En Carlos Casado no quieren saber nada con la secta Moon

POSADAS.- La noticia de que la secta liderada por el multimillonario reverendo Sun Myung Moon habría comprado cerca de 240.000 hectáreas a la compañía argentina Carlos Casado, en el norte del Paraguay, desató un verdadero conflicto en medios políticos del vecino país.

Los habitantes del antiguo puerto, ubicado 550 kilómetros aguas arriba de Asunción, donde funcionaba una fábrica de tanino y el propio gobierno paraguayo se pronunciaron ayer en contra de la adquisición.

La venta coincide, además, con la pretensión de la empresa Casado de cobrar algo así como 80 millones de dólares, equivalentes a 80 mil pesos oro que recibió en bonos en 1939, en concepto de pago por entrega de ganado, transporte de tropas, combustible y hasta dinero en efectivo durante la guerra que el Paraguay libró con Bolivia, entre 1932 y 1935.

Los papeles estaban en una antigua caja fuerte y para el gobierno ya perdieron valor comercial.

Una historia apasionante

Casado llegó a disponer de casi 2 millones de hectáreas, de donde extraía madera de quebracho para durmientes en la construcción de vías férreas y abastecía a sus industrias tanineras, con 200 kilómetros de costa sobre el litoral fluvial.

Disponía, además, de una flota de barcos, puertos y hasta un ferrocarril de 150 kilómetros, todos de su propiedad.

Al conocerse la información de que los bonos salieron a la venta, las acciones -que cotizan en la Bolsa de Buenos Aires- subieron sorpresivamente en julio de 1999.

En el diario El Territorio, de Posadas, en tanto, se publicaron avisos de un supuesto interesado en comprarlos. Ahora todo habría quedado en manos de la secta Moon.

Medio siglo atrás, los puertos Casado, San Alberto, Médanos, Pinasco, Sastre, Guaraní, Maschwitz y otros todavía registraban intensa actividad, siempre sobre la base de la explotación de los quebrachales en forma intensiva.

Las fábricas comenzaron a tener problemas cuando la venta de tanino entró en crisis, en coincidencia con la tala masiva de árboles, y fue reemplazado por productos químicos. Hoy, aquellos pueblos semejan un gran cementerio, compuesto por chimeneas y galpones abandonados.

Según se supo, en un escritorio abandonado en Puerto Casado permanecía una caja fuerte sin tocar. Cuando decidieron abrirla, encontraron títulos por valor de 80.000 pesos oro entregados en concepto de pago por servicios y bienes aportados por la empresa cuando Paraguay entró en guerra con Bolivia.

Cuentan con aval del Estado y comenzaron a emitirse en 1939 con el fin de consolidar y refinanciar a largo plazo compromisos contraídos durante el conflicto.

El presidente de la compañía, Angel María Cavanagh, comunicó a la Comisión Nacional de Valores de Buenos Aires que entregó bonos en consignación a una intermediaria (broker). La nota fue enviada el 16 de julio del año último y al día siguiente hubo una movida en la Bolsa que sorprendió a propios y extraños.

Qué dicen en Paraguay

Los documentos jamás pudieron transformarse en efectivo mientras gobernó Alfredo Stroessner, durante 34 años. "Pero desde su caída -sostiene el diario ABC Color- cada tanto aparecen portadores con intención de cobrarlos."

El Ministerio de Hacienda recibe consultas de todo el mundo y los funcionarios han reiterado que los títulos caducaron, pero los tenedores amenazan con accionar en tribunales internacionales, basándose en jurisprudencia vinculada con este tipo de reclamos.

Abogados de Chicago que asesorarían a Moon habrían encontrado el camino para quedarse con las tierras y cobrar la millonaria deuda.

Es que recientemente Paraguay ingresó en el mercado mundial de capitales con la emisión de 400 millones de dólares en bonos, a 20 años de plazo y cinco de gracia, con una tasa del 6,8% anual, actuando de intermediarios el Chinatrust Commercial Bank y el International Comercial Bank de Taiwan.

Según The Wall Street Journal, los agentes de la Bolsa de Nueva York quedaron pasmados al enterarse de esta operación, "en un país que soportó en los últimos años sucesivas crisis financieras y figura en el ranking de moneda más bajo de América latina".

En tanto, en Puerto Casado, donde la historia parece haberse detenido y hoy florecen lapachos cultivados por sus primitivos dueños, los vecinos están enojados y "no quieren saber nada con los coreanos".

En una improvisada pista de aterrizaje, impidieron la salida de empleados argentinos y paraguayos de la firma, a quien acompañaba un representante del reverendo Moon.

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