara al comedor, tiene mesada de granito negro y muebles diseñados por el estudio que hizo la casa en conjunto con Adriana Weiss.
Luego del comedor, se extiende un pasillo con un gran ventanal, cuyos lados tienen acrílicos de la serie ‘Rayas’ (Solange Bendjeunian), a tono con los colores de los ambientes vecinos.
El dormitorio principal se equipó con muebles franceses y carpinterías de aluminio con doble vidriado hermético (Aberturas Anodal).
Las fundas del acolchado y los almohadones son de panamá crudo, el mismo material y color elegidos para todas las cortinas, de modo que se integren a la pared y pasen desapercibidas.
En esta casa, hasta los exteriores se prestan como escenarios para el arte. Una muestra la encontramos en el patio interno, que guarda una escultura en metal de Patricio Arrieghi.
Espacios de inspiración y trabajo
El estudio en el que Solange crea, fue equipado con una silla inglesa, una mesa de campo y una biblioteca de roble. El ambiente dispone también de muebles propios para el descanso, como los sillones tapizados en corderoy que vemos arriba.
Este espacio destinado al trabajo cuenta con una vieja mesa que sirve de apoyo y otra, con ruedas, que da una superficie móvil.
Un inmenso jardín
La tarea de domesticar el espacio al aire libre que rodea la propiedad fue resuelta por Susana Withrington, dueña de La Urraca, galería de arte y emblemática tienda con la mejor selección de piezas de los artesanos locales. Nadie mejor para tan delicada tarea: Susy, además, es la mamá de Solange.
El paisajismo se proyectó "a fuerza de observar", sin avasallar lo existente y dándole a la arquitectura un marco que privilegiara las vistas hacia los cuatro puntos cardinales. Atrás de la pileta, un ejemplo de cómo se realizó esto con rosas Iceberg, pastos y gauras, que conforman un macizo liviano que permite ver la pared donde se apoyan las hortensias.
La casa posee también un patio de granza, equipado con mesa y banco de la línea ‘Montserrat’ con almohadones de lino natural.
Así se construyó, en familia. Como se hace un hogar.
Producción: Arq. Eugenia Cides.
Texto: Lucrecia Álvarez.
Más leídas de Sociedad
Mendoza, de luto. “Siempre se metía en el barro”: quién era el epidemiólogo que falleció por una complicación de dengue
Desde cuándo regirá. Revolucionaria ordenanza: los inusuales lugares donde ya no se podrá fumar en la ciudad de Mendoza
Recetas electrónicas. Qué cambia para el paciente y cuándo entra en vigor la nueva reglamentación