
Dos muertos por aspirar pegamento
Se trata de jóvenes de 14 años; allegados a ambos conocían sus adicciones
1 minuto de lectura'
ROSARIO.- La muerte de dos adolescentes por inhalación de pegamento, con tan sólo 24 horas de diferencia entre un caso y el otro, causó inquietud entre los rosarinos, ya que puso de manifiesto la grave dimensión que el problema de la adicción a las drogas entre los jóvenes adquirió en los últimos tiempos en esta ciudad.
El primer deceso se registró durante la madrugada de anteayer en Bella Vista, un barrio que durante la década pasada sufrió los estragos de la desocupación y del empobrecimiento de sus pobladores. La víctima fue un muchacho de 14 años que, según revelaron sus familiares, consumía sustancias tóxicas desde hacía por lo menos dos años.
El joven, que fue hallado desvanecido en cercanías de las calles Ituzaingó y Pascual Rosas, fue trasladado por la policía al Hospital Carrasco, donde falleció pese a los desesperados esfuerzos de los médicos por reanimarlo. Había llegado al nosocomio con un cuadro típico de una sobredosis de pegamento: rostro pálido, pulso bajo, pupilas dilatadas y convulsiones.
"Son muchos los chicos que llegan, preferentemente durante los fines de semana, con cuadros de taquicardia, temblores y palpitaciones y que declaran consumir alcohol y pegamento, que es lo más económico", comentó ayer Natalia Gastaldi, médica de guardia que atendió al joven en el centro asistencial.
"Cuando hablamos con ellos, como tienen miedo, no cuentan lo que tomaron. En la mayoría de los casos es alcohol mezclado con pastillas, cocaína, «paco» y pegamento", relató Gastaldi, que reconoció que el problema de las adicciones entre los adolescentes rosarinos es cada vez más preocupante.
Un relevamiento realizado por la municipalidad local reveló que la edad de inicio del consumo de drogas en los usuarios que viven en la calle tuvo un brusco descenso en los últimos diez años.
Según el estudio, actualmente la edad de inicio varía entre los 8 y los 11 años y las sustancias que más consumen son la marihuana y el pegamento.
La madre del muchacho, que admitió saber que su hijo consumía pegamento para parches de bicicleta desde que tenía 12 años, se quejó de lo que considera "insensibilidad de los miembros del Poder Judicial", a quienes en reiteradas oportunidades dice que les pidió ayuda y de quienes asegura que nunca obtuvo respuesta. "Ahora mi hijo está muerto", sollozaba en medio de un ataque de nervios.
"Me dijeron que me iban a citar para ver qué podían hacer, pero nunca lo hicieron, y miren lo que pasó", dijo la desconsolada mujer, que contó que, pese a sus esfuerzos, no pudo convencer a su hijo para que dejara la droga. "Tenía un carácter muy fuerte, pegaba dos gritos y hacía lo que quería", relató la madre sin ocultar su frustración.
La segunda muerte por aspirar pegamento se produjo ayer en horas de la madrugada en el Policlínico San Martín.
Cumpleaños trágico
Esta segunda víctima también fue un joven de 14 años que, según el relato de los familiares que lo trasladaron al centro médico, había festejado su cumpleaños bebiendo bebidas alcohólicas y aspirando pegamento junto a varios amigos. El cumpleaños terminó en tragedia.
El muchacho ingresó con un paro cardiorrespiratorio y, pese a que se le realizaron maniobras de resucitación, murió al poco tiempo de su internación.
Al enterarse del deceso, los jóvenes que lo habían llevado al hospital, visiblemente fuera de sí, atacaron al médico de guardia y causaron varios destrozos en las instalaciones del nosocomio.
Sin leyes
- En la Argentina no existe ninguna ley nacional que prohíba la venta de pegamentos con tolueno a menores de edad. De hecho, la norma que iba a instaurar esa prohibición perdió este año estado parlamentario por la morosidad del Congreso, que tardó dos años en acordar un texto que, aún habiendo obtenido dictamen favorable de seis comisiones, nunca fue tratado en el recinto. En la ciudad de Buenos Aires tampoco hay una ley que lo prohíba, a pesar de que existen proyectos desde 1998. En la provincia de Buenos Aires, hace diez años que una norma veda la comercialización de estos productos a menores de edad.




