
Juan Maggio: "No temo ser detenido"
El presidente de la empresa dijo que es víctima de empleados infieles; niega envíos anteriores; afirma que "estas cosas pasan"
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Juan Maggio otea el horizonte desde su despacho del piso 26 de una torre en Suipacha y Córdoba. Desde allí se observa aterrizar a los aviones de su compañía Southern Winds, que según él fue víctima de tres empleados infieles que usaron sus aviones para traficar 60 kilos de cocaína a España en valijas que viajaron sin pasajeros.
-¿Teme ser detenido?
-De ninguna manera. Nosotros somos los que iniciamos esta investigación y seguimos aportando elementos.
-¿Cómo es posible que viajaran las valijas?
-Con tres empleados infieles es suficiente. En Aerolíneas Argentinas hubo implicados 10 empleados en un caso de narcotráfico.
-¿Sabían lo qué ocurría?
-Por supuesto que no. No hay registros de que haya habido otros envíos anteriores a éstos ¿OK?
-¿Cómo explican que el vicepresidente de SW viajara en el mismo vuelo que la droga?
-Fue una mera casualidad. Es un señor de 71 años que nada tiene que ver con la parte operativa de la empresa. Presentamos ante la Justicia las razones de su viaje. Una de ellas es la constitución de un préstamo que nos venía dando el Banco Popular. Pongo las manos en el fuego por (Enrique) Montero.
Maggio recibió a LA NACION sentado en una mesita junto al escritorio. Lo rodean dos asesores de comunicaciones y el gerente de seguridad Ricardo Caso, que realizó la investigación en la empresa. Maggio habla pausado ("para que usted pueda tomar nota") y se ayuda con un punteo de lo importante que no debe olvidar decir.
Así relató que se enteró el 22 de septiembre, por una llamada de su gerente en España, de que habían aparecido las valijas con droga. Primero pensó que era un rumor lanzado por la competencia, pero luego comprobó que la droga existía y Caso realizó una investigación. Explicó que SW participa de un proyecto denominado IOSA, de seguridad, que obliga a la empresa en estos casos a "ser mas papistas que el papa" y realizar averiguaciones. "La compañía está por recibir una certificación similar a una ISO 9000 por nuestros procedimientos de seguridad", dijo.
La investigación descubrió que los empleados incumplieron procedimientos al despachar las valijas. Al terminar el sumario, el 5 de octubre, deciden hacer la denuncia. "En la compañía no podemos investigar narcotráfico y si los empleados son culpables o no. Eso corresponde a la Justicia y está en la ley ¿OK?"
-¿Cómo llega Walter Beltrame a la compañía?
-En 1999 como despachante de tráfico, y permanece hasta estos hechos.
-¿Quién lo recomendó?
-No tenemos en cuenta recomendaciones. Hacemos una evaluación para tomar el mejor personal. En casi 10 años es el primer hecho de drogas que descubrimos. Ahora todos dicen que hace mucho que sabían de esto, pero la denuncia la hicimos nosotros ¿OK?
-¿Influyó el parentesco de Beltrame con su padre, jefe de Ezeiza en su designación?
-De ninguna manera. Yo no sé dónde estaba Beltrame padre en 1999. La empresa tiene 1500 empleados, no puedo tener control sobre un supervisor de tráfico como era Beltrame hijo.
-¿Por qué lo indemnizaron?
-La reacción de SW fue suspenderlo durante 15 días cuando hicimos la investigación interna. Y no habiendo ningún pronunciamiento con respecto a su culpa por parte de la Justicia se lo despide. Ojalá hubiera tenido ya la culpabilidad de Beltrame por parte de la Justicia, que me hubiera permitido echarlo con culpa.
-¿Puede haber complicidad de otras personas?
-Lo desconozco, es una investigación de la Justicia.
-El Presidente dijo que no tiene nada que ver con SW, ¿cuál es su relación con el Gobierno?
-Es verdad. El Gobierno no es socio de SW. Tiene un acuerdo de cooperación donde SW tomó a todos los empleados de LAPA y Dinar y firmó un acuerdo para romper el monopolio de Aerolíneas Argentinas, con el fin de privatizar luego esa empresa. Colaboramos con el Gobierno cuando lo solicitó. Al Presidente lo conocí cuando firmamos el acuerdo.
-¿Y al secretario de Transporte, Ricardo Jaime?
-Es nuestro jefe directo. Reportamos a la Secretaría de Transporte y a la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, como a la Fuerza Aérea.
-¿Beltrame o su padre podían buscar capitalistas para SW?
-Yo no le doy esa facultad a nadie, a no ser que sea una compañía que se dedique a eso. Con eso tengo mucho cuidado. Sólo podría delegar esto en un gerente financiero o un integrante del directorio. Pero siempre fui yo el contacto con nuestros inversores.
-¿Cuál es el futuro de SW?
-Queremos traer un segundo Jumbo 747 y continuar volando a otras ciudades europeas.
-¿La afectó la causa?
-Al contrario. Incorporamos un 747 y de aquí al 30 de marzo tenemos un promedio de ocupación del 75%.
Maggio relata las peripecias que sufrió SW tras la devaluación, cómo se dispararon sus costos y su decisión de no cerrar. "Esta empresa es mi pasión. Los aviones generan una pasión muy grande y estas cosas ocurren en las líneas aéreas", afirma. Por la ventana se ve aterrizar a uno de sus aparatos.
SW sienta su posicion
Dichos del presidente de la empresa
OTROS EMBARQUES
- "La empresa no sabía lo que ocurría. No tenemos registros de que haya habido envíos anteriores a éstos."
EL SECRETARIO DE TRANSPORTE
- "Es nuestro jefe directo. Reportamos a la Secretaría de Transporte y a la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial."
Un abogado silencioso y mesurado
Silencioso y mesurado, Juan José Maggio, abogado, de 41 años, ha querido forjar para sí mismo un perfil de emprendedor prolijo y exitoso. Aunque los números de una industria deficitaria y riesgosa como pocas no le cerraran, jamás permitió que sus palabras se convirtieran en lamentos. A pesar de que fuera el propio presidente Néstor Kirchner quien, en 2003, hablara en privado, sin eufemismos, de "rescate" a Southern Winds, Maggio se cuidó siempre de eludir la palabra "subsidio". Por el contrario, su relación con el Estado fue en todo momento un "acuerdo de cooperación".
Maggio heredó la vocación aeronáutica de su padre, Angel, por muchos años manager en American Airlines. Trabajó 12 años en LAPA, donde llegó a director de Planeamiento. Allí, vio la oportunidad que luego se transformó en Southern Winds: le propuso a Andrés Deusche, dueño de LAPA, que la desaparecida aerolínea cubriera distintas ciudades del interior, en lo que el sector conoce como "hub".
El rechazo de Deusche a esa idea lo motivó a hacerlo por cuenta propia en 1996, con SW, a la que originalmente tenía previsto llamar "Vientos del Sur", nominación que desechó por una cuestión de cábala.
Sobrio, reservado muchas veces, no es un hombre querido por sus pares empresarios. Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos Argentina 2000, con quien tiene una fluida relación, le ha reprochado en la cara que su problema consistía en su soberbia. Sin embargo, fue el propio Eurnekian quien facilitó el acuerdo de SW con el Gobierno: en 2003, el ex empresario textil le alquiló dos aviones 737-200 que tenía en EE.UU., el paso decisivo para que la alianza SW-Lafsa comenzara a volar.
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