
El dolor consternó a Chascomús
El velatorio fue en la intimidad
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CHASCOMUS.- Dolor y consternación describen el ánimo de los cientos de personas que despidieron los restos de Amparo Alfonsín, fallecida anteayer tras sufrir un accidente en el colegio. El dolor de padres, familiares y amigos ante la muerte de una adolescente que era "un encanto de chica", según definió su abuelo. Y la consternación, por el absurdo accidente.
Al llegar a la casa velatoria, poco después de las 9, el padre de la joven, Ricardo Alfonsín -actual líder de Radicales para el Cambio-, sólo alcanzó a musitar: "Fue un accidente fatal, tonto y fatal".
El velatorio fue íntimo, pero hasta las puertas del lugar se llegaron los vecinos de Chascomús. A las 9.30, el vehículo que trasladó los restos de Amparo al cementerio San Andrés se puso en marcha y fue seguido por otros dos, ocupados por el ex presidente Raúl Alfonsín y su esposa, María Lorenza Barrenechea, el padre de la joven y su madre, Cecilia Plorutti.
El cortejo recorrió las calles céntricas de la ciudad y a su paso la gente dejó de hacer sus tareas y se paró en las veredas para demostrar respeto y acompañamiento.
Compañeros
Los amigos y compañeros de Amparo aguardaban en el cementerio. Habían llegado minutos antes desde Buenos Aires en un ómnibus.
También estaban allí el diputado Leopoldo Moreau, el senador Rodolfo Terragno, el diputado Guillermo Alchouron, el ex legislador Marcelo Stubrin y el economista Mario Brodherson. Otros miembros del radicalismo que se acercaron para acompañar a los Alfonsín fueron Enrique Nosiglia y Facundo Suárez Lastra. También participaron del funeral el ex ministro Ricardo Gil Lavedra, el ex vocero presidencial José Ignacio López, José Canata, Ariel Dulevich Uzal y Gabriela González Gass. Pese a la angustiante situación, el padre y el abuelo de la joven demostraron entereza: ambos devolvieron una sonrisa a cada una de las personas que se acercaron a expresar sus condolencias.
En el pequeño cementerio, familiares y amigos -varios de ellos con flores blancas en sus manos-, rodearon el lugar donde fueron inhumados los restos de Amparo y escucharon el responso pronunciado por el sacerdote. Fue breve, pero emotivo, pues hubo varias referencias a la personalidad y a la juventud de Amparo. En ese momento, en los rostros del ex presidente y su hijo cayeron algunas lágrimas, pero no dejaron de contener al resto de su familia.
La despedida fue el momento más doloroso. El ex presidente, arrojó el primer puñado de tierra. El padre de la adolescente se abrazaba con sus amigos más cercanos y con sus otros hijos. Después, los familiares se retiraron del cementerio, acompañados por decenas de personas que concurrieron para saludarlos personalmente.
Los compañeros de colegio y amigos de Amparo permanecieron varios minutos al lado de la tumba y concluyeron la ceremonia con un aplauso cerrado. Antes de subirse al auto para abandonar el cementerio, Alfonsín recordó a su nieta: "Era una chica enorme, alta... yo creí que iba a salir, porque era una chica con una fortaleza y un espíritu... Pero Dios no quiso".






