En Medio Oriente, ser gay puede ser penado con años de cárcel
TÚNEZ.- La comunidad homosexual fue una de las principales víctimas de la ola de conservadurismo que invadió a partir de la década del 70 a la mayoría de los países de Medio Oriente. Con la excepción de Jordania, que en 1951 derogó la ley que prohibía la sodomía en los espacios privados, todos los países árabes castigan con diversos grados de severidad las relaciones homosexuales. La condena más habitual es la de varios años de cárcel. Sin embargo, en los casos más extremos, como en Arabia Saudita, se aplican castigos corporales, incluida la pena de muerte.
Según la escritora e investigadora algerina Hawa Djabali, tradicionalmente la homosexualidad era tolerada en los países árabes siempre y cuando se practicara de forma discreta. "Después de la expansión del islamismo político en los años setenta, gracias a la revolución de Irán, la región empezó a cambiar. Hubo una demanda de aplicación estricta de la sharia o ley islámica", explica en una conversación telefónica.
Según la interpretación más extrema de la sharia, cualquier acto sexual fuera del matrimonio, ya sea el adulterio cometido por personas casadas o la homosexualidad, se debe castigar con la pena de muerte por lapidación siempre y cuando existan las pruebas suficientes. En caso contrario, se recurre a varias docenas de latigazos. Ésta es la situación actual en aquellos países de mayoría musulmana regidos por un sistema teocrático, como Irán, Arabia Saudita y Sudán. Sin embargo, en la mayoría de los países, las penas son más leves. Por ejemplo, en Egipto, las campañas contra las personas homosexuales estuvieron vinculadas al deseo de los diversos gobiernos dictatoriales para afianzar sus credenciales conservadoras. Así, el régimen surgido del golpe de Estado de 2013, ejecutado por el mariscal Abdel Fatah al-Sisi, lanzó una agresiva campaña contra la comunidad gay, probablemente, para defenderse de las acusaciones de la oposición islamista de ser un gobernante "infiel".
La represión de la comunidad gay incluso alcanza a Túnez, el único país árabe que culminó con éxito su transición democrática luego de las revueltas que comenzaron en 2011. Según la llamada "ley 230", la homosexualidad se castiga con una pena de hasta tres años de prisión. Si bien en Túnez aún predomina una mentalidad conservadora en cuestiones morales, la consecución de libertades políticas y de expresión permitieron el nacimiento de diversos grupos de defensa de los derechos de la comunidad gay. A través de una actitud combativa, se proponen transformar la visión de la sociedad sobre la homosexualidad.