
En Paso del Rey, forman a los chicos con la pelota al pie
Participarán del "mundial callejero"
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Orgullosos de representar a su país, con el peso de vestir la albiceleste, los chicos de Defensores del Chaco no pueden disimular su ansiedad: dentro de pocos días partirán hacia Berlín para jugar su primer mundial.
Es el mundial paralelo a la Copa que mantiene en vilo a millones de personas en todo el planeta: ellos integran la delegación argentina que competirá en Alemania en el Primer Mundial de Fútbol Callejero.
En esta disciplina no gana necesariamente el que más goles anota porque aquí el score se mide con otros parámetros. El puntaje se basa en el cumplimiento de tres valores: respeto, solidaridad y cooperación que, sumados a la parte deportiva, definen al vencedor en un tercer tiempo que apunta a fomentar el compañerismo.
El fútbol callejero nació en los 90 y es jugado por dos conjuntos de cinco o seis integrantes, incluida al menos una mujer. No hay árbitros ni jueces de línea. Los jugadores acuerdan las reglas antes del partido.
Por eso se lo considera el Mundial de la Paz. La FIFA, que apoya el certamen, lo llamó "un Mundial entre amigos". Como es parte del Programa Oficial Artístico y Cultural para la Copa Mundial de la FIFA 2006, las 24 delegaciones jugarán en un estadio construido especialmente para este encuentro en el barrio berlinés de Kreuzberg.
Defensores del Chaco es una fundación situada en el barrio Chaco Chico, de la localidad bonaerense en Paso del Rey, en Moreno, que reúne a 1400 personas cada semana, en su mayoría chicos.
Es un centro deportivo-artístico-cultural y nadie sospecharía que cuando nació, hace 12 años, el enorme predio era el basural del barrio Iratí (ver recuadro). El fútbol callejero fue la llave para resolver muchos problemas. "Los chicos aprenden esos tres valores en la cancha y los ponen en práctica fuera de ella. Ahora aprendieron a discutir y ya no hay peleas en las esquinas, ya no hay banditas en el barrio. Son valores para la vida y no queremos formar buenos jugadores, sino buenas personas", aseguró Maximiliano Pelayes.
Con sólo 22 años, Maximiliano es director de la fundación y capitán del seleccionado formado por siete hombres y una mujer. Está por recibirse de profesor de educación física. La fundación tiene una regla implacable que la mantiene siempre viva: los miembros de la comisión directiva no pueden tener más de 30 años.
El proyecto aprovecha la capacidad de convocatoria del fútbol para transformar actitudes y comportamientos agresivos, por otros basados en valores fundamentales como el trabajo en equipo, la solidaridad, el respeto, la participación y la inserción ciudadana. El fútbol callejero es el fútbol de la tolerancia.
Este mundial estará acompañado por la primera murga argentino-germana que protagonizará la ceremonia de apertura, el 1º de julio. Sin embargo, el Mundial se iniciará el próximo lunes 26, con talleres de integración de idiomas con las delegaciones de los 24 países. Por eso la mitad de la delegación argentina está compuesta por artistas y un primer grupo ya parte hoy.
Todos a clase
La premisa del equipo es que todos los jugadores deben estudiar. "No fueron elegidos por su preparación física, sino por su compromiso humano", afirmó el entrenador.
La experiencia no puede ser más rica. No sólo cruzarán por primera vez el océano para conocer Alemania: dan por descartado que la convivencia con pares de 24 países será provechosísima.
Futbolistas de una favela en Kenia jugarán contra un equipo mixto israelí-palestino; jóvenes de Afganistán se medirán contra chilenos y bolivianos. "También vamos a conocer cómo trabajan en otros países y traer nuevas ideas, más herramientas para trabajar acá", agregó Maximiliano.
Los ilusiona la idea de compartir un día con el seleccionado nacional. "Eso va a ser increíble", dijo sonriendo Maximiliano.
Matías Luna tiene 22 años y pasó la mitad de su vida en el club. Como para la mayoría de los chicos, el club es su familia adoptiva y la posibilidad cierta de no gastar sus horas libres en la calle; la puerta para tener proyectos y buscar superarse.
"Buba", como todos lo conocen, está a cargo de la parte administrativa y cursa el tercer año de administración en Luján. LA NACION los acompañó en la práctica del jueves último. Sabían que era una de las últimas como locales y a pesar de los chistes, la tensión y la sed de ganar eran evidentes.
La competencia deportiva será muy intensa. "Vamos a jugar tres partidos por día. Por eso, nos entrenamos de lunes a sábado, muchas horas", confesó Maximiliano, ahora vestido con la camiseta azul de los entrenamientos. Con orgullo, explicó que la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) los autorizó a usar el vestuario oficial.
Apasionados y felices, saben que serán protagonistas de una experiencia inolvidable. El sueño de jugar en el Mundial es tan grande, que ya se sienten ganadores, aunque todavía no hayan llegado a Alemania.
Acerca del club
- Todo empezó en 1994 con doce chicos que se juntaban a jugar al fútbol en las esquinas de Chaco Chico y soñaban con el club de fútbol propio. Hoy, las instalaciones de la entidad parecen un enorme hormiguero de personas que van y vienen. Además de las categorías de fútbol, basquet y voley, el club tiene el Centro Cultural Mensajes del Alma, que organiza talleres artísticos. Más información: www.defensoresdelchaco.org.ar o (0237) 466-4023.


