El príncipe del funk: Prince

La primera vez que lo escuché en realidad lo vi. Estábamos en la casa de Dante [Spinetta] y en el living nuestros padres estaban viendo Purple Rain, la película de 1984. Me acuerdo de que lo vimos y no nos gustó. En esos tiempos éramos fans de Michael Jackson, los dos en cierto modo competían por el reinado del pop rock. Y el look de Prince era más extremo, pero al toque empezamos a escucharlo y nos volvimos locos.

Estaban en su música (en Prince, Dirty Mind o Controversy, los álbumes anteriores a Purple Rain) las influencias del funk, de James Brown, de Jimi Hendrix, pero también de artistas como Joni Mitchell.

Prince era una género especial dentro de la música de los 80. El sonido de Minneapolis. Se mezclaban un montón de estilos. Inclusive discos que todavía hoy no fueron revisitados como lo merecen. Pienso en Lovesexy o Graffiti Bridge. Son verdaderas obras maestras, y como ocurre siempre con las obras maestras, en la música y en las artes en general, a veces deben esperar a que las audiencias lleguen a ellas y consigan ponerlas en un justo lugar.

Personalmente, me influyó mucho su arte. En muchos sentidos. Inclusive en lo estético. Una vez hice una canción en la que en una parte decía "jugar a ser Prince". Me atrevería a decir que por momentos eso ha pasado. Con las distancias del caso. La cantidad de artistas en los que ejerció una especial influencia es enorme, aunque no siempre es tan fácilmente reconocible. Pueden rastrearse esas huellas en artistas como D'Angelo (un referente del neo soul con álbumes como Brown Sugar, Voodoo y Black Messiah); podría ser un continuador de ciertas cosas. También hay rasgos de Prince en Beyoncé. De algo estoy seguro: con el paso de los años, Prince se convertirá en un género en sí mismo. Es un privilegio que consiguen pocos.

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Emmanuel Horvilleur