La mediación, una forma de enfrentar la violencia en el aula

Compañeros distanciados por malentendidos, celos que terminan en agresiones físicas, desavenencias amorosas y disputas por los resultados de un partido de fútbol son ejemplos concretos de conflictos escolares que en los últimos dos años encontraron solución a partir de procesos de mediación conducidos por los alumnos.

En distintos puntos del país, instituciones primarias y medias aplican programas de formación de mediadores voluntarios entre sus alumnos, como una herramienta para enfrentar el crecimiento de los niveles de violencia de los conflictos en la escuela.

Ayer, 150 chicos que participan de estos programas en escuelas porteñas, de la provincia del Chaco, de Bariloche y de varias localidades bonaerenses compartieron experiencias en el Primer Encuentro Nacional de Alumnos Mediadores, realizado en el Centro Cultural San Martín.

"En todas las experiencias la intención es llevar el diálogo pacífico, la negociación y una nueva mirada sobre el conflicto a la escuela, pero a la hora de ponerlo en práctica los chicos suelen variar la técnica para adaptarla a su realidad. Por eso hoy el intercambio lo hacen ellos", explicó a La Nación Sergio Abrevaya, coordinador del programa de mediación comunitaria del gobierno porteño.

Según los números oficiales, más del 90% de los conflictos escolares tratados con mediación se resolvió. Pero para Abrevaya, el dato que refleja la buena marcha del proceso es otro: "La mayoría de los conflictos no llega a la instancia de la mediación. Los chicos aprenden las técnicas y las aplican solos", dice.

Durante toda la jornada, los mediadores discutieron en grupos los problemas que enfrentan en su tarea. La necesidad de que los docentes y directivos los apoyen en su función y de que se difundan los beneficios del proceso entre los alumnos para que recurran a él fueron los temas comunes de preocupación.

La experiencia porteña

En la ciudad de Buenos Aires, el Programa de Mediación Escolar comenzó a funcionar en 1997, por iniciativa de las secretarías de Educación y de Gobierno. La experiencia se repite hoy en 16 escuelas porteñas, y se hace a pedido de las instituciones. En primer lugar se capacita a docentes y a directivos, y luego a todos los alumnos de los grados o años que se determine.

"Después los chicos se autoconvocan y eligen entre ellos a los que van a ser mediadores. A ellos los entrenamos especialmente", cuenta Abrevaya. Los alumnos mediadores están capacitados para desempeñarse como terceros neutrales que conduzcan a los implicados en un conflicto hacia una solución.

Estadísticamente, las causas de los conflictos escolares incluyen los agravios físicos y verbales, los malentendidos, la discriminación y los celos.

"En la escuela la mayoría de los conflictos se origina en la falta de comunicación. La mediación ayuda a que quienes están enfrentados hablen y ordenen sus ideas", dice Doris Gauna, alumna de cuarto año del secundario del Nacional Nº 11 Profesor Lino Torres, de Resistencia, y mediadora con un año de experiencia. "Todavía falta difusión dentro de la escuela. Los alumnos más grandes no nos toman muy en serio y los más chicos tienen vergüenza de contar sus problemas", explica.

"Creo que la mediación es una buena idea para solucionar los conflictos en mi escuela, en la que hay muchas peleas entre los varones", asegura, por su parte, Cristian Donnarumma, del Comercial Nº 19 de la ciudad de Buenos Aires, quien como mediador logró acercar a una pareja distanciada.

Según Abrevaya, "la participación de los alumnos es mayor en la escuela primaria. Los más chicos no tienen problemas en plantear sus conflictos. A medida que crecen se va haciendo más complicado descubrir cuál es el verdadero interés detrás de una disputa".

"Quiero ser mediadora porque creo que es una buena manera de ayudar a la gente y hacer que dos personas vuelvan a ser amigos, por ejemplo", dice Mariana Sicardi, de séptimo grado de la escuela Santa Ethnea, de Bella Vista.

Por Raquel San Martín

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