
En Cataratas se pasea un tren ecológico
Una locomotora inglesa que funciona a gas llevará a los visitantes por el circuito proyectado hasta la Garganta del Diablo
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POSADAS.- A partir de hoy, los turistas que visiten las cataratas del Iguazú dispondrán de un servicio novedoso, considerado el primero en su tipo que funcionará en la Argentina: el denominado Tren de las Cataratas, de bajo impacto sobre la naturaleza y que llevará a 120 viajeros a lo largo de siete kilómetros, hasta cerca de la Garganta del Diablo, el más imponente de los saltos.
Construido en Inglaterra en los talleres de la empresa Alan Keeft, ubicados en la localidad de Ross-on-Wye, a 200 kilómetros al este de Londres, el tren ecológico pintado totalmente de verde, se compone de una locomotora a gas que arrastra cuatro vagones techados, con asientos de madera y totalmente abiertos hacia el exterior, para que el visitante se mantenga en directo contacto con la selva.
Veinte minutos
El tendido de las vías bordea el río y su recorrido dura 20 minutos, con una "parada" en la estación Circuitos, hasta la terminal de Garganta. Allí hay que descender para luego acceder a la pasarela, actualmente en construcción. Esta reemplazará a la anterior, destruida por la crecida de 1993, que llega hasta los nuevos balcones construidos sobre el borde de la enorme cascada de 90 metros de altura.
Allí, el río Iguazú se despeña entre las piedras y la densa vegetación acuática donde anidan los vencejos, aves de la familia de las golondrinas, que generan un conmovedor trino como parte del paisaje.
El Tren de las Cataratas está incluido en el ambicioso proyecto encarado hace varios años por capitales privados agrupados en el consorcio Carlos Enríquez, con miras a explotar servicios en el Parque Nacional del Iguazú. La concreción del proyecto tuvo sus idas y venidas, la concesión sufrió un proceso judicial y sólo ahora se pudo inaugurar este tramo.
Entre los trabajos ahora realizados figuran la reparación de las pasarelas para visitantes en sus sectores inferior y superior, la construcción de un centro de atención a los visitantes, una playa de estacionamiento, el Museo Vivo de Interpretación de la Naturaleza, el portal de acceso, los sanitarios y hasta senderos y plataformas destinados al desplazamiento de los discapacitados, que permiten la circulación de sillas de ruedas, con desniveles menos pronunciados.
El costo de la inversión se calcula en 15 millones de dólares, que será recuperado con el cobro de ingresos, habida cuenta de que Iguazú es el más visitado de los parques argentinos.
El viernes próximo, según se informó aquí, el titular de la Secretaría de Turismo de la Nación, ingeniero Hernán Lombardi, junto con otras autoridades nacionales, algunos de los directores de la Administración de Parques Nacionales y otros funcionarios del gobierno local asistirán al acto de recepción de las obras.
Resta aún un pequeño tramo para terminar el acceso a la Garganta del Diablo, el que podría ser habilitado en septiembre próximo.
Lo verdaderamente llamativo, y que seguramente convocará a futuros viajeros, será el funcionamiento del convoy verde y el andar silencioso por senderos abiertos entre la tupida jungla misionera.
La idea de fletar un tren que recorra el área protegida es justamente mostrarlo a los visitantes sin que su presencia masiva provoque impacto ambiental negativo.
La compañía inglesa que lo fabricó es la misma que tuvo a su cargo la instalación de ferrocarriles similares que corren dentro del Parque Nacional de Kenya, en el sultanato de Singapur, en una reserva de animales en Africa del Sur y en el zoológico de Londres.





