
suicidio
Entrá a la guía de Fundación La Nación y encontrá los tips de los expertos sobre cómo prevenir, actuar y encontrar ayuda frente a este problema

A la alerta mundial de crisis de salud mental emitida esta semana por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se suma a una alerta nacional: en la Argentina, las muertes por suicidio no dejan de subir. En 2024, 4249 personas se quitaron la vida, de acuerdo con las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Es un número que creció en los últimos años y que preocupa mucho a los especialistas. Las estadísticas muestran una baja entre 2018 y 2020, y luego un incremento que se mantiene constante desde entonces hasta 2024. Si se toma como referencia el primer dato publicado por el Gobierno nacional, que corresponde a 2017, el crecimiento del número de casos fue del orden del 28%.
En 2023 los suicidios superaron por primera vez a las muertes por accidentes viales, y se convirtieron en la principal causa de muerte violenta del país, situación que volvió a repetirse en 2024. En 2023 las muertes en accidentes viales fueron 3955, mientras que los suicidios fueron 4197. El año pasado, en tanto, hubo 3539 muertes viales y 4249 suicidios.
Los especialistas consideran que el aumento del suicidio y del espectro suicida -que incluye a los intentos de suicidio y las autolesiones- son las caras más preocupantes de la crisis de salud mental que sacude al país y que afecta especialmente a adolescentes y a jóvenes adultos.
“Históricamente, el grupo que tenía la mayor cantidad de suicidios era el de los adultos mayores. Lo llamativo de lo que se ve hoy en la Argentina es que la curva se invirtió: bajaron los intentos de suicidio en mayores y, a la vez, aumentaron en chicos de entre 15 y 25 años”, detalla el psiquiatra Pedro Kestelman, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil (AAPI).
“El consenso entre los especialistas es que estamos viendo un aumento general de los trastornos de salud mental de este grupo”, sostiene el médico, referente del Hospital Garrahan.
Los datos argentinos no son una excepción en la región. Los suicidios también se mantienen en alza en los números globales del continente americano. Entre 2000 y 2021, se observa un aumento promedio del 17% de las muertes por suicidio en América, de acuerdo al informe de la OMS que esta semana advirtió sobre el crecimiento acelerado de los problemas de salud mental en el mundo.
El fenómeno americano cobra especial relevancia si se observan los datos de los demás continentes: en todo el resto del mundo, en este mismo periodo, el suicidio se ha mantenido a la baja, aunque las bajas, sostiene el documento de la OMS, han sido acotadas.
Subrayan, a su vez, que el suicidio sigue siendo un problema en todo el mundo, especialmente entre los jóvenes. Es una de las principales causas de muerte entre los adolescentes y veinteañeros de todos los países y todos los contextos socioeconómicos. Es por eso que en el informe se analiza el fenómeno como una deuda pendiente en materia de salud pública.
En la alerta, la OMS destaca el crecimiento acelerado de los problemas de salud mental en todo el globo. Son “más de mil millones” las personas de todas las edades que conviven con un trastorno. El número estimativo representa cerca del 13% de la población mundial.
Calculan un aumento del 25% en trastornos como la ansiedad y la depresión solo en el primer año de la pandemia de Covid. Hasta ese momento, la OMS estimaba en 970 millones la cifra de personas con problemas de salud mental.
En la esfera local, la situación de crisis de salud mental que advierte la OMS se ve reflejada en los resultados del relevamiento nacional de salud mental que realiza cada año la Facultad de Psicología de la UBA. En su último estudio, que comprende 2024, los resultados de la encuesta destacan que las personas de entre 18 y 29 años no solo son el grupo de la sociedad con mayor sintomatología ansiosa y depresiva, sino también con los niveles más elevados de un indicador mundial que mide “riesgo suicida”.
Los investigadores que participaron en el estudio explican que afectan a esta tendencia cuestiones típicas de la edad, sumadas a las secuelas de la pandemia –consideran a los adolescentes como los más afectados por el encierro de la cuarentena prolongada, incluso más que los adultos mayores–.
El informe de la OMS dedica un capítulo puntualmente a la problemática del suicidio y la manera en la que afecta a todos los países del mundo, en mayor y menor medida.
En 2021, último año del registro mundial de la OMS, se registraron 727.000 muertes por suicidio. Este número, destaca el informe, no es el total, dado que los trastornos de salud mental y el suicidio rara vez se registran como causa de muerte en los certificados de defunción, bases de datos de registros vitales o en las estadísticas nacionales. Lo que sí es posible calcular, afirman, es que el suicidio representa más de una de cada 100 muertes (1,1%) a nivel mundial y que por cada una de estas muertes hay un estimado de 20 intentos de suicidio.
Tanto en la Argentina como en el mundo, la norma es que las tasas de suicidio sean llamativamente más altas en hombres que en mujeres. En el caso argentino, en 2023, por ejemplo, el 78% de las personas que se quitaron la vida fueron varones, de acuerdo a las cifras gubernamentales. Como contracara, los especialistas destacan que históricamente las mujeres suelen registrar mayor cantidad de intentos de suicidio. Este es un fenómeno que se mantiene en el tiempo, destacan.
Los intentos de suicidio y las autolesiones –englobadas dentro de lo que se conoce como “espectro suicida”– son problemáticas mucho menos estudiadas que el suicidio, por contar con menos datos. “Muy pocas veces los profesionales y los centros médicos hacen la denuncia de un intento de suicidio al Ministerio de Salud, por lo que tener información de intentos de suicidio está costando mucho esto y hay muy pocos datos”, afirma Kestelman, también presidente de la Alianza Iberoamericana de Psiquiatría Infantojuvenil y Profesiones Afines (Aliampsi).
En todas las edades, señala la alerta de la OMS, los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó en las familias, los amigos, los colegas, las comunidades y las sociedades, por lo que es importante estar atento a las señales de alerta.
Entre las señales de alerta, los especialistas destacan el aislamiento y la dificultad para comunicarse, el aislamiento, el consumo excesivo de drogas y alcohol, la ideación suicida y el uso de frases negativas, como “la vida no tiene sentido”, entre otras. La idea de que el sufrimiento no va a cesar puede llevar a conductas graves y de riesgo, explican.



