El último posteo de la mochilera asesinada en Capilla del Monte: "Debo disfrutar hoy todo lo que tengo, todo lo que soy, mañana puede ser muy tarde"
A qué juegan los chicos que viven en las islas artificiales de totora del Lago Titicaca, el significado de la vida en una pulserita tejida con hilos de colores... de eso habló en sus últimos posteos de Instagram Cecilia Basaldúa, la joven de 35 años cuyo cuerpo fue encontrado ayer en un basural de la localidad cordobesa de Capilla del Monte.
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Según se puede ver en las redes sociales de Cecilia, ella era un alma libre que amaba viajar para conocer a las personas y su realidad. Desde su cuenta de Instagram se pueden leer historias simples, exquisitas y profundas de su recorrido por Latinoamérica.
Impactada por su viaje a Perú, donde conoció a la Tribu Uro, el 16 de marzo habló sobre los niños que viven en las islas flotantes. Se preguntó a qué jugaban, habló con ellos. Un día antes, subió la foto de una mariposa posada en una pulsera que llevaba en la muñeca, cuando estaba en el Amazonas. "Debo disfrutar hoy todo lo que tengo, y todo lo que soy, porque mañana puede ser muy tarde", escribió luego de contar su encuentro con mujeres waoranis.
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Después de recorrer por cuatro años Latinoamérica, la joven había decidido instalarse al pie del Cerro Uritorco para escribir las crónicas de su viaje. Con esa idea, Cecilia había llegado a Córdoba en abril. Allí, una mochilera le sugirió que se contactara con Mario Gabriel Mainardi, un vecino de Capilla del Monte que podía alquilarle el patio de su casa para que armara su carpa. La joven llamó a su familia para contarles la novedad y esa fue la última vez que se contactaron con ella y comenzó la búsqueda de su paradero. Fue entonces que el hombre quedó en el centro de las sospechas.
La familia no tuvo novedades de su hija hasta el miércoles 8 de abril, cuando el dueño de la propiedad donde se hospedaba Basaldúa, decidió hacer la denuncia. "Según este hombre, el domingo por la tarde Cecilia se fue muy enojada, en medio de un supuesto brote y diciendo que la iban a matar", relató Susana Reyes, la mamá. Según la versión de Mainardi, esa tarde, Cecilia se fue con una mochila y la carpa, pero dejó el teléfono y la computadora.
"Para nosotros es muy raro que el hombre haya tardado tres días en hacer la denuncia, y, hasta donde sabemos, Cecilia no tiene antecedentes de tener este tipo de brotes, ni nos parece un comportamiento normal de su parte", le había dicho a LA NACION Soledad Basaldúa, hermana de la mujer.