
En la India no existe una ley de subrogación
Allí, el alquiler de vientre es un contrato privado
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En el sitio online del centro de investigación de la fertilidad que dirige el doctor Anoop Gupta, en Nueva Delhi, la advertencia puede parecer directa, pero resulta ambigua para cualquier extranjero que desee alquilar un vientre por menos de la mitad de lo que cuesta en los Estados Unidos, por ejemplo.
"No existe una política nacional de subrogación –aclara la clínica en el apartado para pacientes extranjeros–. Cada Estado posee su propio enfoque legal de este método de procreación relativamente nuevo. Las normas varían e incluyen desde la validez de los contratos de subrogación hasta la criminalización de todas las formas de subrogación comercial."
En la India, el alquiler de vientres se realiza por un contrato entre las partes que se firma ante un escribano y obliga a la madre subrogante a cuidar su salud, realizarse los controles médicos recomendados y no reclamar el bebe. Si está casada, el esposo también se compromete a cumplir el acuerdo.
El proceso de subrogación, que incluye la búsqueda de la candidata adecuada para llevar adelante el embarazo, la obtención de los óvulos y los espermatozoides para la fecundación in vitro, la transferencia del embrión, el seguimiento prenatal, el parto y el registro del bebe, oscila entre los 20.000 y los 40.000 dólares. En cambio, en Estados Unidos los valores ascienden a entre 70.000 y 130.000 dólares.
Miami, Los Angeles y Chicago son las ciudades que más frecuentan los argentinos interesados en alquilar un vientre. Allí, las leyes determinan también que el bebe debe registrarse como hijo de la pareja que inicia el tratamiento. El documento debe incluir la firma del médico interviniente. En Miami, por ejemplo, la pareja recibe la partida de nacimiento a las tres semanas. Recién entonces puede tramitar el pasaporte del bebe, de nacionalidad estadounidense, para salir del país. "En Estados Unidos, las leyes protegen a los padres biológicos –precisó a LA NACION el doctor Ramiro Quintana, director de Preservar Fertilidad–. Puede ser que el óvulo o el esperma sea de donante, pero en general el alquiler de vientre se indica porque existe un problema uterino, ya sea porque fue extirpado o irradiado, por alguna enfermedad o no puede mantener el embarazo. Nunca se anota el bebe a nombre de la receptora del embrión, sino de la pareja."
Pero en la India el escenario es distinto. En los últimos años las técnicas de reproducción asistida se volvieron una fuente de ganancias millonarias, aunque está pendiente la aprobación de un proyecto de ley que regule esta práctica médica.
La elección de la candidata la realiza la clínica, y la pareja interesada firma el contrato breve, en papel notarial e idioma inglés, con ella y su esposo. En ningún momento, durante los nueve meses de espera, el médico comunica el sexo del bebe para evitar que la familia subrogante decida conservarlo, influida por las tradiciones locales. La pareja contratante recibe un informe periódico del curso del embarazo, con los resultados de los análisis de laboratorio y las ecografías, y se les avisa cuando se produce el parto.
"Es un trámite larguísimo porque nadie se quiere responsabilizar de nadie", dijo Elsa, la madre de Cayetana. La partida de nacimiento la entrega la clínica; en el documento incluyen el nombre de la madre subrogada y del padre biológico. Luego, la mujer firma la cesión del bebe a la pareja y ésta tramita su adopción en un juzgado civil. Entonces, la pareja puede obtener el pasaporte para salir del país.
"Cuando no existe una ley que regula la subrogación, el contrato entre las partes no es válido si la madre subrogante no entrega al bebe en adopción", explicó el doctor Sergio Pasqualini, director científico de Halitus. Ayer, ante la consulta de LA NACION, fuentes de la Cancillería respondieron: "No hay información oficial para brindar".






